Dominique Bernal estudiaba inglés de niño. Un día no pudo seguir con las clases pero sentía la necesidad de continuar conociendo el idioma. En 1999 su compañerito de colegio le dijo que le grabaría música de un CD a casete, ya que Bernal tenía una radio solo con “casetera”. “Mi compañero me dice: yo tengo discos de rock and roll y, por ahí, de blues”, rememoró en conversación con ABC Color.
Fue ahí cuando llegaron a su vida Muddy Waters, Jerry Lee Lewis, Little Richard o Chuck Berry. Allí su vida cambió y el joven Dominique, quien en su infancia recibió un teclado de regalo, ya que su padre lo había ganado en una rifa, entendió que la música era lo que él quería hacer por el resto de su vida. “Me casé con esto y hasta el día de hoy creo que fue una buena decisión”, afirmó.
Hoy es uno de los músicos de blues más queridos y reconocidos gracias a la banda Versión Palma Loma Blues, que integra junto a sus amigos Cali Jativa (guitarra), Aarón Zorrilla (bajo) y Rafael Arce (batería).
Por su parte Aarón, quien también habló con ABC, recordó que la música llegó a su vida también a muy temprana edad. Siendo el menor de cuatro hermanos, veía como el mayor tocaba con su banda. “Escuchar música en vivo era viajar y cuando descubrí el bajo no podía creer que sonaba de esa manera”, manifestó el músico.
A pesar de que la banda lleva el nombre de Palma Loma, un barrio de Luque, ellos no son luqueños de nacimiento pero su historia con la ciudad hizo que se consideren completamente luqueños. Aarón es de Asunción y Dominique de Fernando de la Mora. El primero, por cuestiones “de la vida” terminó viviendo en Luque y el cantante tenía vínculos familiares por lo que también residió allí.
Apostar al blues
Versión Palma Loma Blues empezó haciendo sus propias versiones de clásicos del género norteamericano, pero llegó un punto en que necesitaban expresar las cosas cotidianas que vivían sus integrantes, como el deseo de comer empanadas a cualquier hora o la tediosa espera de la línea de colectivo “30 rojo”.
Aarón, quien sí pasó por la etapa de escuchar Led Zeppelin, Pink Floyd o Jimmi Hendrix, conoció el blues y entendió que era un género que “llega mucho” y en el cual uno “se puede explayar, soltar, puede expresarse libremente”. Eso, dijo, le pareció interesante tanto como oyente y además como músico. “Encontré mi lugar para hacer eso en Versión Palma Loma, fue como decir: llegamos”, explicó quien fuera invitado por Dominique para integrar la banda.
Un festival de metal a finales de 2010 fue el primer escenario para la banda. Dominique contó que fue una situación muy particular ya que estaban rodeados por gente con remeras negras y cabello largo, mientras que ellos vestían muy diferente. “Nosotros estábamos con shortcito y zapatillas”, sonrió al relatar esa presentación en la que notaron que el desafío sería hacer que la gente consuma blues.
“Entonces había que ofrecer blues con algo más y no sabíamos con qué más. Al principio, como eran covers hacíamos blues con teatro. Pero ¿cómo le explicas esas letras a la gente en un barcito en San Lorenzo detrás del mercado donde nadie escuchó blues en su vida? ¿Cómo les decís qué lo que es la historia de “Caledonia”? Entonces queríamos que entiendan y para eso teníamos que contar la letra en español y mientras cantábamos íbamos haciendo la mímica”, detalló.
Así era con todas las canciones. Luego empezaron a introducir el humor. “Adoptamos eso como forma de encarar todos los shows y hoy en día es difícil que el grupo se presente en escena sin el humor como herramienta para enganchar gente. Si bien respetamos profundamente la historia del blues entendemos que para darle un sentido regional hay que ‘paraguayizar’ el género usando el idioma, el humor, las vivencias, el vocabulario local”, observó.
Asimismo, destacó que la banda tuvo ya paso por varios festivales nacionales e internacionales. En ese sentido recordó como mucha gente les decía que cantando historias de aquí o incluso cantando en guaraní no serían comprendidos en el exterior, pero contrariamente a eso “la gente se encuentra maravillada por escuchar historias de gente o de lugares que no conocen”, indicó.
También Zorrilla reflexionó que para ellos el pensamiento va por “cómo mostrar lo tuyo sin dejar de respetar el género musical” entonces muestran sus vivencias tal cual, y al poder mostrarse genuinos es cuando “la empatía llama la atención”. “Eso, creo, es lo que nos hace destacar cada vez que salimos”, pensó.
Letras cotidianas
“El ser humano es indefectiblemente político por naturaleza y si bien nuestras letras tienen contenido social tratamos de no segmentar el pensamiento político sino ir más al lado humano desde las vivencias del paraguayo común y corriente”, planteó Dominique sobre la lírica de sus canciones.
“Siempre que nos pasa algo decimos que hay que escribir sobre eso, como cuando nos despertamos y no teníamos nada que desayunar y salimos a buscar empanadas”, recordaron entre risas. “Volvimos y decimos: hay que escribir sobre eso, grafiar eso, y creo que nos reímos más escribiendo que tocándola”, observó Bernal.
Mientras que Aarón reflexionó que “siempre el artista tiene una responsabilidad de reflejar su realidad, pero el desafío es cómo expresar y que sea artístico, más con nuestro sello que es el humor, entonces queremos que las letras te hagan pensar, entender, pero a la par sobrellevar con buena onda. Creo que en este nuevo disco plasmamos una esencia más madura en el contenido, en lo musical y nos atrevimos a romper lo tradicional del género”, señaló el bajista.
Además, indicó que en comparación al primer álbum esta vez se dieron más tiempo en la etapa previa a la grabación para revisar las canciones. El primer álbum lo hicieron sin tanta previa y guiados más por el gusto. “Esta vez nos grabamos con mejor calidad, nos escuchamos y definimos si habían cosas que quedaban largas, entonces pudimos darle más trabajo, escuchar de afuera sin tocar y eso es distinto”, explicó.
Compromiso musical
Ambos coincidieron en que si hoy están cumpliendo 11 años de trayectoria como banda, con dos álbumes de temas originales y con el cariño de la gente es porque persiguieron lo que querían con el condimento más importante: pasión. “Siempre va a ser difícil pero es posible si lo tomas en serio, si te comprometes, si le pones realmente ganas, si crees que se puede y te esforzas porque suceda”, aseguró Bernal sobre sus logros como banda.
Recordó que con Cali, quien está desde los inicios de la banda, tenían una sala de ensayo en planta baja y arriba una computadora. “Corríamos por la escalera a escuchar un tema en YouTube cinco veces hasta aprender y tocar, y así ida y vuelta hasta que nos salga. De pasar de eso a poder tener una sala con todos los equipos, con el conocimiento para crear nuestra propia música e inclusive llevar mensajes interesantes con contenido y a través de un blues que ya suena a blues paraguayo hay un enorme trecho, pero es importante mostrar de que es posible. Además, nuestro deseo es que hayan más bandas de blues, que haya competencia, que se agrande la escena de blues”, aseveró.
Para Aarón, tanto estando fuera o dentro de la banda, en lo que respecta a vivir de la música reafirmó que “es demasiado importante la pasión y también la organización”. Esas dos cosas, confirmó, “tienen que ir de la mano”. “Podés ser organizado pero si no tenés pasión vas para otro lado, que quizás te reditúe económicamente más rápido, pero con pasión se avizora un futuro prometedor. Nosotros dimos cuenta que la música en vivo tiene su lugar y eso va a seguir, así que animo a todos los que disfrutan y aman la música que se pongan las pilas porque que se puede, hagas el género que hagas”, cerró.