Solidaridad y fraternidad

Facundo está charlando animadamente con su abuelo, mientras comparten una merienda.

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Abuelo: Me gusta verte con buen apetito. Mira este pan especial que me trajeron, tiene un riquísimo aroma, pruébalo.

Facu: Muy sabroso, es suave y de un aroma muy agradable. Decime, abuelo, ¿por qué el pan se utiliza como signo de tantas cosas, sin embargo, entre las comidas es el más sencillo?

Abuelo: Tal vez por eso mismo, el pan es ese alimento que no falta en las mesas, sea del rico o pobre y en casi todas las culturas, con sus variaciones.

Facu: Me llama la atención que está presente incluso en las religiones. En el cristianismo representa a Jesús que se entrega por todos para salvarnos. ¿Por qué es así?

Abuelo: Sí, el pan es parte del rito religioso de varias religiones, en la nuestra hay un texto de la Biblia en el que Jesús, celebrando la Pascua con sus discípulos, toma el pan en sus manos y dice: «Este es mi cuerpo que será entregado por la salvación de todos. Hagan siempre esto en mi memoria». Por ese motivo celebramos la Eucaristía, en el que se recuerda ese hecho y al repetir lo que Él hizo con sus discípulos, Él se hace presente de un modo misterioso en ese pequeño pan, para fortalecernos y continuar su obra.

Facu: Y es eso lo que se celebra de una manera más extensa en la Semana Santa, ¿verdad?

Abuelo: Sí, en la Semana Santa se recuerda y actualiza la pasión, muerte y resurrección de Jesús concentrados en tres días: el Jueves, Viernes y Sábado Santo.

Una vez al año celebramos la Pascua, que es el acontecimiento central y más importante de nuestra fe. Todo gira en torno a eso, si Jesús no se hubiera entregado por nosotros y no hubiese resucitado para traernos vida, entonces, toda nuestra fe estaría vacía.

Facu: Es tan cercano a nosotros como un pedazo de pan, pero tan misterioso al mismo tiempo, como el hecho de que siendo hijo de Dios se haya entregado por todos para darnos vida, como dice la Biblia.

Abuelo: Es así, por eso me da mucha pena cuando se va olvidando el sentido de la Semana Santa. Es cierto que no todos son cristianos, pero al menos los creyentes deberíamos acercarnos y contemplar de cerca ese misterio de amor. Del amor de un Padre que entrega a su hijo, del amor de un hijo que por amor se entrega por toda la humanidad, creyentes y no creyentes.

Facu: Tal vez si los que decimos ser seguidores de Jesús mostramos un poco más en nuestras vidas los valores cristianos, como la solidaridad, la fraternidad y el amor, los que no creen o no conocen a Jesús tendrían al menos curiosidad de por qué los cristianos somos así.

Abuelo: Tanta falta hace en nuestra sociedad recuperar esos valores, porque necesitamos unos de otros, sobre todo, que nos reconozcamos como seres humanos con una dignidad igual para todos, en el que si se ha de privilegiar a alguien, ese sea al más necesitado y desvalido.

Facu: ¿Y acaso no es ese el proyecto de comunidad de Jesús?, ¿no es eso lo que pidió a sus seguidores?

Abuelo: Solo eso y nada más que eso. Ser humildes y dóciles como el pan que se da a todos y puede renovar las fuerzas para continuar fuertes en el esfuerzo por ser más humanos, más hermanos.

Actividad

Piensa y responde.

1. ¿Cómo se vive la Semana Santa en tu casa y tu comunidad?

2. ¿Consideras que la solidaridad y la fraternidad son necesarias en nuestra sociedad?, ¿por qué?

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