El festival “Kamba Sapukái” se celebró así el pasado viernes 23 en el céntrico Club Antequera. Esta primera edición se realizó en coincidencia con el Día de la Cultura Afroparaguaya.
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En el evento primó todo el tiempo un ambiente de fiesta y de mucho respeto y cuidado. Fue una verdadera ocasión para celebrar una rica herencia cultural que llega hasta hoy de la mano de talentosos artistas que actuaron en esta primera edición.
El festival abrió con el grupo de bailarinas y tamborileras Kuña Afro. Entre el ritmo y la contagiante danza, ellas demuestran que los tambores de la comunidad Kamba Kua también pueden resonar con energía de manos de mujeres.
Seguidamente subió a escena la cantautora Lucero Sarambí en compañía de la guitarrista Lizle Martínez. Con la calidez que la caracteriza, Lucero hizo que el público disfrute de sus canciones originales que hablan de la ternura, del cuidado y del amor desapegado.
A ella le siguió otra cantautora, la bañadense Elica Báez, quien con un repertorio de canciones propias y algunas polcas y guaranias, acompañada de Mirthuka en batería y de Isaac Armoa en saxo, invitó a la gente a sentir emociones intensas a través de su poderosa voz. Recordó sus orígenes y dejó en alto al Bañado Sur, deseando que algún día el festival llegue hasta ahí.
Más tarde, el público bailó con gusto con el trap sin prejuicios de MC Humver, quien inclusó presentó un rap que compuso ese mismo día. Su música toma inspiración del deseo, la sensualidad y el disfrute de los cuerpos.
Desde Argentina vino luego Luanda en compañía de Lina Lasso. En clave de un rap potente y pícaro, Luanda habla en su lírica sobre su esencia, y recuerda que aún la sociedad argentina sigue discriminando a la comunidad afro y LGBT+. La gente bailó y saltó sin parar con esta propuesta que recordó que el arte es la mejor herramienta para resistir.
En esa misma línea ingresó después la gran artista brasileña Bia Ferreira, entre la emoción de la gente. Con muchísima garra, la compositora hizo temas como “Cota não é esmola”, “Levante a bandeira”, “Sharamanayas”, “Diga não”, entre otros, no solo cantando sino también educando con sus letras.
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Bia arrasó con una guitarra eléctrica por la que se paseó sonoramente, mechando beatbox y rap en una penetrante y melodiosa voz curtida por el soul. En medio de todo no dejó de recordar, con palabras certeras y contundentes, sobre la necesaria lucha antirracista y antihomofóbica en cada país. Condenó a las sociedades hipócritas y pidió a todos a que levanten siempre la bandera del amor y el respeto.
La gente disfrutó muy de cerca de la artista. Algunos bailaban, otros contemplaban como hipnotizados. Todos disfrutaron de esta fiesta más que necesaria, que culminó a puro baile y alegría con el dúo de DJs angoleños The Bantus.