En el último acuerdo, la ecuación política desplaza a la matemática

En este tema energético, que ya cumplió su mitad de siglo en 2023, especialmente si consideramos a sus dos principales fuentes: Itaipú y Yacyretá, existe una suerte de caraguataty (maraña espinosa e impenetrable) existencial, creada ex profeso por sus principales ordeñadores financieros. Pero el tema no es tan complicado. En esta serie nos esforzaremos en demostrar lo sencillo que es el tema si lo explicamos con buenas letras e iguales intenciones. Para el efecto expondremos algunos conceptos, números y cifras claves. Iniciaremos con una especie de glosario energético itaipuano que nos ayudará a comprender mejor.

Un tramo de la represa Itaipú, rodeado por las aguas del embalse.
Un tramo de la represa Itaipú, rodeado por las aguas del embalse.GENTILEZA

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CADOP: es el organismo técnico-político más elevado de la binacional y está compuesta por los directores técnicos del Paraguay y Brasil, además del gerente técnico de la ANDE y el gerente comercializador de ENBpar.

CECUSE: es la Comisión de Estudios del Costo del Servicio de Electricidad de IB, compuesta por funcionarios de la Dirección Financiera, paraguaya y brasileña, acompañados por funcionarios técnicos de la ANDE y ENBpar. Esta comisión recibe las orientaciones del CADOP y realiza los cálculos de los presupuestos anuales, las proyecciones de generación y su consecuente tarifa anual. Los resultados de estos estudios forman los anexos que se oficializan mediante las famosas RDE: Resolución del Directorio Ejecutivo; y las RCA: Resolución del Consejo de Administración. Recordemos que la tarifa de Itaipú es igual al cociente resultante de la división de la producción total por el costo anual. En otras palabras, como Itaipú es una entidad sin fines de lucro, el producto obtenido, la energía, debe reflejar exactamente su gasto en obtenerlo.

ACUERDO OPERATIVO: permite al Paraguay realizar el mix o mezcla tarifaria de manera de obtener una cifra conveniente a la ANDE. Con este mecanismo, la tarifa final que Ud. paga en sus facturas mensuales no es mayor. Recordemos que la ANDE es un monopolio estatal que pierde un promedio de 30% en su presupuesto anual; unos 300 a 400 millones de dólares por año. Esta tarifa preferencial es la que muchos conocen como “complacencia interesada”. En otras palabras, una migaja que Brasil nos permite disfrutar a los usuarios finales paraguayos, para que él lleve la energía firme y garantizada de la IB.

Si la ANDE no tuviese tantas pérdidas y fuese más eficiente, Ud. pagaría menos de lo que actualmente está abonando y las tarifas del desarrollo atraerían realmente inversionistas extranjeros. La ANDE contrata potencia de Itaipú Binacional que deviene de aproximadamente un 70% de energía garantizada (cara) y un 30% de energía excedente (barata). Es el mix que le permite sobrevivir en décadas de pérdidas técnicas, robo, morosidad e ineficiencia.

La tarifa de energía garantizada, antes del 2023, era muy onerosa para la ANDE. Desde 2009 hasta 2024 la empresa estatal paga el total de la tarifa oficial de IB, sino el mix resultante que ya explicamos.

ENERGÍA GARANTIZADA: es la energía que la entidad puede garantizar en un 95%, durante los 365 días del año. Dependen principalmente del flujo hidráulico y de la disponibilidad de las máquinas durante ese mismo período. En Itaipú esta cifra es de 75.134.520 MWh por año. Esta energía, a su vez, está asociada a la potencia contratada.

ENERGÍA EXCEDENTE: es toda energía generada por encima de la energía garantizada. En el ambiente itaipuano lo subdividen en otros tipos de energía que se prestan más para embarullar que aclarar.

Para entender mejor los siguientes conceptos debemos aclarar las aguas del embalse, a estas alturas un poco turbias para más de uno. La Itaipú Binacional tiene una potencia instalada de 14.000 MW, distribuidas en 20 máquinas, de las cuales 10 son de 50 hertz, son paraguayas; mientras que las otras 10, de 60 hertz, son brasileñas. De estas 20 máquinas se deben descontar dos unidades que podrían estar en mantenimiento preventivo o correctivo; es decir 1.400 MW, también se descuentan otros 430 MW de potencia operativa, una suerte de reserva para casos de disturbios o emergencias del sistema; además otros 35 MW de consumo propio.

Finalmente nos quedan unos 12.135 MW de potencia garantizada instantánea o disponible con un 95% de seguridad técnica. A esto solo se opone el flujo hidráulico controlado por madre natura, lo cual es predecible, pero imperfecto. Esta es la potencia final disponible para los compradores: ANDE y ENBpar.

De esta cifra en MW: 12.135 para llevarlo a kW/mes, debemos multiplicarlos por 1.000 y por los 12 meses del año; obtendríamos así: 12.135 x 1.000 x 12 = 145.620.000 kWmes.

El presupuesto anual histórico de Itaipú, antes de 2023, era de US$ 3.291.012.000, y dividiéndolo por la cantidad potencia probable de 145.620.000 kWmes se obtiene la tarifa de potencia, es decir: 3.291.012.000 US$/145.620 kWmes = 22,60 US$/kWmes; entonces:

TARIFA DE POTENCIA: Se obtiene dividiendo el presupuesto anual por la potencia instalada disponible con seguridad y se calcula por mes. Es decir: kWmes.

TARIFA DE ENERGÍA: Se obtiene dividiendo el mismo presupuesto con la energía garantizada anual; la unidad obtenida es en kWh; es decir esa potencia multiplicada por el tiempo utilizado. Tenemos así: 3.291.012.000 US$/75.134.520 MWh = 43,80 US$/MWh. Usted, amable lector, paga energía en su factura de la ANDE, no paga potencia. Una explicación simple que acostumbro usar en mis conferencias es la comparación entre HP (potencia de una máquina), o su capacidad de carga; por ejemplo: un camión para 10 toneladas de capacidad. Esta capacidad se convierte en energía cuando la cargo con 5,8 o 10 toneladas y la llevo durante un tiempo o una distancia. La potencia vendría a ser la capacidad del camión, mientras que la energía es la carga real que llevo.

Por otra parte, el presupuesto y la tarifa, íntimamente interligadas, se oficializan por RDE y RCA, generalmente cada mes de octubre para regir el 1 de enero del siguiente año. Las planillas de cálculos del presupuesto, de la tarifa, la amortización de las deudas, etc., se hacen con proyecciones a siete años.

¡Que no le engañen! Cuando algunos avivados del sistema quieren presentar a la Itaipú como algo impenetrable tecnológica, geopolítica y administrativamente, solo recuerde el siguiente ejemplo: Si usted hace un préstamo de un banco y luego de un tiempo determinado cancela esa cuenta, ¿está obligado a seguir pagando sus cuotas? ¡Claro que no! Es lo que intentan explicar estos personajes obscurantistas del desarrollo. La Itaipú canceló anticipadamente su cuenta principal; es decir, los servicios de la deuda incurrida en la construcción y montaje electromecánico, en el año 2022. En 2023 debía tener un 63% a menos en su costo anual. De los históricos US$ 3.291.012.000, aproximadamente se descuenta US$ 2.000.000.000; quedando 1.200 a 1.300 millones de dólares de costo real. Esto incluye los salarios, los mantenimientos, los resarcimientos, las compensaciones, los moños, los rulitos ¡inclusive los “gastos discrecionales”!

Si de los US$ 3.291.012.000 extraemos los US$ 2.000.000.000 de la cancelación de la deuda, conforme al anexo C que sigue vigente, obtendríamos: US$ 1.291.012.000 del nuevo costo; y si esta cifra la dividimos por la potencia de 145.620.000 kWmes, obtendremos una tarifa de potencia de 8,8656/kWmes.

De la misma manera, conforme siempre al anexo C, la tarifa en energía vendría de la división del nuevo costo de US$ 1.291.012.000 dividido por la energía anual garantizada, es decir: 75.135.520 MWh, obteniendo así 17,18267/MWh.

¡Qué pasó aquí! ¿Dónde está la ganancia de la ANDE y la ENBpar en el nuevo acuerdo operativo? Si ambos países acordaron una tarifa provisoria hasta el 2026 de 19,28/MWh, ¿dónde está la victoria de Santi Peña y sus asesores? ¿Cómo se puede demostrar que obtendremos 1.250 millones de dólares adicionales con una tarifa mayor a lo que reza el Anexo C? ¡Con una ecuación simple no lo podemos demostrar! Tal vez con una ecuación política sí.

Lo que pasa es que tenemos dos escollos insalvables para el “sistema paraguayo”: las pérdidas del monopolio estatal llamado ANDE y los “gastos discrecionales”, ambos usados para perpetuarse en el poder.

No existe otra explicación técnica que pueda ser defendida en ningún foro académico o científico, ni siquiera político, pero verdaderamente democrático. Y después quieren enseñarnos sobre lavado de dinero. ¡El lavado de dinero lo hacen ellos en todo tiempo! Y lo hacen en las binacionales, en las empresas estatales, en fin, en toda la administración pública.

En las próximas entregas estaremos sometiendo a juicio, de los que lo tienen, unas opciones sobre el futuro Anexo C o, quién sabe, el próximo sobre el Tratado de Itaipú. Lo que patrióticamente, con los cinco sentidos sometidos a la razón, podemos ofrecer desde estas páginas.

¿Qué pasaría si demostramos públicamente que con este “acuerdo operativo” firmado con el Brasil, estamos perdiendo millones de dólares? ¡Y nada!, dirían muchos; venimos perdiendo en Itaipú hace tantas décadas que los golpes ya formaron callos y el dolor se transformó en placer.

Acuerdo

¡Qué pasó! ¿Dónde está la ganancia de la ANDE y la ENBpar en el nuevo acuerdo? ¿Si ambos países decidieron una tarifa hasta 2026 de 19,28/MWh?

Escollos

Hay dos escollos para el sistema paraguayo: las pérdidas de ANDE y los “gastos discrecionales”, usados para perpetuarse en el poder.

(*) Ing. Agrónomo, Electricista y Lic. en Teología. Msc en Planificación y cursante en lenguas semíticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Exsuperintendente de Energías Renovables de Itaipú Binacional.

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