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Sin igualdad
“La fiscalía fue muy complaciente en aquel tiempo, estaba a cargo de Amílcar Ayala (renunció) y jamás pidió medidas para Bower. Eso es una barbaridad. Y los policías que no tienen plata, lógicamente que tienen medidas ya determinadas”, afirmó el doctor Rolando Alum, abogado querellante en representación del comisario Cáceres.
“Lo primero que vamos a pedir en la audiencia es que se cumpla el debido proceso por sobre todas las cosas. La Constitución establece la igualdad entre las personas, pero acá no hay igualdad entre las personas en la tramitación de los casos”, afirmó Alum, al adelantar que en oportunidad de la audiencia preliminar solicitará la imposición de las medidas a Bower.
Jueces “se lavan las manos”
El querellante Alum también se despachó contra la Corte Suprema de Justicia, por no sancionar a los abogados chicaneros ni a los jueces que se apartan sin razón de la causa, y por no resolver en forma diligente las cuestiones planteadas.
“La cuestión es que siguen admitiendo presentaciones dilatorias, que no corresponde. Esta desidia podría llamarse incluso de una omisión dolosa, porque no puede ser que la corte no tenga interés en un caso que ya lleva trece años. Ahora ya estamos en noviembre, esto significa que termina el año y una posposición más. Con reiteración hemos pedido, tanto yo como el fiscal Fabián Centurión, sanción para los abogados y hasta ahora nada. Y los jueces son “Poncio Pilatos”, porque en casos controvertidos como este eluden este compromiso. Estamos ante una situación que la Corte admite con un guiño. ¡Es una verguenza!”, afirmó.
“Es para un best seller”
“Este caso es una de las peores vergüenzas del Poder Judicial. Si vamos a hacer un best seller, este va a ser el primer caso. Lo que pasa acá es peor de lo que pasó en el caso Wasmosy, que fue absuelto por la Cámara, tras ser condenado a 4 años de prisión. Eso solo puede ocurrir en Paraguay”, agregó Alum.
El letrado recordó que en época del ministro Óscar Paciello (fallecido), este ni siquiera tenía relator y siempre estuvo al día, y sin embargo hoy día con tanta tecnología y tantos relatores, los ministros tardan en demasía para dar trámite a un caso como el que le toca intervenir.
Alum afirmó que “la desidia de la máxima instancia podría llamarse incluso de una omisión dolosa, porque no puede ser que la Corte no tenga interés en que este caso se resuelva”.