Cargando...
Y así fue se convirtió en un genio empírico de las miniaturas. De día, Andrés es un funcionario de ventas promedio en una empresa de la capital. Pero apenas llega el atardecer, se interna en la intimidad de su hogar, y convierte las más sencillas y pequeñas piezas de cartón y pegamento, en magia, y arte que deleita.
Los que lo conocen a primera vista le dicen “seguro que vas a ser un gran arquitecto”, pero él odia esta frase cliché. Desde su juventud tuvo muy en claro que no quiere estudiar arquitectura, a él le apasiona exclusivamente el arte en maquetas.
Su trabajo es variado, se pueden encontrar desde maquetas de edificios históricos de la capital, como la Casa de la Inependencia, hasta iglesias coloniales. Y, en los últimos años, innovó con un nuevo concepto en materia de casas de muñecas.
Lejos de las casitas comunes que se comercializan en época de reyes, Andrés construye encantadores palacios con miles de detalles, pues quiere que las niñas se sientan unas “verdaderas princesas”, nos cuenta.
Perfil bajo
Reconoce que le hubiera gustado que su trabajo fuera más conocido, pero, con el tiempo aprendió a entender que en el perfil bajo está su verdadera esencia. Promociona sus creaciones en redes sociales y recibe sus pedidos por teléfono, no tiene un local ni se codea con artistas del ambiente. Incluso, le han hecho comentarios muy negativos, diciéndole que “no es un auténtico artista”.
Pero, ha aprendido a sobrellevar estos tragos amargos de la vida, entendiendo que la verdadera satisfacción con su trabajo debe empezar por él mismo.
Y, para muestra basta un botón. Es solo cuestión de ver las fotos para darse cuenta de que Andrés realmente ama lo que hace.
Un juego de niños
Como nos contó, esta área de su vida comenzó desde su infancia, como un juego de niños, y cuando terminó el colegio decidió buscar un sitio donde especializarse, pero se frustró en el intento.
Las universidades que encontró era carreras de arquitectura, y un solo instituto que le ofreció estudiar maquetas, se cerró al año siguiente. Simplemente le dijeron que no había alumnos y que no podían abrir el curso por una sola persona.
Se desilusionó, pero luego pensó ¿para qué necesito estudiar si puedo investigar en internet? Y así se convirtió en un autodidacta que no para de innovar.
Su máximo sueño
Su sueño, para más adelante, es tener su propio taller donde exponer sus maquetas, para que miles de visitantes puedan llegar a su espacio a admirar su trabajo, y que él pueda pasar el día entero dedicándose enteramente a su arte. Pero confiesa que, por el momento, no se anima a “dar el gran salto”, que implica dejar su empleo seguro y jugarse el todo por el todo por vivir de sus obras.
En cuanto a su aspiración más próxima, le encantaría que su maqueta de la Casa de la Independencia pueda ser exhibida en este edificio histórico y que su trabajo pueda ser cada día más conocido.
Sus trabajos se pueden encontrar en la fan page AB Miniaturas. Así también, pueden encontrarlo en su perfil personal como Andrés Bustamante. Si te interesa alguno de sus trabajos, podés llamarlo al 0985 808-946