Fiesta del sol y del fuego

La tradicional fiesta mediañera de San Juan, en la que se mezclan sortilegios, llamaradas, comidas y otros aspectos lúdicos, es una de las grandes festividades cuyo origen se pierde en la lejana y oscura noche de los tiempos.

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En todas las culturas antiguas siempre hubo un particular respeto hacia los elementos naturales –fuego, tierra, agua y aire–, así como a los astros, especialmente la Luna y el Sol. Muchas de esas culturas dedicaron a estos astros profundos estudios, y templos y cultos. Y, cuando no, como el caso de nuestra cultura guaranítica, por lo menos formaba parte importante de su cosmogonía y sus afanes culturales.

Una antigua tradición

Las culturas más avanzadas daban especial atención a los solsticios, momentos astronómicos y cronológicos cuando el Sol llegaba a los puntos más lejanos de oscilación entre el Sur y el Norte, en junio (Cáncer) y diciembre (Capricornio). Eran –o son– los momentos en que el Astro Rey tiene su máxima declinación meridional (al Sur) o septentrional (Norte), aparentando detenerse (de ahí el término latino Sol - Stitium) para iniciar su camino pendular de regreso hacia el otro extremo.

En las culturas europeas –cuya influencia marca después nuestra cultura americana, y paraguaya– estas situaciones, estos fenómenos, estos solsticios, eran motivos de importantes festividades y celebraciones, como el caso de la civilización romana, en que el Sol era representado por el dios Jano, quien presidía los comienzos o el ingreso de este en los dos hemisferios celestes.

De ahí que el mito de Jano aparece como principal y fundamental símbolo en las religiones antiguas y cuando el cristianismo hace su aparición en el espectro religioso de la antigüedad, el dios Jano es el elemento principal en dos momentos juanísticos: junio –mes de Jano, mes de san Juan– (solsticio de verano en Europa), como así también aparece íntimamente relacionado con el otro solsticio, seis meses después, el de diciembre, donde la figura principal es Jesús, al que se le hace nacer en el solsticio de invierno europeo. Ambos personajes importantes de la religión cristiana –Juan y Jesús– presiden estas dos grandes festividades religiosas ancestrales.

De esta manera, la religión cristiana, heredera de las tradiciones religiosas de civilizaciones más antiguas, transpuso la relación de Jesús con Juan Bautista o Juan Evangelista, ambos de importante rol en dicha religión.

El cristianismo, como se ve, adaptó la tradición juanítica primitiva y la asimiló a su mitología, anulando de esa manera las fiestas “del asno” en verano y las “saturnales” de invierno para convertirlas en las grandes fiestas de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, respectivamente (o del nacimiento del Niño Dios). En ambos casos, celebrando las fiestas solsticiales.

Juan y Jano o Jano y Juan

El nombre Janus o Jano tiene un parecido muy singular con el de Juan y no es por casualidad que este fue puesto por la tradición judeocristiana en el mismo y exacto lugar de aquel. Filológicamente el nombre de Juan –en hebreo Johan, en griego Joánes, en persa Jehan, en salió Jánes, en francés Jean, en inglés John, en alemán Johann– deriva radicalmente de la voz semítica Jan. También tiene estrecha relación con el dios Ganesa, el “señor de las dos vías” de la tradición hindú.

Jano, en la mitología romana, es el dios bifronte, el dios de las puertas, los comienzos y los finales (en el calendario es el recordado por el mes de enero –Januario– el que abre enero; es el que media el año –junio– y está entre el tiempo transcurrido y el faltante del año, y también auguraba buenos finales).

San Juan y nosotros

La fiesta de San Juan, que celebramos –principalmente– entre el 23 y el 24 de junio, coincidente con nuestro solsticio de invierno, es –justamente– una mezcla de celebraciones religiosas y paganas provenientes de Europa, a través de España, y que en nuestro país tomaron características particulares.

La fiesta de San Juan es la fiesta del fuego, del sol, pues a partir del solsticio empieza nuevamente el Astro Rey a adquirir nuevos vigores que, ascendentemente, irán subiendo hasta nuestro solsticio veraniego de diciembre, en que empezará nuevamente a declinar hasta el siguiente solsticio invernal de junio.

Las fogatas, presentes en las manifestaciones lúdicas disfrutadas en estas fechas, representan al fuego solar, y es una manera de ayudar al sol a mantener su calor y su luminosidad. Esa es la razón de las pelotas tata, los toros candiles, las fogatas y las ascuas esparcidas, sobre las cuales se caminarán con los pies descalzos.

Todos estos juegos ígneos se complementan con diversos otros juegos –kambuchi jejoka, paila jeheréi, kure ñembo huguái, yvyra sýî–, pruebas de sortilegios buscando vislumbrar lo que depara el futuro, con las pruebas de plomo derretido, cera derretida, pruebas del maíz y el gallo, cuchillos clavados en bananos, las pruebas de los papelitos y los nombres, las manchas de tintas, la de las zapatillas de las cabezas de ajo, la pregunta de nombres, la lavada de rostro, de las agujas en el agua, la del espejo, de los ramitos de laurel, la del anillo y el vaso de agua, etc.

En fin, la noche de San Juan es una noche mágica, una noche de sortilegios entre el pasado y el futuro, una noche en la que los juegos y las pruebas son el camino para tratar de visualizar el porvenir.

¡¡¡Viva San Juan!!!

Juegos y pruebas

Es tradicional también que esta madrugada pongas en práctica todas las pruebas posibles para saber qué te depara tu futuro, principalmente en el plano amoroso. Aquí, te contamos algunos trucos divertidos y te recordamos los juegos que forman parte de esta fiesta.

Prueba del gallo. Se encierra un gallo durante todo un día sin darle de comer, luego se reúnen las señoritas en círculo con un puñado de maíz a sus pies, se suelta al gallo en medio del círculo en espera de que elija el puñado para comer. La favorecida será la próxima a casarse.

Otra del gallo. Un gallo debe ser atrapado y mantenido en una pieza oscura por 24 horas, sin comer. Luego, el día 24 a la siesta, se lo libera en una pieza donde, alrededor del gallo, se ubican un anillo, una moneda, un huevo de gallina y una llave, rodeados de granos de maíz. Si el gallo come en primer lugar donde está el anillo, eso significa que habrá casamiento ese año; si primero come del lugar donde se halla la moneda, eso significa que se poseerá mucho dinero ese año; si primero come del lugar donde está el huevo, eso significa mala suerte; y si come del lugar donde está la llave, eso significa que se tendrá casa nueva ese año.

Prueba del espejo. El día 23, a la noche, se debe guardar un espejo nuevo bajo la almohada y, al amanecer, sacar y mirar. Se podrá ver en él la imagen de la futura esposa o esposo.

Amor. Al primero que encuentra y abraza, luego de las 00:00 del 24 de junio puede ser su pareja.

Banano. El día 23, a la noche, se clava un cuchillo o puñal en una planta de banano. Luego, el día 24, a la siesta, al desempuñar el cuchillo del banano, quedará grabada en la hoja la letra inicial del nombre del futuro esposo o esposa.

Al amanecer. El día 24, al amanecer, se debe salir a la calle y preguntar el nombre a la primera persona que pasa. El nombre de dicha persona será también el nombre (o inicial del nombre) del futuro esposo o esposa.

Almohada. El día 23, a la noche, se pondrá debajo de la almohada dos granos de maíz con los nombres de dos pretendientes. En la mañana del día 24, al despertar, se extraerá uno de los granos y el nombre extraído será el del futuro esposo o esposa.

Velas. El día 24, a la siesta, se deben echar 24 gotas de vela en un recipiente con agua, y se formará la letra inicial del nombre del futuro esposo o esposa.

¡Los juegos!

A las pruebas se suman los divertidos juegos de San Juan

Pelota tata. Una pelota de trapo mojado con kerosén. La pelota se enciende, y se convierte en un balón de fuego que circula entre la muchedumbre y que la gente le da puntapiés para tratar de alejarlo.

Tata ári jehasa. Significa pasar descalzo caminando sobre aproximadamente 5 m de brasas. Esto es cuestión de fe, ya que los participantes normalmente no llegan a sufrir ninguna quemadura.

Toro candil. Alguien se viste con un casco en forma de cabeza de toro con cuernos en llamas y corre entre la multitud pretendiendo ser toro.

Yvyra sýî. Es el certamen de tratar de subir a un mástil engrasado, que tiene algún premio colgando de la punta.

Casamiento koygua. Es una boda campesina simulada a modo de diversión.

Kambuchi jejoka. Es una piñata hecha con un cántaro de cerámica, que hay que romper con un palo de madera. Resulta complicado porque el participante va con los ojos vendados.

Paila jeheréi. Consiste en lamer una sartén acaramelada y que lleva una moneda sujeta con el caramelo en el centro. El juego consiste en lograr quitar la moneda lamiendo.

Judas kái. Un muñeco de tamaño real relleno de explosivos y fuegos artificiales, muchas veces se lo viste y se lo hace ver como una persona odiada o poco popular en la comunidad.

Carrera vosa. Que consiste en una corta carrera (20 a 30 m) en la cual los competidores están dentro de una bolsa, (cada uno) quedando libre solamente de la cintura para arriba, de tal manera que el desplazamiento para llegar a la meta se obtiene dando saltos.

Ñandú. Consiste en simular ser un ñandú o avestruz que persigue a la multitud para “picotearlos”, con un casco hecho de ramas con un palo en forma de gancho para carpir.

Pruebera. Mientras se van desarrollando los diferentes juegos, una mujer pruebera lee el futuro a quienes se le acercan. Sus “poderes” para adivinar la suerte son los naipes.

Agradecimiento: Pirata Bar.

 surucua@abc.com.py

Fotos ABC Color/Claudio Ocampo/Heber Carballo/Desirée Cabrera.

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