La gala que tuvo ayer una primer función y tendrá una segunda hoy en el Teatro Municipal, de la mano de un elenco conformado por bailarines de primer nivel, fue un verdadero “tour de force” de sentimientos, talento y técnica.
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El programa estuvo armado de una forma exacta en la que cada cuadro sea único y pueda llevar al espectador a un polo emocional muy específico.
El director de esta compañía, además primer bailarín del Teatro Colón, Federico Fernández, abrió la gala junto a la también solista de dicho teatro Camila Bocca, al son de la operística “La favorita”, con música de Gaetano Donizetti, llenando el escenario de mucho poder y fuerza escénica.
El vuelo nos llevó del dramatismo a la belleza y comicidad de un fragmento de “La fille mal gardée”, ejecutado con sobrada gracia y picardía de la mano de Lola Mugica y Paulo Marcillo, quienes cumplieron con la espontaneidad que también invita a transmitir esta obra.
Todos los sentidos se activaron gracias a David Gómez, un bailarín que impactó con el solo “Despierta el cuerpo”, al ritmo de “Wings 5″, de Michael Wall. Una danza que, al igual que la música, va hipnotizando a medida que transcurre.
El programa no perdonó dejar sin aliento al público, porque en este mismo carácter llegó enseguida una clásica “Espartaco”, con Milagros Niveyro y Nahuel Prozzi. Una pareja que llenó de electricidad y pasión la sala, evocando la lucha e intensidad de este adagio de Espartaco y Phrygia.
Como un rayo que encandila y atrapa vino después Rocío Agüero, quien sola se comió el escenario con su “Tangible ausencia”, coreografiada por Laura Roatta, con música de Astor Piazzolla. Los tangos de este exponente ya habían significado en su época algo que rompió esquemas y, sin dudas, Laura supo canalizar ese espíritu.
Un número claramente esperado fue el del paraguayo Jiva Velázquez, quien demuestra con facilidad las razones que lo hacen brillar en el Colón. En sintonía con su maravillosa compañera Iara Fassi, entregaron “El elogio de la sombra”, un interesante cuadro creado por el mismo Jiva que apela a las luces y las sombras para crear figuras que exigen toda la plasticidad del cuerpo, pero también emotividad, algo cumplido por ambos como si no fuera difícil.
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“A Buenos Aires”, nuevamente con Piazzolla de fondo, era un cuadro que anticipaba el final, con el regreso de la hermosa pareja Bocca-Fernández, quienes se robaron todo lo que pudieron: suspiros, admiración y aplausos.
Tras un intervalo llegó el final con “La noche de Walpurgis”, con el elenco al completo. La combinación de la impronta de cada uno, el sabor de sus emociones y el carisma, hicieron que sea un fin de fiesta y un verdadero placer vivir este nivel de danza de una compañía vecina.
Aún quedan entradas para la función de hoy en venta por Red UTS. Los precios son G. 90.000 (Palco Paraíso), G. 160.000 (Palco Tertulia), G. 220.000 (Primer Palco) y G. 260.000 (Platea).