La ceremonia íntima, sin cámaras de televisión y que contó apenas con los allegados al actor, se prolongó durante un poco más de dos horas y atrajo también a cientos de seguidores de Belmondo. Por expreso de su familia, un puñado de estos anónimos admiradores fueron también invitados al interior del templo.
Tanto a la entrada del féretro como a su salida, los ciudadanos que se acercaron a homenajearle aplaudieron durante minutos.
Uno de los invitados a la ceremonia privada que más captó las atenciones fue el también célebre intérprete Alain Delon, quien, apoyado por una muleta, entró en el templo acompañado por su hijo Anthony, también actor.
Delon, de 85 años y considerado durante años la némesis de Belmondo, no hizo declaraciones a la prensa, aunque sí posó fugazmente ante las cámaras ante las que esbozó una sonrisa cuando se retiró la mascarilla.
La presencia del actor este viernes llamó especialmente la atención, pues no había acudido en la víspera al emotivo homenaje nacional en los Inválidos encabezado por el presidente francés, Emmanuel Macron.
Además de Delon -quien se confesó "devastado" cuando supo de la muerte de Belmondo-, otras figuras de renombre acudieron a la iglesia de Saint-Germain-des-Prés, en el exclusivo distrito parisino del VI.
Los actores Jean Dujardin, Pierre Richard o Berenice Bejo y el director Michel Hazanavicius y el realizador-actor Dany Boon estuvieron presentes.
También los familiares más directos de Belmondo, su hijo Paul e hijas Florence y Stella (la más joven, de 18 años) y sus seis nietos, entre ellos el también actor Víctor Belmondo (27 años). Natty Tardivel, la segunda esposa de Belmondo, estuvo asimismo en el acto.
El célebre intérprete perdió en 1994 a su hija Patricia, fallecida en un incendio en su apartamento en París cuando tenía 40 años.
Belmondo, un versátil actor que conseguía tanto cautivar al espectador en filmes intelectuales de la "Nouvelle Vague" como en filmes de acción, falleció el lunes pasado a los 88 años.
Su desaparición ha conmovido a Francia y esta semana las televisiones han proyectado varias de sus grandes películas.
El fornido actor protagonizó cintas de culto como "A bout de souffle" ("Al fin de la escapada, 1960); "Pierrot le fou" ("Pierrot el loco", 1965); o "La Sirene du Mississipi" ("La sirena del Mississippi", 1969).
Cuando a mediados de los 60 se orientó hacia un cine comercial y de aventuras, participó en "El hombre de Río" ("L'Homme de Rio", 1964), "Borsalino" (1970), "El clan de los marselleses" ("La scoumoune", 1972), "El magnífico" ("Le magnifique", 1973) o "El Profesional" ("Le Professionnel, 1981).