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Señores responsables de salvaguardar los derechos inalienables de todos los niños, en particular me dirijo a ustedes que son responsables de los derechos de los pueblos nativos, de los niños indígenas de nuestro país. Pero también me dirijo a toda la sociedad.
En ocasión del Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión, establecida por la Unicef (4 de junio), me dirijo a ustedes para expresarles cuanto sigue:
Como niño adolescente, me indigna sobre manera y siento mucha vergüenza de seguir viendo en las calles de nuestra ciudad, en las esquinas de los semáforos especialmente a niños y niñas indígenas que mendigan por un pedazo de pan para sobrevivir. Yo me pregunto, ¿cómo es posible que ustedes, que son los responsables, no sientan tamaña vergüenza por esta situación tan dolorosa para esos niños y esas familias?
Me pregunto por qué el Estado, que recibe el aporte de todos y cada uno a través de los impuestos para proteger a todos, en especial a los más necesitados, no es capaz de encontrar una solución humana a este problema tan grave. ¿Acaso no saben qué hacer o simplemente no les importa?
Si bien ustedes son los primeros responsables, creo que toda la sociedad también lo es. No podemos cerrar los ojos ante ello, levantar la ventanilla de nuestros vehículos en los semáforos o buscar acallar nuestras conciencias dándoles los mendrugos de nuestro pan. Todos somos responsables desde el momento en que esa situación tan injusta sigue ahí, lastimando los derechos de estos niños y niñas que viven mal alimentados, sin oportunidades de recibir educación formal, atención a su salud ni poder desarrollarse adecuadamente.
Somos todos responsables porque debemos exigir que el Estado cumpla con su función de protección a los más débiles, en particular a los niños. Somos todos responsables porque es bien conocido que estos indígenas han tenido que abandonar su hábitat porque son expulsados sistemáticamente por los terratenientes que los acogotan en sus aldeas y destruyen los bosques que son la fuente de su sustento. ¿Seguiremos mirando todo esto como si fuera solo un programa de tevé?
Soy muy joven para entender de política, pero no tengo la más mínima duda de que la situación de estos niños clama por justicia y debe interpelarnos a todos. Son víctimas inocentes que no comprenden por qué tanta exclusión, ¿cómo se sentirán al ver a los niños bien cuidados por sus padres, en qué clase de ciudadanos se convertirán mañana?
Tengo muchas preguntas y como niño exijo respuesta en primer lugar de los responsables del Estado, pero también apelo a la conciencia de toda la sociedad.
Gracias por su atención.
Actividades
1. Responde.
¿Compartes con Facundo su indignación hacia la situación de los niños y niñas indígenas en nuestro país?, ¿por qué?
2. Investiga por qué muchos indígenas se encuentran mendigando en nuestras ciudades.
3. Reflexiona.
¿Qué podemos hacer para que esta dolorosa situación cambie o mejore?