Cuarenta años al cuidado de Chinita de Nicola

El reciente fallecimiento de la compositora y artista Chinita de Nicola motivó la visita a nuestra redacción de la señora Ramona Galván viuda de Zayas y de su hijo Oscar Ramón Galván, quienes informaron que con las pertenencias dejadas por la artista en breve se montará un museo.

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Ramona Galván fue la encargada de cuidar ininterrumpidamente a la artista no vidente, por espacio de cuarenta años, en su domicilio de Ntra. Sra. de Asunción c/ Jejuí. "Vengo principalmente para agradecer por todas las atenciones de los amigos de Chinita y en especial a Alcides Roa, presidente de APA (Autores Paraguayos Asociados), que la ayudaron y atendieron en todo momento. APA solventó todos los gastos de internación y medicamento en muchos momentos de la vida de Chinita".

Ramona tiene 63 años y es la viuda del poeta Cirilo R. Zayas, compañero inseparable de Chinita en la creación de tantos temas famosos, como Paraguaya rohayhu, Por tu amor mi palomita, Por tu gracia angelical, La morena karape, Noche, Soy paraguaya, Angustia por verte, De mi fiel cariño y La embajadora.
Chinita también firmó Tu ranchito, con Ninfa de Olivera; Algido sentir, con Donato Ruotti, y Quiero entregarte mi corazón, con Alejandro Brugada Guanes. Todos los temas mencionados fueron grabados por Chinita de Nicola en un CD denominado Soy Paraguaya, "Que fue el sueño de su vida", según nos dijo Ramona Galván.

En la casa, que la artista en vida puso a nombre de Ramona Galván, se encuentran atesorados los bienes de Chinita, como su antiguo piano, el arpa, el órgano electrónico, partituras, letras manuscritas de Cirilo y otros objetos, "con los que vamos a formar un museo, con la ayuda del Fondec", nos dijo Oscar Galván. "Yo fui criado desde los cinco años en esa casa y su deseo era que nada se venda y que se conserve tal cual" el lugar.

Chinita de Nicola nació el 5 de setiembre de 1922 y falleció el 9 de febrero pasado, a los 83 años de edad. "Ella fue no vidente desde muy joven, y nos había contado, rememora Ramona, que cuando chica tuvo mal de ojos y el boticario le preparó unas gotas, pero parece que se equivocó y le quemó las retinas. Su papá, don Cayetano de Nicola, le buscó para matarlo, pero luego lo perdonó. Ella siempre fue muy frágil de salud y en los últimos tiempos se le complicó todo. Sufría de una dolencia del estómago, luego del riñón y finalmente el corazón. Varias veces le internamos debido a todas estas enfermedades. Ella vivía cantando -dice apenada Ramona-, aunque se sentía triste a veces, porque casi nadie la visitaba y menos sus parientes. Venían músicos de APA, y quiero agradecer públicamente a Martín González, que le acompañó en la grabación, y a Santos Lima también. Ella tenía una pensión graciable, que ahora queremos saber cómo queda, porque de eso nosotros vivíamos. Ella necesitaba 24 horas de atención y era un poco malcriada".

"Pero lo que podemos decir es que ella murió dignamente, asistida por todos nosotros", dijo finalmente Oscar Galván.
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