Si bien la Gala de Ballet lleva por título “Las estrellas del Colón”, en la misma se combinan integrantes de la compañía del Teatro Colón con bailarines de otras compañías como la paraguaya Paloma Bonnin, que actualmente integra el Balleto di Milano, en Italia; y algunos integrantes del Ballet Clásico y Moderno Municipal de Asunción. Con coreografías de estilo clásico y neoclásico, el evento ofrece solos y dúos que transcurren de manera ágil.
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Julieta Morchio y Daniel Altamirano casualmente fueron los encargados de romper el hielo con el Pas de deux de los copos de “Cascanueces”, presentando una coreografía de Lidia Segni en base al original de Marius Petipa. La pareja de bailarines ofreció una interpretación cargada de romanticismo y delicadeza, moviéndose en el escenario como si fueran dos copos de nieve danzando con el viento.
Luego el escenario se tornó de un rojo furioso, dando paso a Paloma Bonnin interpretando con gran fuerza una coreografía de Adriana Mortelliti al rimo de “She”, con la voz de Charles Aznavour resonando en el teatro. Si bien en este solo, de un estilo neoclásico, Bonnin desplegó gran parte de su talento; fue en el pas de deux de Don Quijote donde brilló en todo su esplendor.
Acompañada del bailarín local Abel Rivarola, Paloma Bonnin encarnó a una Kitri que desplegó gracia y sobre todo mucha técnica para hacer frente a los giros y trabajos en punta que tiene la coreografía de Petipa, principalmente hacia el final. Rivarola también ofreció una buena interpretación una pieza que exige fuerza física y mucha técnica.
El bailarín paraguayo Jiva Velázquez, que desde hace algunos años integra el Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires, tiene una agilidad y una ligereza al saltar realmente sorprendentes. Su ingreso al escenario fue con Orillera, un tango cargado de picardía en el que compartió el escenario con Rocío Agüero. Ambos interpretaron con solvencia la coreografía de Julián Galván, acompañados por la música de Oscar Bassil.
La misma pareja también tuvo a su cargo el cierre de la gala con el pas de deux de El Corsario, con Jiva Velázquez brillando nuevamente en el rol de Alí tal como lo hizo en el escenario porteño. Agüero no se queda atrás y también cautiva al público con su gracia y solvencia, así como con su precisión técnica.
Repertorio clásico y neoclásico
La gala también presentó a Sol Rourich y Benjamín Parada en dos coreografías alejadas del clásico repertorio de ballet. Al compás de la música de Chopin, esta pareja ofreció un pas de deux cargado de sensibilidad y muy bien sincronizado, con una coreografía de Mauricio Wainrot. En Michelangelo, con música de Astor Piazzolla y coreografía de Ana María Stekelman, la pareja de bailarines deslumbró con su energía para bailar al ritmo del tango.
Julieta Morchio y Daniel Altamirano retornaron en otro momento al escenario para presentar del pas de deux La Esclava, con toques árabes, al compás de la música de Ricardo Drigo y la coreografía de Petipa.
Del Ballet Clásico y Moderno Municipal de Asunción también se sumó a esta gala el pas de deux de El cisne negro, interpretado por Macarena Vallejo y Juan José Núñez, en la primera noche. Hoy, según el programa, le tocará el turno a Abel Rivarola. La pareja conquistó los aplausos del público con la exigente coreografía de M. Petipa, al compás de la música de Tchaikovsky.
Aún hay entradas disponibles para la gala de esta noche. Se pueden adquirir en la Red UTS y los precios van desde G. 90.476 a G. 280.000.