Desde el clásico de Frederick Stephani de 1936, pasando por la franquicia de Alien de Ridley Scott, que recaudó 1.200 millones de dólares, hasta la más reciente Día de la Independencia: Contraataque, los héroes de más de 500 películas de invasión espacial se han alineado para morir en nuevas e innovadoras maneras.
La primera película de ciencia ficción del año es Life, del director sueco de padre chileno, Daniel Espinosa. Protagonizada por Jake Gyllenhaal y Ryan Reynolds, la claustrofóbica cinta cuenta la historia de una tripulación de la Estación Espacial Internacional combatiendo una especie microscópica pero de evolución rápida, que ya causó la extinción de Marte y ahora amenaza la vida en la Tierra.
Life se estrena el viernes en Estados Unidos, y un día antes en varios de los principales mercados de América Latina, incluído Paraguay.
“El ritmo del guión es abrasador y aterrador. Cuando lo estaba leyendo llegué a un par de momentos que estaba muy ansioso, lo que es una buena señal”, dijo Gyllenhaal a la AFP en el día de prensa en Nueva York.
“No hay nada que de más miedo que algo que está tratando de sobrevivir y sabe un poco más que tú”, dijo por su parte Reynolds, que se reúne con los escritores de Deadpool Rhett Reese y Paul Wernick, en el lanzamiento mundial en el festival de South by Southwest en Austin (Texas), el sábado.
Las comparaciones con Alien —en la que un extraterrestre acecha la tripulación de una nave espacial— son inevitables justo cuando Alien: Covenant, la sexta película de la serie se estrena en mayo.
“Cuando Alien fue hecha era la era posatómica cuando todo el mundo sólo veía al futuro. Los jóvenes de hoy viven en un mundo tan caótico que no pueden pensar qué podría pasar en 10 años”, dijo Espinosa a la AFP.
El objetivo, añadió el director, era hacer una trama verosímil, posible al día de hoy: un rover que descubre una organismo de una célula en Marte y lo trae consigo a la EEI, donde crece, se hace poderoso y hostil.
Para mantener la trama de lo que podría ser “ciencia realidad” en vez de ficción, la producción consultó al genetista británico Adam Rutherford, que ha escrito varios libros sobre modificación genética y la creación de nuevas formas de vida.
Espinosa creó con Rutherford un organismo original hecho de células que pueden realizar cualquiera de las funciones corporales, superiores en estructura a los humanos: es de forma cambiante, se adapta al ambiente y puede imitar cualquier cosa que se ponga en contacto con él, haciéndose mayor, más fuerte y amenazante. Para hacerlo más creíble, la historia explica cómo el organismo no estuvo expuesto a la radiación solar en el planeta rojo sino en hibernación.
Las primeras críticas han sido mezcladas, con el Hollywood Reporter catalogándola de “decepcionante” y sofocando la atmósfera para Alien. Otras críticas han celebrado la dirección y el elenco multicultural, que incluye a los actores no estadounidenses Hiroyuki Sanada, Ariyon Bakare y Olga Dihovichnaya.