En 1992, la Universidad Libre de Barranquilla se convirtió en escenario de una tragedia que marcaría un hito en la conciencia ambiental de Colombia y el mundo.
Durante el Carnaval de Barranquilla, 10 recicladores, invitados a la institución para vender productos reciclables, fueron brutalmente atacados, hasta dejarlos sin vida.
Óscar Hernández, una de las víctimas, logró sobrevivir y denunció lo sucedido a las autoridades, revelando una oscura realidad.
La universidad, responsable de esta tragedia, vendía los cuerpos de las víctimas para tráfico de órganos y para su estudio en Medicina.
Este atroz acto destapó la falta de dignidad y respeto hacia los recicladores, quienes, desde entonces, han sido recordados y honrados en el Día Mundial del Reciclador, establecido en 2008 durante el Encuentro Internacional de Recicladores en Colombia.
Esta fecha se erige como un homenaje a aquellos hombres y mujeres que, a pesar de los desafíos y la falta de reconocimiento, contribuyen diariamente al cuidado del medio ambiente al recuperar materiales desechados en hogares y empresas.
Su labor es esencial para atenuar la contaminación y fomentar la sostenibilidad.
La conmemoración de esta fecha destaca ante todo la importancia crucial de los recicladores en la construcción de un mundo más respetuoso con el entorno en el que vivimos.
Reciclaje e impacto social positivo
La compañía 6A valora la decencia del rubro. “Reciclar, hacer que el mundo sea mejor, que las personas entiendan que reciclar es una obligación de las personas”, reflexiona Pedro Ferrario, gerente general y director de la firma.
“El hierro es el material que hace más tiempo se viene reciclando y es el producto que más toneladas se recicla en el mundo entero”, refiere.
En cuanto a las clases de materiales reciclables que maneja la empresa y sus procesos de recolección, Ferrario manifiesta: “Lo que más reciclamos es todo lo ferroso. También hacemos aluminio, cobre e inoxidables”.
Sobre el proceso de recolección, dijo que lo realizan con su propia flota de recolección, en contenedores y cachambas. “También recibimos en planta mercaderías que envían en sus camiones. Tenemos procesos de oxicortes, compactados, molinado y cizallados. Todo esto según las necesidades de nuestros clientes, ya sean locales o internacionales”, explica.
Para el gerente general y director de 6A, los impactos sociales son fundamentales.
“El reciclaje emerge como la alternativa crucial para aquellas personas y familias con recursos limitados, permitiéndoles obtener ingresos sólidos para mantener a sus familias y cubrir sus necesidades básicas”, declara.
No existen otros sectores capaces de proporcionar apoyo a individuos sin acceso a empleos formales. “El reciclaje, además de constituir un sector y una labor honorable, transforma lo que se descarta en algo beneficioso en primer lugar para aquellos que lo gestionan. En segundo lugar, se erige como el principal aliado del medio ambiente, y tercero, contribuye al equilibrio económico”, destaca.
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Separación y clasificación
Desde su fundación, El Farol centra su misión en la protección del medio ambiente. El Ing. Guillermo Pineda, asesor técnico y sanitario de la empresa, destaca que se dedican a la separación y clasificación de residuos en el relleno sanitario mecanizado de El Farol.
Allí los recicladores realizan una tarea esencial al separar los materiales reciclables, aplicando criterios técnicos, ambientales y sanitarios para su posterior valoración.
Además de su enfoque ambiental, El Farol también lleva a cabo una acción social significativa al proporcionar empleo a los recicladores encargados de la segregación de materiales.
El Ing. Pineda explica que los residuos provienen principalmente de domicilios, comercios, instituciones e industrias.
Una vez en El Farol los desechos son dispuestos en el área de segregación, donde se lleva a cabo la clasificación manual de diversos tipos de materiales valorizables, como polietileno, plástico de alta y baja densidad, PET, varios tipos de plásticos y otros elementos con valor comercial, como cartones y latas de aluminio.
La empresa procesa alrededor de 1.500 toneladas de basura al día, provenientes del departamento Central y algunos municipios de Cordillera y Bajo Chaco.
Se estima que aproximadamente 30 toneladas de residuos valorizables o potencialmente reciclables son procesadas diariamente.
El compromiso ambiental de El Farol se refleja también en su plan de monitoreo ambiental, que incluye el control del agua subterránea, la medición de algunos componentes del suelo y el análisis de la línea de tratamiento.
Destaca como la única empresa nacional con una planta de lixiviados que cumple con las normativas nacionales e internacionales.
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