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¿Un león de mascota?
Solo algunos animales, como perros y gatos, han sido domesticados a través de los siglos para que acompañen la vida familiar. Aunque muchos se empeñan en tener animales silvestres en la casa, no es lo recomendable.
La doctora veterinaria Alicia Coppola lleva 30 años de labor en la unidad de cría del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción. En sus inicios, trabajando con el doctor Raúl Tuma, una leona africana se enfermó y abandonó a sus crías. “Tuve la suerte de criarlos en sus primeros días en mi casa, hasta que se valieron por sí mismos. Así fue que en septiembre del año 93, con cuatro días, traje a un león africano, al que llamamos Leoncio. El león, que es el rey de los animales, se crió en mi casa durante nueve meses con dos perros, dos gatos siameses y un mono. Lo hice porque no se podía valer por sí mismo. Leoncio, a quien le escribí un poema, era feliz en mi casa y de golpe se trasladó a una jaula. Llorábamos los dos”, recuerda.
La doctora se emociona cuando memora que “Leoncio nunca sacó una garra, se sentía tan seguro en esa casa en un jardín muy grande y a la tardecita los perros se iban adelante y se sentaban juntos a mirar la gente pasar”.
Al momento de llevarlo de nuevo al Zoo, donde pertenece, el pequeño león tenía 40 cm. de altura de alzada, tomaba leche especial con mamadera, a los 3 meses carne cruda con leche y luego kilos de carne: “Mi experiencia fue muy linda, pero las especies silvestres no pueden vivir en una casa, no es algo que deba hacer alguien que no conoce a los animales”.
Los animales silvestres y muy especialmente los felinos conservan sus instintos básicos de gran cazador, es por ello que no se los debe criar en la casa como otra mascota más.
Chow Chow
Este perro de aspecto leonino tiene un cráneo achatado, amplio y con poca caída frontonasal. Su nariz es grande, muy ancha y negra, o blanca cuando su pelaje es claro. Es un perro muy corto con las costillas arqueadas, con el pecho ancho y profundo. Sus hombros son oblicuos y musculosos. Sus muslos fuertes y sus piernas oblicuas con sus garrones muy bajos, lo que determina su andar vacilante, clásico del chow chow. Su pelo es abundante y tupido, liso y áspero al tacto. Una curiosidad es su lengua negra azulada.
Foto: Gentileza.
Will Rodrigues/shutterstock.com