EEEKS volvió en un delirante show que dialogó con el amor y la nostalgia

La banda nacional EEEKS volvió y lo hizo con dos funciones de un espectáculo que fue al mismo tiempo un mimo y un bombardeo no solo a los sentidos sino al alma. Un show que habló directamente a nuestro corazón desde la sensibilidad de quienes lo crearon. Fue como un álbum fotográfico en movimiento que jugó con el asombro y con las emociones más profundas.

La banda EEEKS se presentó envuelta en una puesta en escena 360, ya que más allá de música conjugaba también artes escénicas y audiovisual.MARIO AMARILLA
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En el escenario del galpón de Nhi-Mu, en el año 2017 ellos anunciaban que sería de sus últimos shows. Unos cuantos conciertos más se dieron en los años siguientes pero cada vez de forma más esporádica, hasta que anunciaron, en 2020, que no tocarían más juntos pues cada uno tomaría su propio camino.

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El anuncio de su regreso, este año, impactó tan fuerte en su público más fiel que hizo agotar entradas para las dos fechas anunciadas de este show, los pasados viernes 10 y sábado 11 de marzo.

Además, fue simbólico que hayan elegido Nhi-Mu como escenario pero esta vez redoblando la apuesta, ya que este no sería solo un concierto sino una experiencia que estimulara todos los sentidos. Eso se podía notar desde llegar al lugar y ver que el público debía cruzar un gran oído-puerta. Adentro, de entre la oscuridad resaltaban labios, un pie, ojos, todos de tamaño gigante, en lo que parecía un gran patio de juegos.

EEEKS ofreció dos noches de espectáculo el fin de semana pasado, agotando entradas días antes del estreno. Foto: Stephen Kei.

En el aire, además de la ansiedad por ver de nuevo en vivo a la banda, sobrevolaba un halo de nostalgia, de volver quizás a aquellos momentos que fueron musicalizados por EEEKS, a abrazar esas amistades que se formaron por la banda o a esas canciones que atravesaron historias muy personales. Pero sobre todo, a revivir una época marcada por este grupo que fue punta de lanza de toda una movida artística.

Un grupo conformado por Ana Díaz Sacco (batería y voz), Aharon Emery (guitarra y voz), Joaquín Abente (bajo y voz), Luca Milessi (guitarra y voz) y Rogelio Sanabria (teclados y percusión).

Un frenético y desconcertante show

Enseguida el desconcierto se apoderó de todos porque en el escenario solo veíamos siluetas difusas entre el humo y a quienes creíamos eran los artistas al son de una rara “Il Novo 60′s”. Con todos sumidos en esa incertidumbre, un murmullo indica que desde atrás aparecían ellos sobre un gran andamio que los guiaba al frente. Los EEEKS ya en un rol completamente actoral, en personaje, mirando también y señalando al horizonte, hacia donde siempre soñaron estar.

“Ringo’s Teenage Dream” y “Feel Awakens” en seguidilla desataron la euforia contenida por tantos años, ya sea viniendo de la banda o del público. La conexión era total. Allí todos estaban felices de encontrarse nuevamente. Luego vinieron “Freaky Chums” y “Estoy llorando” (una versión en español de “I’ll Be Crying), en tanto seres como de otro planeta grababan para transmitir en una televisión o aparecían con grandes ojos como cabeza.

La puesta en escena amplificó el mensaje de la música de la banda, poniendo en resalto todas las emociones que transmiten. Foto: Mario Amarilla.

Sonó después “Fiesta motel” (otra versión en español de su original “Party motel”) donde la baterista, Anita, pasó al frente y se robó completamente toda la atención, en tanto luces blancas flotaban a su alrededor. Aprovechó para agradecer a la gente por estar y presenciar este espectáculo. A esta parte siguió “Technicolor Beaches”.

Tras un momento donde el tecladista Rogelio Sanabria quedó solo para transmitir el espíritu del ragtime “The Entertainer”, algo que podía resumir al máximo lo que cada uno subió a hacer y con la gente cada vez más compenetrada con el viaje, Aharon Emery tomó el micrófono para aparecer arriba de una de las grandes letras luminosas que formaba el nombre de la banda para cantar “Going Home”.

Grandes letras formando el nombre del grupo iluminaron la noche, encendiéndose y apagándose en diferentes momentos. Foto: Mario Amarilla.

En uno de los momentos más solemnes de la noche, explicaron que separarse fue para todos “muy triste” pero que tener esta banda era para ellos un sueño. Allí Aharon leyó un texto que en resumen expresaba lo que sentían, al hablar de que a veces “todo lo que amamos se pierde, pero al final el amor siempre vuelve de otra manera”.

Espiral de locura

“Let Me Be Your Pet” marcó el inicio de un momento cargado de estímulos, donde la aparición de estos personajes de pantalón negro, mangas largas amarillas y caras rosadas, desató aún más locura. Arriba alguien atravesaba con una bici sobre el público, otros limaban la uña del pie gigante, alguien salía por una ventana al costado de la pared. Este programa era desenfrenado y todos amaban ser parte del ritual saltando, gritando, bailando o cantando.

Nhi-Mu desplegó todo su arsenal creativo y de talento. Foto: Mario Amarilla.

Temas como “Part Time Job”, “Caras raras” y “Howlin’ Teen Wolf” sonaron luego como en trances marcados por un público extasiado que animaba al grupo a no parar y a seguir haciendo música para que esas horas sean un lugar detenido en el tiempo donde todo estaba bien.

Luego un video explicativo de cómo hacer un platillo con berenjenas, proyectado por una pared, dejó a todos al borde de la risa, mientras ellos se preparaban para volar alto, literalmente. Aharon, Joaquín y Rogelio, suspendidos en el aire con arneses, cantaron “Ye Olde” mientras Ana y Luca interactuaban desde el escenario y la demencia se elevaba, como ellos, por los aires.

EEEKS por los aires. Foto: Stephen Kei.

Como cerrando un círculo, “Il Novo 60′s” marcaría el fin de este show, no sin antes dar paso a los personajes que recrearían el final del videoclip de dicho tema, subiendo al mismo andamio con plataforma del comienzo y dejándose bañar por agua que caía de una manguera cual lluvia.

Entre despedidas y alabanzas, la gente no podía rendirse y esperaba que algo más suceda. El grupo volvió para entregar una versión cargada de melancolía de “There She Goes” de la banda The La’s.

Así culminó un programa de variedades, un onírico y extravagante viaje, un colorido espectáculo, un recorrido mágico, ya que si la magia existe se hizo presente ese día encantando a todas las personas que llegaron a este “todo” ofrecido por EEEKS más un equipo importante de artistas que los acompañó en escena y también desde toda la preproducción.

En ese sentido, cabe resaltar que la idea y guion original del show fue de Abente, Emery y Díaz, mientras que la dirección general de toda la performance fue de Fátima Fernández Centurión y la dirección técnica de Selva Fox.

Toda la producción general, el arte y la comunicación fue de Muchoflow (Najib Brozzon, Andrea Ferreira, Chino Monges y Romina Gamarra). La producción ejecutiva estuvo a cargo de Mane Arias, mientras que Russ Musser se encargó de la dirección de arte e instalaciones.

Un show que quedará indeleble al paso del tiempo. Foto: Mario Amarilla.

Así, con todo esto hubo diversión, nostalgia y conmoción en esta fascinante fábula de una banda que una vez se fue sin albergar un atisbo de esperanza. Pero volvió en una atmósfera de amor que corría a borbotones, para seguir escribiendo sobre hojas en blanco de esta nueva historia.

Así, un nuevo capítulo se verá también este 21 de marzo en la primera jornada del festival Asunciónico, que se realizará en el Parque Olímpico del Comité Olímpico Paraguayo.

*Fotos de Mario Amarilla y Stephen Kei.

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