Obras maestras de algunos de los más celebrados directores de la actualidad, éxitos independientes y un gran ejemplo del mejor cine nacional destacaron entre las películas que llegaron hasta nosotros en 2023.
Como cada año, sin ningún orden específico, estas son algunas de las mejores películas que vimos este año:
Oppenheimer, de Christopher Nolan
Con su atrapante crónica sobre la creación de la bomba atómica y el hombre detrás de ese fatídico avance científico, Christopher Nolan firmó este año la mejor película de su carrera hasta ahora, a síntesis más pulida, ambiciosa y perfeccionada de todas las sensibilidades técnicas y temáticas que el destacado cineasta británico ha exhibido desde el inicio de su carrera, resultante en una sobrecogedora y devastadora reflexión sobre el terror existencial de una especie que repentinamente adquiere el poder de autodestruirse.
Los asesinos de la luna (Killers of the Flower Moon), de Martin Scorsese
En el ocaso de su carrera, el legendario cineasta Martin Scorsese ha estado creando algunos de sus trabajos más audaces. En línea con sus más recientes películas anteriores, Silencio y El irlandés, Los asesinos de la luna se siente como reflexiones íntimas a escala épica sobre su país, su religión, su filmografía y el poder del mismísimo medio del cine como herramienta de entretenimiento, educación, preservación, celebración y denuncia. Una desgarradora crónica de tres horas y media sobre la codicia, la opresión y la violencia que se abalanzaron como una epidemia mortal sobre la nación indígena Osage y sus tierras ricas en petróleo, con uno de los finales más audaces de toda la carrera de Scorsese.
Asteroid City, de Wes Anderson
El cineasta Wes Anderson volvió este año a las pantallas con la que probablemente es la expresión más exitosa de su estilo tan característico de cine. Con su estilo visual simétrico y teatral, combinando capas de ficción una sobre la otra, cuenta una historia en la que calderas volcánicas de sentimiento hacen ebullición bajo una fachada de represión emocional; sobre encontrar conexiones en el circo de tragedias y comedias que es la experiencia humana, sobre tristeza contrastada y refutada con asombro infantil, sobre la relación humana con la naturaleza finita de su propia existencia y las sombras que delinean y definen las luces de esa existencia.
John Wick 4, de Chad Stahelski
La saga de acción protagonizada por Keanu Reeves concluyó con una gigantesca ópera de muerte y esplendor visual, con algunas de las secuencias de acción armada y de artes marciales más alucinantes jamás concebidas en Hollywood. Técnicamente, la acción de la película se limita a solo tres secuencias, pero cada una de esas secuencias dura como mínimo media hora – la última probablemente se acerca a la hora entera – y están tan llenas de variedad y violencia creativa que cada una podría ser el gran final de una película por sí sola. Y el filme logra dar merecido destaque a algunas de las más grandes estrellas del cine de acción del mundo, desde Scott Adkins y el chileno Marko Zaror hasta el inagotable Donnie Yen, cuyo guerrero ciego Caine es fácilmente el mejor personaje secundario de toda la saga.
Vidas pasadas (Past Lives), de Celine Song
El largometraje debut semi autobiográfico de la directora Celine Song, sobre la relación entre dos personas que compartieron su niñez y al crecer se vieron separadas por la vida es una dolorosamente hermosa reflexión sobre los accidentes cósmicos del amor y la amistad, un agridulce lamento por lo que fue y dejó de ser, por lo que pudo ser y nunca fue. El tipo de historia de amor que haría un buen dúo con cualquier película de ese género de Wong Kar Wai.
El asesino (The Killer), de David Fincher
Luego de haber sacado el buen drama histórico hollywoodense Mank hace un par de años, el cineasta David Fincher regresó a lo que mejor se le da: sórdidos thrillers meticulosamente armados sobre parias sociales con altas dosis de violencia, alta tensión y humor del más negro. La historia de un sicario que lidia con las consecuencias de un trabajo fallido, la película se siente como una refutación directa de la filosofía cínica y pretenciosamente desafectada de “macho sigma” que películas como El club de la pelea de Fincher lograron popularizar accidentalmente cuando la sátira en sus historias fue confundida por admiración sincera por personas con baja capacidad de lectura comprensiva. Al mismo tiempo, incluye una de las mejores peleas cinematográficas del año.
Llaman a la puerta (Knock at the Cabin), de M. Night Shyamalan
Dando continuidad a una racha de calidad que se mantiene ininterrumpida desde Los huéspedes en 2015, el director M. Night Shyamalan presentó a principios del año un nuevo thriller de suspenso cuidadosamente ejecutado, en el que la odisea de una familia atacada por cuatro extraños convencidos de que deben sacrificar a uno de ellos para impedir el fin del mundo se descompone en una sangrienta pero profundamente sincera exploración de espiritualidad y prejuicios. Menciones especiales para el asombroso trabajo de Dave Bautista y la joven debutante Kristen Cui en el elenco.
Skinamarink, de Kyle Edward Ball
Skinamarink es un filme de terror desafiante como pocos del género que llegan hasta nuestras pantallas tan acostumbradas a un terror más comercial. Es críptica, ambigua, difícil de penetrar y requiere de considerable paciencia, pero recompensa a aquellos que logran armarse de esa paciencia con una experiencia única e indeleblemente perturbadora. La realidad de dos niños solos en su casa se desdibuja en una abstracta oscuridad combatida solo por débiles luces de techo o el tembloroso destello de una pantalla de televisor. Los que no se rindan ante la secuencia de largas tomas estáticas que componen la mayor parte del filme encontrarán algunos de los momentos más inolvidables y aterradores del género del terror en años.
¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret (Are You There, God? It’s Me, Margaret), de Kelly Fremon Craig
La historia de una niña al borde del precipicio de la pubertad que lidia con los cambios internos en su persona, su curiosidad e incertidumbre sobre la religión debido a sus raíces cristianas y judías, una mudanza y otras ansiedades pre-adolescentes es una comedia dramática infecciosamente encantadora que presenta excelentes actuaciones de la joven Abby Ryder Forston y una espectacular Rachel McAdams.
Boreal, de Federico Adorno
Una pesadilla de aislamiento en el Chaco paraguayo, que parece condensar toda la historia de un país y cargarla en los hombros de tres obreros llevados a medio de la nada para construir cercas para un terrateniente. La árida belleza de la Región Occidental se convierte en un infierno verde, una prisión sin paredes, pero tan inescapable como la locura que viene con ganar conciencia sobre un destino de peones prescindibles, un destino que se reduce a trabajar hasta la muerte para beneficio de unos pocos ricos o morir de hambre, sed y abandono.
Menciones honorables
Creed III, de Michael B. Jordan
Misión Imposible: Sentencia mortal, de Christopher McQuarrie
Shin Kamen Rider, de Hideaki Anno
La maravillosa historia de Henry Sugar, de Wes Anderson
El conde, de Pablo Larraín
Barbie, de Greta Gerwig
Háblame, de Danny Philippou y Michael Philippou
Guardianes de la Galaxia Vol. 3, de James Gunn
Suzume, de Makoto Shinkai
Nimona, de Troy Quane y Nick Bruno
Pathaan, de Siddhart Anand
Evil Dead: El despertar, de Lee Cronin
El pacto, de Guy Ritchie
Alerta extrema, de Jean-François Richet
Spider-Man: A través del Spider-Verso, de Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson