“Le van a contar a sus nietos que estuvieron en el estreno”, bromeó Musso ante unas 1.500 personas que se dieron cita en la ex Cervecería Sudamericana para la fiesta Amigos Kilk, que también tuvo en escena a la agrupación nacional Villagrán Bolaños.
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Con un pasaje directo a “Punta Cana”, el quinteto uruguayo abrió su presentación en medio de la euforia del público que los recibió coreando y cantando casi la totalidad de las canciones. “El hijo de Hernández”, uno de los clásicos del grupo sonó luego con un potente solo del guitarrista Gustavo “Topo” Antuña; junto a otras dos canciones emblemáticas del grupo: “Ya no sé qué hacer conmigo” y “Lo malo de ser bueno”.
Santiago Tavella cambió el bajo por el micrófono para ponerse al frente de “Enamorado tuyo”, una canción con base de cumbia, para la que el tecladista Santiago Marrero asumió el rol de bajista.
“La música vale más que mil palabras”, expresó Musso en el saludo al público, señalando que al ver al público tan efusivo decidieron postergar el saludo inicial luego de varias canciones. También destacó la celebración del Día de la Amistad y adelantó que el repertorio estaría conformado por varias canciones de “Jueves”, el álbum que lanzaron en 2019 y cuya promoción se vio interrumpida por la pandemia, varios de los clásicos del grupo y algunos adelantos de “Lámina once”, el disco que estrenaron a principios de julio.
A lo largo del concierto, que duró poco más de hora y media, la agrupación también puso a cantar al público con “Mi lista negra” y “Fiesta en lo del Dr. Hermes”, una de las nuevas canciones del grupo que habla de las cadenas de favores del poder. También sonó la potente “Mario Neta”, que habla de la vorágine consumista en la apertura del álbum “Jueves”.
“Roberto”, con Musso sumándose a la batería de Álvaro Pintos, llegó luego en la noche; mientras que Tavella volvió a tomar el micrófono para ponerse al frente del escenario en “Pobre Papá”, otra canción con un toque country rock.
Payada tecnológica
Roberto Musso quedó solo en el escenario para el “Contrapunto para Humano y Computadora”, una payada tecnológica que el público celebró con gritos y aplausos; seguida por “Rorschach”, otro estreno en vivo de El Cuarteto de Nos.
Un solo de teclado de Marrero marcó la introducción de la emotiva “No llora”, seguida por “Hombre con alas”, otra de las canciones que forman parte de “Jueves”.
“Valió la pena la espera”, exclamó Musso, ya entrando en el tramo final del show, poco antes de desplegar toda la energía del “Gaucho power”. Luego, junto a Tavella, filosofaron sobre el amor y la amistad para presentar “Me amo”.
Un bis hasta para llegar a Damián
Con el público cantando intensamente apareció “Invierno del ‘92″, que parecía marcar el final. Pero la euforia y el pedido de otra más, hicieron retornar a la banda al escenario para cerrar la fiesta con “Llegó Papá” y el clásico “Yendo a la casa de Damián”.
Villagrán Bolaños abrió el show desplegando en escena éxitos como “Sonrisa”, “Vibración” y “Se vienen los zombies”, que apareció mezclada con el “Mi Paraguay” de Emilio García. Tampoco faltaron temas como “Me voy a ir a venir” y su nuevo lanzamiento “Mañana de resaca”.