–Los pediatras recomiendan volver a clases después del invierno. ¿Por qué?
–Resulta que en China se ha demostrado que la difusión de la virosis del covid-19 aumentó después de que los chicos volvieron a las escuelas. Esa es una realidad. Sucede que los niños son los nichos. Son las fuentes perfectas de diseminación de las infecciones respiratorias virósicas gripales. Se tiene que tener en cuenta este escenario para que se puedan generar distintos esquemas desde el Ministerio de Educación. Definitivamente, estamos en un año especial. En situaciones especiales, corresponden medidas especiales. Yo recomiendo que los niños no vayan a clases hasta que termine el período invernal.
–¿Esto es “vacaciones de invierno”, o abarca más?
–Yo no hablo de “vacaciones de invierno”. El invierno en nuestro país es realmente hasta fines de agosto. Generalmente, tenemos frío hasta fines de agosto. No es mala idea que comiencen las clases en setiembre. Si se adopta esta medida, no solo se van a beneficiar los niños, sino la familia y toda la comunidad.
–¿Usted dice que los niños pueden transmitir a los adultos en la casa?
–Absolutamente; a los padres, a los abuelos, a los tíos, a todos. Eso es lo que se ha comprobado en China. El primer caso de coronavirus en Singapur –yo estoy en contacto directo con ellos porque hace dos años estuve como invitado para dar conferencias allá– fue de un niño de seis meses, hijo de padres que dieron positivo. Tuvo fiebre de 38 grados apenas un día. Las autoridades sanitarias le hicieron una vigilancia, un insopado nasal durante 15 días. ¿Sabe cuántos días tuvo el virus llamado coronavirus en la nariz? Estuvo 12 días excretando, sin ningún síntoma, con muy buen estado general. Se alimentaba bien, estaba activo. Vale decir que no solamente los niños son unos buenos diseminadores del virus, sino también propagadores por varios días...
–¿De dónde se contagian si no es de los padres?
–En el jardín de infantes, en la escuela o en el colegio. Cae un niño engripado, ya sea procedente de su padre, de su abuelo o del vecino, y ese niño va contagiando al resto de la clase. Eso va en cadena. Ya se tiene comprobado que un niño puede contagiar hasta a cuatro por coronavirus. Usted no se imagina el beneficio de las vacaciones de invierno en tiempos normales. Como pediatra, le puedo decir: disminuyen muchísimo los pacientes en los consultorios...
–¿No es una medida drástica? ¿No es más práctico controlar como se hace hoy mismo al entrar al supermercado, al banco...?
–La pregunta es muy puntual. Ya está comprobado que el 26% de los pacientes que tienen infección por coronavirus son asintomáticos. Es decir, usted hoy le puede controlar al niño en el supermercado la temperatura, o en la puerta de la escuela, y no tiene síntoma. El chico entra, corre, salta, come bien... pero resulta que está con el coronavirus. Ese chico le puede contagiar al resto. Por eso necesitamos saber con mucha exactitud dónde estamos parados. Necesitamos que haya más testeo: mil, dos mil, tres mil por día. Necesitamos esa información como hizo Corea del Sur o Singapur. Ellos supieron dónde estaban parados, y así pudieron dictar la política sanitaria. Eso les sirvió para calcular cuánto tiempo los niños tenían que tener clases no presenciales. Es la información clave desde el punto de vista epidemiológico.
–Mantener a los niños en la casa tanto tiempo es una recomendación que para muchos es de cumplimiento imposible...
–Yo escuché lo que está haciendo el Ministerio de Educación, una política de clases no presenciales en cierto sentido. Los niños tienen muchísima tarea que hacer en la casa. Nos están demostrando otros países. Ellos pueden tener las mismas clases, las mismas horas a distancia. La tecnología nos permite dar clases, dejar tareas por internet vía digital. Hay muchísimas tareas que pueden hacer...
–Los que van a escuelas públicas difícilmente puedan acceder a las tecnologías...
–Correcto. Para los alumnos de escuelas públicas que no tienen posibilidad de tener computadoras no queda otra que postergar el inicio de las clases o ver la manera de que se hagan algunas tareas en la escuela. Es un tiempo de creatividad; pero se debe evitar, en lo posible, hacer clases presenciales. No queda otra. Tenemos que dar prevalencia y jerarquizar la vida humana en ese sentido.
–Los alumnos de las escuelas públicas van a clase más bien en pos de ese kit de alimentos, más que para el estudio. Se van para comer...
–Hay que ver la manera de hacerles llegar los kits de alimentos. Sabemos bien que el 12 de abril no va a terminar la epidemia.
–Imponer una disciplina casi prusiana, de encierro total, ¿eso no da lugar a una contaminación peor por las restricciones para salir a ejercitarse, los niños de ir al parque, medidas que generan ira, miedo, sicosis, violencia?
–Entiendo perfectamente lo que quiere decir. Por supuesto que son escenarios que en algunos hogares se pueden estar presentando. Pero ¿qué es lo más peligroso hoy en día? ¡Andar libres sin ningún distanciamiento social en donde todos nos vamos a poder contagiar y apeligrar nuestras vidas! Ahí es donde tenemos que balancear cuáles son las prioridades. Hay demasiadas actividades que se pueden hacer en el hogar.
–Hay países donde se permite a la gente salir a pasear, andar en bicicleta, tomar aire afuera...
–Acuérdese de que Italia y España no tomaron medidas; por eso están como están. En contrapartida, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong, cortaron todo, enseguida, incluso en contradicción de las políticas de la Organización Mundial de la Salud, cuando decía: “No, tranquilo. Pueden viajar. No hay necesidad de cortar los viajes”. Ellos cortaron...
–¿Por qué no se puede pasear?
–Circular al aire libre sin aglomeración no representa un riesgo. Lo que sucede es que esos encuentros alientan al acercamiento social en el mismo parque. Pero todo es posible una vez que se levante la cuarentena total.
–¿Las familias se pueden reunir sabiendo que no han tenido contacto con viajeros?
–Hasta que el Ministerio de Salud levante las políticas de distanciamiento social, no es recomendable. Al asumir la circulación comunitaria del virus, se tiene que proteger a los grupos de riesgo, es decir, mayores de 60 años, inmunocomprometidos, asmáticos, obesos, etc.
–¿Los abrazos de tíos y abuelos con los niños es posible?
–Si no presentan enfermedad, el riesgo es bajo, pero puede haber contagios de asintomáticos; por lo tanto, la premisa es proteger a los grupos de riesgo.
–¿Todo el que esté cerca de un infectado adquiere indefectiblemente el virus?
–Hay una regla para esto: el que esté cerca de una persona con covid-19, menos de 2 metros, por más de 2 minutos, se convierte en un fuerte candidato para infectarse sin que tenga ninguna protección personal, o máscara...
–¿Cómo se puede prevenir a los niños de este virus?
–Una buena alimentación balanceada, mucha fruta, mucha verdura pero también tenemos que apelar a algunas estrategias indirectas...
–Por ejemplo...
–Al coronavirus le gusta y ataca el sistema respiratorio. Genera neumonías graves, lesiones pulmonares muy graves. La vitamina C es un excelente antioxidante.
–En los kits de alimentos se va a tener que incluir ahora...
–Las autoridades tienen que tomar nota. También tenemos otra vitamina que ha demostrado un protagonismo importante en las infecciones respiratorias: el zinc. También la vitamina D favorece muchísimo a los asmáticos. Hay un probiótico que está demostrando también una buena acción positiva contra las infecciones respiratorias, el llamado Lactobacillus reuteri. Está teniendo un protagonismo bastante importante en las defensas y el sistema inmune.
–¿La hidrocloroquina es el camino que puede llevar a la cura?
–La hidrosis cloroquina es una medicación que se indica a los pacientes críticos, graves. Se ha demostrado que disminuye mucho la carga viral.
–¿Qué dice del eucalipto, la vieja medicina de nuestros abuelos para las afecciones respiratorias?
–El eucalipto, es cierto, siempre ha sido la alternativa folclórica de nuestro país. Es nada más para la humidificación de las vías respiratorias...
–¿Por qué hay tanta diferencia entre un país y otro? ¿Por qué Ecuador tiene tantos casos y tantos muertos?
–Ecuador es un país que se ha descuidado. Es un país que tiene mucha migración, especialmente desde y hacia España. Yo estuve ahí. Conozco su realidad. Me ha llamado mucho la atención lo que ha sucedido. Se debordó.
–¿Qué opina de ese plan de centralizar los royalties y fondos para el Fonacide en salud y Hacienda, dando prioridad al Ministerio de Salud?
–Creo que el tiempo de crisis es el momento de la centralización y no de la dispersión, debe haber una unidad de mando. Depende mucho también del tipo de liderazgo. Hace 50 años, Singapur, que es mucho más pequeño que nosotros, estaba económicamente peor. Ahora es uno de los “Tigres Asiáticos”. Estuve mucho tiempo allí dando conferencias. Hoy tienen un nivel bajisimo de contagio. El secreto de ellos es la buena inversión de su dinero en salud y educación, el combate a la corrupción. Nuestro Presidente tiene una oportunidad magnífica de enderezar la situación aquí planteando una buena reforma del Estado real direccionado al bienestar de la gente y no al de la nomenclatura de siempre.
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