Cargando...
Las maquetas son modelos a escala de la obra que se construirá. Su montaje está pensado para resaltar un proyecto en el cual se quiere mostrar cómo quedarán a escala real. Hernán Kiss, propietario de A1 - Maquetas arquitectónicas, realiza los modelos a escala para estudios o la venta del objeto arquitectónico. Se dedica a esto desde hace más de 15 años, tras su paso por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción. Pese a que cursó todas las materias de la carrera, no concluyó la tesis, cuenta mientras habla de su oficio.
En sus años de experiencia elaboró maquetas inmobiliarias, pero también pedidos especiales de lanchas, camionetas para un corto publicitario, entre otros. Entre sus últimos trabajos emblemáticos se encuentran el World Trade Center Asunción, la remodelación del estadio Defensores del Chaco, edificios de departamentos sobre la avda. Santa Teresa, viviendas unifamiliares, paneles solares y la basílica de Caacupé, que fue entregada como ofrenda en ocasión de la visita del papa Francisco, entre otros.
Asimismo, trabajó también con empresas internacionales y sus piezas fueron a parar a España y otros países.
“Siempre es necesaria la maqueta porque vende más. Es el último paso antes de empezar a construir. El papel y la foto mienten, pero la maqueta no porque es la parte más real de la arquitectura, cuando entendés la forma”, explica Kiss.
Resalta que entre las ventajas de contar con una maqueta se encuentran las posibles fallas de una estructura pensada en planos. Para su montaje se utilizan diversos tipos de materiales, pero entre los más comunes están el isopor (poliestireno), los cartones, la cartulina, la espuma rígida, maderas livianas, vidrio, metales, policloruro de vinilo (PVC), entre otros. También pinturas y elementos decorativos y naturales.
Cuenta que con el auge de las construcciones de edificios, los pedidos de maquetas aumentaron. Él efectúa un promedio de tres por mes, tanto de viviendas como oficinas.
Sus productos van dirigidos, sobre todo, a empresas en periodo de inversión. Sin embargo, también prepara trabajos para escolares e iglesias. Uno de sus últimos modelos fue para la iglesia de los Heraldos del Evangelio de María, totalmente confeccionado en el material PVC e impresora 3D. “El PVC es más flexible que la madera y más funcional para este tipo de trabajos”, dice Kiss.
Su empresa se encargó de la maqueta de viviendas de Visión Banco, mediante la cual ofrecen créditos para varios modelos de casas. “Estas se pueden destapar y la gente ve cómo son los espacios. Para la percepción es mucho mejor que un simple plano”, reitera.
Precios. En cuanto a los precios, señala que estos van desde G. 500.000 y aumentan dependiendo de la complejidad del proyecto, pudiendo llegar, incluso, hasta más de G. 40 millones, como fue el caso de la maqueta que A1 - Maquetas arquitectónicas que su empresa realizó para la Itaipú Binacional, de la línea de 500 kv, y que requirió de muchos detalles e incluso luces led, en un espacio de tres metros de diámetro.
En el país no existe escuela de maquetismo, aunque sí el oficio. Poca gente lo hace, y nadie se dedica enteramente, refiere. Por eso, Kiss enseña cómo hacer los prototipos a escala en algunas universidades, como herramienta para el desarrollo del diseño arquitectónico. “Somos pocos maquetistas, otro reconocido a nivel local es el profesor Manuel Tarazona”, indica el profesional.
Para concretar en miniatura los proyectos arquitectónicos, Kiss y su equipo requieren, al menos, dos semanas. Sin embargo, siempre hay gente que recurre a su empresa con premura. “Agilizamos al máximo nuestros recursos, utilizando cortadoras láser, mano de obra de carpinteros, impresoras 3D, sin dejar de lado la parte manual”, cuenta.
Prestaciones
El concepto de maquetismo nació en el seno del Ejército. Los montajes brindan una proyección de la estética de la obra, pero, a su vez, permiten analizar cuál será su comportamiento de esta ante los elementos y su resistencia. Las maquetas facilitan la planificación de la ejecución de la obra, anticipándose a los tiempos de construcción y posibles cambios.
G. 500.000 cuesta una maqueta sencilla, sin muchos detalles.
G. 40.000.000 llegó a valer una maqueta hecha para Itaipú.