Kevin Johansen y Liniers: el regalo de subir juntos al escenario

Dibujos y canciones que encierran sueños, convicciones e ideales traerán los artistas Kevin Johansen y Liniers en un show que se realizará este 24 de noviembre en el Teatro del Hotel Guaraní (Ind. Nacional esq. Oliva). Música y trazos se envolverán así en esta presentación donde harán un repaso al imaginario artístico de ambos, en una noche en la que buscan conectar con la gente. Las entradas siguen en venta en Red UTS. Las puertas abrirán a las 20:00.

Liniers y Kevin Johansen volverán juntos a Paraguay.gentileza
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Ponerse a conversar con Kevin Johansen y Liniers es estar ante la alegría de dos entrañables amigos que, aunque se conozcan desde hace tanto tiempo, el hecho de volver a verse ya sea en una videollamada, en la casa de alguno, en un bar o sobre el escenario, es una nueva alegría, es la sorpresa de saber su relación y su felicidad inalterable al paso del tiempo. Es más, aparecen aún con más deseos de seguir recorriendo con su propuesta nuevos y viejos lugares.

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La dupla creativa vuelve a Paraguay luego de que su última presentación en conjunto haya sido en diciembre del año 2013. Demasiado tiempo atrás. “Estoy con muchas ganas de ir para allá, porque hace mucho no vamos. Recuerdo incluso la primera vez (para él en 2009, ya que Johansen vino por primera vez en 2008) que hicimos un show juntos y explotaba, la gente saltaba por el aire, le digo a Kevin: ¿esto es así siempre?”, comenzó diciendo Ricardo Liniers Siri, historietista e ilustrador argentino, mientras esperaba que Johansen entrara a la videollamada.

De pronto se escucha un “¡Hola!” y Liniers reconoce enseguida a “la voz almibarada de Kevin Johansen”, recibiéndolo con una alegría que traspasaba la pantalla. Al rato le cuenta la conversación a lo que el cantante suma que la gente de Paraguay es “extremadamente entusiasta, porque el público paraguayo te abraza, te festeja, así que trataremos de hacer las cosas bien”.

En este nuevo recorrido, ambos caminos vuelven a converger luego de que también hayan pasado unos años de haber dejado de girar juntos. Cada uno hizo su recorrido, como Liniers que reside en los Estados Unidos, ya que además de seguir dando vida a su famosísima tira “Macanudo” tuvo la oportunidad de enseñar en The Center for Cartoon Studies, y Johansen el año pasado se dio el gusto de lanzar el disco “Tú ve”, en colaboración con sus héroes musicales como Natalia Lafourcade, Jorge Drexler, David Byrne, Rubén Rada o su mismísima hija Wiranda, además de que hace pocos días atrás fue reconocido como “Personalidad Descatada de la Cultura” en Buenos Aires.

Kevin Johansen y Liniers: la energía que se renueva

A fines del año pasado Liniers recibió un mensaje de Kevin que decía: “¿Por qué no te venís a fin de año, para recordar los viejos tiempos?”. La respuesta fue afirmativa además de que a Liniers le seducía la idea de ver la final de la Copa del Mundo en su propio país. La apuesta tuvo no solo la recompensa de que Argentina haya salido campeón, sino que la dupla observó que la magia entre ellos seguía intacta. A casi un año de eso, el tándem volvió con todo.

A su vez, Liniers mencionó que antes de hacer los shows sobre pensó un poco sobre si dibujaba o no cosas nuevas, pensando en todo lo que hizo Kevin hasta el momento. “Me empecé a quemar la cabeza por si no estaba a la altura de la felicidad que tenía de hacer los shows y de repente cuando me subí al primer show después de tantos años fue: ¡Ah no! Esto es una fiesta, no es de preocuparse, es de disfrutar nomás. Ahí arrancamos”, reconoció Liniers.

“La idea es pasarla bien. A mí en lo personal y como músico nunca me dio esa sensación de rutina, creo, por suerte y toco madera. Agradezco tener esa capacidad de sorpresa de que en cada lugar que tocás es diferente, nuevo, y uno puede estar enroscado, o a veces estar como en una especie de sensación de repeat o deja vu por momentos, pero nunca una cosa de tedio, de: ‘Ay, esto de vuelta’, al contrario, en mi caso es mucho agradecimiento. A mí me pasaba que lo extrañaba a Ricardo. Juntarnos el año pasado con ese condimento del Mundial fue mágico”, añadió, para quien el hecho de poder hacer esto con su amigo “es un regalo”.

Kevin

A su vez, Liniers mencionó que antes de hacer los shows sobrepensó un poco sobre si dibujaba o no cosas nuevas, pensando en todo lo que hizo Kevin hasta el momento. “Me empecé a quemar la cabeza por si no estaba a la altura de la felicidad que tenía de hacer los shows y de repente cuando me subí al primer show después de tantos años fue: ¡Ah no! Esto es una fiesta, no es de preocuparse, es de disfrutar nomás. Ahí arrancamos”, reconoció.

Kevin Johansen y Liniers, amigos que juegan sobre el escenario.

Un método para la locura

Johansen y Liniers son conscientes del privilegio que tienen al poder entregar esto a la gente, por lo que también entienden que sus procesos son el fiel reflejo de sus esencias. En ese sentido, Johansen acepta que las crisis son también parte de los procesos creativos, aunque para él son más bien formas de entender su “caos”.

“En mi caso soy bastante amigo del caos”, indicó, para luego confirmar que se identifica con la frase en inglés “There is a metod to the madness” (hay un método para la locura). “Por ejemplo, tengo una biblioteca donde yo sé dónde está el CD del 98 que me olvidé en octubre, sé dónde está el vinilo que me compré en mayo del 2017, tengo mucha memoria respecto a mis cosas y un orden en mi desorden; eso pasa a lo creativo, hay como un aspecto donde uno va juntando el rompecabezas de ideas”.

Kevin reconoció que tanto él como Ricardo son grandes “tituleros”.

“Soy muy amigo de la síntesis, y me parece que la canción es uno de los formatos más sintéticos que hay en la música. Ahí el desafío es no tirar demasiadas ideas juntas. Si tirás cuatro ya es un montón, tanto musicales como de lírica, entonces se trata de atajarse y ser como muy contundente, y si te querés ir por las ramas te vas por las ramas también, pero hay que maniobrar esa capacidad de síntesis que uno tiene. Hay una famosa charla que daba Umberto Eco que les enseñaba a sus alumnos a escribir un ensayo o una nota periodística y los obligaba a empezar por el título, no podían escribir una línea si no tenían esa síntesis de lo que querían decir primero. Muy buen ejercicio”, remarcó.

Kevin

-Dentro de esto metódico ¿hay espacio para la reestructuración de los shows? Ya que cada nueva presentación es única.

-Liniers: Sí, los shows son como si se estuvieran moviendo entre sí despacito, a veces, pero de un show al otro siempre hay algo que se reacomoda, cambia, si funciona por ahí en el próximo lo intentás de nuevo, pero siempre digo que todo lo que pasa en el show apareció en el escenario. Desde el primero que hicimos, yo subí bien al escenario sin saber qué iba a hacer, empecé a dibujar lo que me tiraba Kevin con su música, tratando de comentarlo o de adornar una canción”.

“Hay canciones en las que no querés romper la magia atmosférica que genera Kevin, si habla de algo delicado no voy a estar haciendo chistes y si hay algo que Kevin lleva a su costado cómico porque no puede consigo mismo, tiene que estar ahí. Pero a veces, inclusive podemos dar vuelta eso y hacerme el gracioso en la canción menos graciosa. Pero todo fue naciendo en los escenarios, como un experimento o de una charla que hicimos que salió gracioso algo. Hay un chiste que vengo haciendo hace 15 años me parece, cada vez que lo digo alguien del público lo tiene que gritar, que Kevin dice: “mi vida era como un túnel sin salida” y yo le contesto: “Kevin, un túnel sin salida es una cueva” y siempre pienso: “lo tienen que haber escuchado por lo menos cinco veces”, pero le tengo cariño a lo viejo también.

Liniers

-Kevin: Aparte hay un aspecto de lo que hace Ricardo que es muy mágico, aunque suene cursi es muy poeta en lo que hace, entonces esa yuxtaposición como él mencionaba de que estoy cantando un tema re sentido y él hace algo cómico o algo gracioso que va por otra tangente tiene un efecto también, porque no es que te coarta de escuchar lo que estás escuchando y emocionarte si querés emocionarte, pero a la vez incluye una emoción extra que puede ser la risa. Le dije hace muchos años a Ricardo: “estoy aprendiendo con vos que también la risa es una forma de aplauso”.

Lo que sucede también es que él hace algo que no se escucha, yo hago algo que no se ve, o sea ya de por sí hay algo totalmente complementario de lo que hacemos los dos. A veces tampoco él necesita describir lo que yo estoy haciendo, él puede ir por otra tangente, hacer la suya, eso está buenísimo. Yo estoy también atento a lo que él hace y a veces tengo que estar rápido de reflejos porque por ahí me está tirando una zancadilla por abajo que yo no me enteré, porque soy medio dormilón, el otro es súper rápido entonces hay que estar atento, “on your toes” (en tus puntitas de pie).

Kevin
Liniers y Kevin Johansen.

-¿Y lo que han logrado hasta ahora y ese impacto de generar cosas en la gente, cómo lo manejan?

-Liniers: Para mí una manera de resolverlo fue irme a la * de la lora, porque acá en Vermont no me reconoce nadie. Es lindo por un ratito el ego ese de: “¿vos sos el de los dibujitos?”, pero como que me dí cuenta rápido que no lo necesitaba eso.

-Kevin: Yo tampoco.

-Liniers: Es lindo, obviamente, que veas que lo que vos hiciste, en el caso de Kevin sus canciones, yo con mis dibujos, que la gente como que se lo meta a su propia vida y sea de ellos. A mí a veces me viene uno con un tatuaje de Olga o de Fellini y sobre eso hablaba con un amigo, le decía: “¿Cómo no vienen a charlarme a ver si no soy un idiota?”. Si me voy a hacer un tatuaje de algo me pondría un par de frenos (risas).

Pero me dice: “Ellos tienen una relación con el dibujo que no tiene nada que ver con vos”. Y es cierto, yo tengo una relación con Mafalda que no tiene que ver con Quino, la obra de Quino es parte de mi vida de una manera que en el fondo no está tan pegada a él. Eso sí es lindo y estoy seguro que a Kevin le pasa lo mismo con su música, cuando alguien viene y te dice usé tu canción para entrar a mi casamiento, para levantarme una mina, ahí uno entregó lo que hacía como obra y eso es lindo, que del otro lado lo agarren y lo vuelvan parte de su vida, pero es cuando uno ya lo soltó.

Liniers

-Kevin: Yo hablo mucho de agradecer porque, en lo personal, con la música me fue bien recién a partir de los 30. En mis 20 la cosa era remar en dulce de leche, estar en el CBGB en Nueva York también medio anónimo, pero haciendo las bases de lo que iba a ir surgiendo de a poco. Entonces hay un aspecto donde yo también humanizo mucho el ego que puede llegar a sentir una persona que es famosa a los 18, tipo Justin Bieber o un Fito (Páez).

Yo hubiera estado en una nube de pedos impresionante si me iba bien a los 18. Creo que es muy normal que te pase eso porque hay un cóctel de tentaciones y de cosas alrededor, de gente que te habla, gente que te quiere levantar, te levanta. Yo no tuve eso y en la música es bastante común. Por suerte tuve el mejor lugar para ir a mis 20 años, porque allí en Nueva York, como dijo el de Seinfeld en una entrevista, lo bueno de Nueva York es que seas quien seas, no sos tan importante. Ahí lavaba los baños Madonna en el Palladium, laburaba de barman Bruce Willis. O sea hay un aspecto de: ¿querés ser artista, bailarina, actor, lo que sea? A trabajar, a la fila. Eso está bueno de la cultura yanki, más de la ética laboral y de la vocacional, porque si vos querés, bueno, dale, pero tenés que curtirte y remar en dulce de leche un rato. Así que agradezco un poco que me pasó eso.

Kevin

-Entonces es poner el foco en el deseo y el resto viene por añadidura.

-Kevin: Claro, son esos regalos que se dan por el trabajo, por el oficio. Creo que ambos flasheamos con eso, porque yo lo veo también a Ricardo cuando le suceden estas cosas de ganarse un premio tipo el Óscar al dibujante en Estados Unidos, y eso viene de muchísimo trabajo. Él es incansable, la verdad que lo veo realmente con admiración caso porque es impresionante lo que labura. Estoy en el avión y está dibujando, se baja y camina con las maletas y está así, tiene una vocación alucinante. Yo la música la tengo en mi cabeza y también por ahí no se ve porque es invisible la música y también siempre estoy dándole vueltas a alguna idea.

-Liniers: Sí, yo te ví Kevin. Lo ví poniéndose una campera arriba de la cabeza, como si fuese una burka y escuchar desde abajo (soniditos) repitiendo algo y al final del vuelo me dice: “mirá grabé esto” y me pone y no entendí nada (risas). Pero el secreto un poco es que tanto Kevin como yo tenemos mucha suerte de, primero encontrar algo que te guste tanto que no puedas no hacerlo, que pagarías por hacerlo, si encima te pagan es mejor, pero es algo que no podemos no hacerlo. Segundo… porque descubrirlo es difícil, hay mucha gente que no sabe bien qué es lo que le gusta; es haber encontrado la vuelta para poder vivir de esto.

Entonces es verdad que trabajamos muchísimo los dos pero siempre siento como una comodidad de que el resultado de lo que haga me de cierto nivel de orgullo. Porque yo en un momento estudiaba publicidad, y el resultado era vender más desodorantes, que está bien, es un laburo, pero cuando Kevin está escribiendo sus canciones sabe que van a terminar en un disco, entonces hay algo ahí que te ayuda a trabajar mucho, sabés hacia dónde estás yendo con algo que querés ver cómo es también vos. Yo estoy seguro que Kevin graba sus discos con la misma razón que yo pienso, para ver qué música es, yo dibujo para ver el chiste.

Liniers

-Hermoso. Lo más hermoso es que todo eso les sigue dando lugares a los cuales volver, en este caso. ¿Cómo es regresar luego de tantos años y también con más años de vida?

-Kevin: Es siempre tener presente ese elemento de sorpresa y esa frescura de con qué nos vamos a encontrar. Ese signo de pregunta, de interrogación, para mí tiene que estar siempre, después la confianza de entregar algo de calidad.

En la música siempre digo que hay como tres patitas: que es llevar alguna reflexión, segundo una emoción con una idea musical o de letra, tercero la patita que se mueva. Yo respeto mucho a los bailarines, siempre hablo mucho de eso, tuve parejas que eran bailarinas y creo que el cuerpo es nuestro primer elemento, nuestro primer instrumento, escuchamos un latido del corazón en la panza de nuestra mamá, la música está ahí, hay un ritmo, algo dando vueltas, entonces para mí esa tercera patita de que la gente se entusiasme, quiera bailar, subirse al escenario al final, para mí es como “ah, ok, listo”, llegamos a buen puerto en esto de conectar con la gente.

Kevin

-Liniers: Qué lindo lo del corazón de la mamá Kevin. Supongo que mi vieja debió haber tenido algún tipo de arritmia, algo cardiológico, porque me cuesta mucho mantener un ritmo por más de 30 segundos.

-Kevin: Ojo que mi madre decía que yo bailaba al ritmo del lavarropas, así que...

-Liniers: Ya te gustaba el techno de chiquito, eras muy Kraftwerk.

-Todo es válido.

-Liniers: Yo una vez lo puse en un chiste con unos duendes bailando medio de manera ridícula. Lo lindo de bailar es que si lo estás haciendo bien está bien, si lo estás haciendo mal también está bien, bailar mal es bailar bien también, es el único arte donde realmente está permitido todo.

-Kevin: Freestyle.

-Como ya tenemos poco tiempo, cambiando un poco de tema, no quería no preguntar si en este momento que estamos atravesando como región o incluso mundo, que vemos todo difícil ¿se puede uno sentir optimista?

-Kevin: Es imposible de que no te afecte lo que sucede hoy, nos afecta a todos. Pensaba el otro día que mi nación es el planeta. Yo tengo muy claro que ya tenemos que pasar de esas boludeces de rivalidades de vecinos, esa estupidez, esas huevadas, somos uno y tenemos que ser conscientes de que estamos en un mundo re loco, hay gente que está en el poder que está re loca, por ende tenemos que reaccionar de la forma más productiva y positiva que podamos, desde lo nuestro. Involucrarnos.

Cada uno sabe en la medida en que quiere involucrarse y comprometerse y todo eso, pero hay algo del hecho creativo que ya es un hecho político y es un hecho de rebelión o de resistencia o lo que quieras llamarle, pero hay algo en el hecho creativo que es a favor. Evidentemente estamos tratando de que se sobreentienda que haya paz, una democracia donde la gente pueda elegir, y si no te gusta volvés a elegir algo que te guste, ver si te va mejor, si no gana el que vos votaste. Pero sí, hay algo macro en vez de micro que yo veo. Después, bueno, esa observación lastimosa de sentir que la plaga somos nosotros los humanos. No es el argentino o el paraguayo, o a veces somos muy autoflagelantes los países, de decir que somos lo peor pero no es así, en realidad somos las personas, la humanidad la que tiene que darse cuenta que tenemos que escuchar a la gente joven que está hablando también de cuidar lo que tenemos, es eso, es algo mucho más global que… bueno ver que el otro no es el enemigo, el otro es diferente y celebrar las diferencias y no sufrirlas. Después podemos entrar en detalles, pero ese es otro debate.

Kevin

“Suscribo a todo lo que dijo Kevin”, dijo con una gran sonrisa Liniers, al extremo norte de nuestro continente, para pronto alistar maletas y seguir la gira que los traerá a Paraguay.

Cabe resaltar que en la noche tendrá a cargo la apertura del show el músico Neine Heisecke, con sus canciones en formato solista, fuera de su banda Deliverans. Las entradas están en venta en Red UTS a G. 220.000 (Generales) y G. 330.000 (VIP).

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