El músico trae así su conjunción de estilos entre el flamenco, sefardí-magrebí, jazz y rock, en una noche en la que compartirá con los Purahéi Soul. El concierto será en el Centro Cultural de España Juan de Salazar (Tacuary c/ Herrera) a las 19:00. Acceso libre y gratuito, previa reserva al (0974)599961.
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El artista ofrecerá también un encuentro con músicos y productores a modo de charlar y conocer sobre el presente en la música paraguaya y regional. Este evento será a las 11:00 del mismo día del concierto en la Biblioteca del Centro Cultural. Las inscripciones se realizan a través de la web www.juandesalazar.org.py.
Volando en canciones
En la casa de un Javier Ruibal niño había una radio encendida todo el día. Por ahí salían todas las músicas de los años 50 entre música folklórica, el paso doble, la copla, la canción española, la música anglosajona, baladas italianas, la música del magreb “porque el Norte de África está muy cerca de Cádiz”.
Esta “mezcolanza llamativa” dio forma al ADN musical del artista español y eso es lo que él nos contó en una entrevista con ABC Color. “Ahí empezó todo”, confirmó él, días antes de su primer arribo al Paraguay como de ese viaje sonoro que ya lleva 40 años de carrera.
Con la gira “Canciones al vuelo por Latinoamérica” viene decidido a conocer a un país “exuberante, templado y de gente muy cariñosa”, según las referencias que tiene de Paraguay. Pero otra referencia que ha oído “a lo largo” de toda su vida es la música paraguaya. “Es bien bonita, colorista y especialmente me llama mucho la atención la incorporación del arpa, que no es un instrumento precisamente muy habitual en lo popular y, sin embargo, ustedes lo tienen como instrumento nacional”, subrayó.
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Eso muestra también la apertura que tiene Javier hacia la música del mundo. En dicho sentido él afirmó que gran parte de su forma de ser, sin límites ni fronteras sonoras, se la debe a los Beatles a sus 9 años. “Era tanto todo lo que había alrededor y era vistoso, bonito, todo me llamaba la atención, todo tenía un ritmo particular. También estaba el flamenco, evidentemente, sonando por la radio, pero el flamenco requiere creo yo ciertas confluencias o hechos coincidentes, como que nazcas en una familia que sea flamenca o gitana. El caso es que no siendo de esas circunstancias que he dicho, pero gustándome mucho, sí quise pues juntar esa influencia con todas las otras que tanto me gustaban”, explicó para dar a entender cómo nace su música.
De esta manera Javier ha editado 14 discos y también compuso música para otros artistas tanto para el cine, la televisión, la danza y el teatro, constituyendo todo esto la solidez de una carrera que busca siempre hacer las cosas con honestidad.
Latir al son de la verdad
“Creo que es una cuestión estrictamente personal”, dijo acerca de cómo cada artista encara su carrera, pero especificando que para él ser “verdadero” es clave. “Uno sabe si está siendo honesto o no. No sé si hay alguien tan incauto que piensa que si no está haciendo esto nadie se va a dar cuenta, eso es una tontería”, señaló.
“Yo suelo latir con la gente que va buscando su felicidad. Eso es lo primero. Creo firme e intransferiblemente en la libertad del ser humano y que cada uno tiene que hacer lo que le apetece y le guste. Ahora bien, hay maneras de hacer música que están como más vinculadas con algo que trasciende, que perdure, que se vincule con el oyente, y otras cosas que están hechas en un terreno de, llamémosle, excitante diversión no sin dejar de ser música, pero que va buscando la confluencia masiva, un algo que está más allá incluso de lo que se está tocando o cantando. Entonces eso creo que está ocurriendo en cuanto al mainstream”, reflexionó al ser consultado sobre propuestas como las de Rosalía o C. Tangana.
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Pero en relación al “mainstream” detalló que justamente “main” significa “principal”, entonces se puede pensar a eso como una “autopista”, pero entonces “también se puede ir por una carretera alternativa, secundaria, disfrutando muchísimo más del paisaje a menos velocidad, observando más de lo que hay. El viaje es un tránsito que trasciende a la persona aunque sean 100 kilómetros, y lo otro es como ir montado en un cohete simplemente por la excitación de la velocidad”, planteó.
Pero en esa confluencia masiva, dijo, a veces ayuda “más el propio público” que a veces corea una canción “que tanto le gusta y de tal manera que lo que se oye es un coro desafinado de miles de voces tapando la canción original que tanto les gustaba, es una contradicción”, refirió.
Hizo un paralelismo a, justamente, su banda inspiración. “Los propios Beatles fueron los que a mí me fascinaron, y ellos tuvieron que dejar de cantar y tocar en público porque no se oían y porque no estaban conformes con lo que estaba ocurriendo. Habían perdido el hecho de ver de cerca a la gente y sin embargo lo único que había era un fenómeno de histeria de toda una generación que, por supuesto, venía de un lastre de la Segunda Guerra Mundial con todas las prohibiciones y restricciones. Y pasó lo que dijo George Harrison: el mundo aprovechó para volverse loco”, expresó.
En esa línea de pensamiento, para Ruibal hay que ser leal “con la música, con el arte que practicas, que es un arte muy grande”. Aconsejó al artista: “sé cortés y leal con todos los que pasaron antes e hicieron cosas importantes; segundo: no copies a nadie, porque si copias, ahora con el copia y pega estás haciendo un invento pero no estás componiendo música, no estás siendo músico en esencia y tercero: no te copies a ti mismo, no hagas de una cosa que hiciste, 100 copias más por mantenerte en un lugar que te beneficie económicamente o popularmente”.
No obsante, reafirma que “cada uno haga lo que quiera”. La excepción sí, para él está en las letras y en “la misoginia y el desprecio absoluto hacia la mujer, que me parece no solo censurable, me parece denunciable y punible. Es la única salvedad que hago”, dijo.
Eso, dijo, oye sobre todo en el reggaeton, “porque hay una cuestión de responsabilidad con esas canciones, y como sabemos la música la oye gente cada vez más jovencita; hay niños escuchando eso que van a incorporar esas maneras vulgares, ese tratar a la mujer así, eso de: “te voy a dar lo que quieres, ponte así...” es de una vulgaridad innecesaria. Ese manoseo sobre la condición femenina es absolutamente despreciable”, condenó.
Un panorama entre lo positivo y negativo
Para Javier también hay cosas positivas en la industria musical hoy en día y una de ellas es “la multiplicación de las opciones de divulgación, las redes sociales”. Sonrió afirmando que le estimula “mucho más internet que los viajes interestelares, no porque no sean necesarios sino porque primero hay tanto que resolver aquí abajo”.
Pero también recordó con nostalgia las posibilidades de los discos físicos y lamentó que se haya perdido su valor. “El disco en manos del fan te demuestra que tiene aprecio por lo tuyo pues compra la pieza que a ti te ha costado hacer. Yo soy totalmente independiente, editorial y discográficamente, y esa es una manera muy buena de vincularse conmigo. Comprando un disco financian el siguiente”, bromeó.
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Por tanto condenó a las compañías de streaming por quedarse con casi todo el dinero de su trabajo. “La digitalización ha tenido una laguna importante que es la puesta en valor del trámite. Yo pongo una canción que he grabado con un esfuerzo de dinero: estudios, músicos, ilusión, emociones, y no puede ser que luego en una red no nos liquiden ni tantito, ni un céntimo, ni un centavito de lo que corresponde, porque no hay una ley internacional que regule. Entonces salvo algunas plataformas es ridículo y diría que mezquino lo que liquida la mayoría, entonces hemos perdido por un lado el valor de nuestra pieza creada pero hemos ganado en divulgación”, dijo viendo el lado un poco bueno de todo.
“Ahora la mayor fuente de ingreso es ir al escenario a cantar. Este tiempo de pandemia ha sido bastante penoso”, calificó Ruibal, quien observó con pena también cómo si un artista tiene una gran multinacional detrás “las cosas funcionan de otra manera”.
Estas empresas “ahora cubren un montón de espacio remunerativo que antes correspondía al artista. Ellos tienen todo el porcentaje de todo lo que hace el artista. Ahí hay algo de usurpación provocada por el poder, porque si tienes dinero tienes poder. Le puedes poner a un artista en todos lados pero ‘eso que generas tu nos lo quedamos nosotros’ en porcentajes en algunos casos abusivos. En fin, todo depende de qué socios de camino tengas y te irá el viaje de una manera o de otra”, pensó.
La poesía, muy presente en su obra
“Creo que la vinculación entre la canción y la poesía es muy alta, son hermanas, tienen mucho que ver. La cantautoría intenta no perder el vínculo con la poesía aunque es verdad que un tiempo en que la cantautoría, por las circunstancias sociales que ocurrían, las crispaciones, los dolores y las agresiones de las persecuciones, se cargaron mucho de consignas políticas y reivindicativas, y eso le restaba un porcentaje de por lo menos de belleza”, dijo el músico sobre la relación entre la poesía y la música.
En cuanto a su trabajo, dijo que él intenta “conservar ese condón umbilical con lo que es la poesía”. En ese sentido destacó la poesía española que es “riquísima, riquísima”. “Tenemos por suerte un idioma que si fuera mobiliario de una casa no se puede dar un paso de tantas tantos muebles, pero todos son unos muebles bellísimos. Tenemos un idioma que puedes redecorarlo todo en un momento, con 30 expresiones para decir lo mismo y no es tan directo como el inglés. No quiero decir que los poetas en inglés no lo sean pero el idioma nuestro es mucho más exuberante. Entonces teniendo ese patrimonio es un desperdicio no intentar hacer un uso más rico del idioma y ahí está la poesía para recordarnos qué modos son los los más elevados”, amplificó.
Todo es político
“Todo es político porque todo se trata de lo mejorable que puede ser la situación de todos nosotros y porque siempre hay maldades hechas desde unos lugares de poder, valga la redundancia excesivamente poderosos y efectivamente codiciosos. Los poderes nos oprimen y es lógico que haya siempre poesía, cine, literatura o una canción política reivindicativa y creo que es justo”, reflexionó Ruibal quien también hizo música para las artes audiovisuales.
“Yo crecí viendo cine. Como nací en el 55 ya iba al cine en el 67, 68, y todavía se veían muchas películas en blanco y negro. Empezó el Technicolor y conociendo esa transformación y habiendo sido hijo o criado por el cine es una placer, una cosa tan bonita que una canción tuya vaya en una película”, destacó.
La primera colaboración fue para una serie de Benito Zambrano que se llama “Padre Coraje”. Luego llegó un trabajo para Imanol Uribe y su película “Lejos del mar”, otra canción para “Arena en los bolsillos”, de César Martínez Herrada, otra para Pablo Carbonell y su “Atún y chocolate”. Después volvió Benito a pedirle una canción: “Intemperie”, para su película del mismo nombre, que cantó Silvia Pérez Cruz y que le dio a Ruibal un premio Goya.
“Imagínate eso para alguien ajeno al cine, es una fantasía colarse en la alfombra roja”, expresó Javier, para adelantar que acaba de estrenarse una película llamada “Llegaron de noche”, de Imanol Uribe, que también tiene una canción suya.
“Entonces tengo ahí un caminito hecho en el cine que es un regalo de este oficio tan bonito, porque no solo te trae a la gente sino te lleva a la gente, como va a pasar ahora”, resaltó haciendo alusión a la gira que lo trae a Paraguay.
Una vida de amor a la música
“Yo soy adicto a mi guitarra que lleva un estuche, que lleva un asa; es como una maleta que me está invitando a viajar. Entonces confieso, soy adicto a eso sobre todo por la cantidad de conocimientos, de personas, de sensaciones, de paisajes, de experiencias, que te da el mero hecho de sentarte en tu casa a componer unas canciones y luego subir a un escenario a cantarlas”, refirió el artista.
Agradeció al oficio con el que desde el principio supo que le llevaría a viajar. “Pero no sabía si duraría dos meses o más de 40 años como llevo ya. Creo que por otra parte también me da una energía y es también por el estímulo de lo que voy a hacer siempre: estar en reunión o en catarsis comunal con la gente que viene haciendo una elección ese día de no estar en ningún otro sitio más que estar en tu concierto”, planteó.
Finalmente expresó que esperar conocer de nuestro país mucho más de lo que escuchó hablar y poder conocer artistas también. “Ojalá que podamos verlos. Ahí iremos con mucho, mucho entusiasmo por mi gran debut en Asunción, Paraguay. Estoy con muchísimas ganas”, cerró.