“El tema debió ser negociado entre Marito y Bolsonaro...”

Hiram Pessoa de Melo es un consultor político brasileño con casi 30 años de experiencia en campañas en América Latina y Portugal, incluido nuestro país. En esta entrevista, retrata con agudeza la crisis que puso en vilo al país esta semana y que arriesgó la continuidad del presidente Mario Abdo Benítez. El analista critica la posición ventajista de Itamaraty y sostiene que Brasil le debe más respeto y que tiene una deuda histórica con Paraguay.

Hiram Pessoa de Melo: “Si los políticos son conscientes, ya que Brasil anuló toda el acta, ya no lo van a querer sacar de esa manera a Marito porque es negativo para el país...”
“El gobierno tiene que salir de las cuerdas”
audima

–“Gana el que yerra menos, quien no arriesga no gana”, el título de su libro. ¿Qué nos cuenta de su experiencia en este cambiante mundillo político latinoamericano?

–Soy un consultor con bastante experiencia en campañas electorales desde que comencé con Tancredo Neves. Trabajé en Argentina, México, Bolivia, Venezuela. Hice la campaña por la oposición contra (Hugo) Chávez cuando él ganó en el 99. Estuve con la Acción Democrática y Copei. Ganamos el referendum del 2010, en el 2015 también estuve con la oposición. Trabajé con la gente de (el exalcalde hoy exiliado en España) Antonio Ledezma y otros. Conozco bien el caso venezolano. Incursioné en Portugal. Fui consultor de (José Manuel) Durão Barroso, expresidente de la Comisión Europea (2004-2014) y ex primer ministro (2002-2004). Estuve también por México, en fin...

–Un consultor globalizado...

–En Brasil trabajé para varios candidatos, para alcaldes, para el que fue gobernador de Paraná Alvaro Dias. Hoy es el senador de mayor prestigio de Brasil. Es mi amigo. Su partido, Podemos, es el segundo más importante del Senado.

–Ya no está en el PMDB...

–Hace años. El PMDB se hundió ya. Los grandes partidos de Latinoamérica se están yendo todos. El PRI de México, el APRA de Perú, los de Venezuela (Copei y Acción Democrática), el PT va camino.

–¿Tanto así? Recién se fueron Dilma (Rousseff) y (Michel) Temer, del PT y del PMDB.

–Se achicaron muchísimo. Los escándalos de corrupción los golpeó bastante. La tendencia es de achicarse aún más. En Latinoamérica, los únicos partidos dinosaurios que sobreviven son el Peronismo en la Argentina y acá en Paraguay el Partido Colorado (sonríe con ironía).

–¿Cómo analiza lo que pasó aquí esta semana?

–Aquí, a Marito le tocó bailar con la más fea, porque heredó una acumulación de frustraciones y desencantos de los anteriores gobiernos. Dicen que crece el PIB, pero otra cosa es que el PIB llegue al bolsillo de la gente. No llega. Por otra parte, él mantiene una pelea política salvaje con Horacio Cartes. Es un tema de pistoleros. Es impresionante. Parece que no va a terminar mientras uno no liquide al otro.

–Los colorados, cuando quieren, se derrocan entre ellos...

–La política se mueve mucho por las expectativas. Al Presidente tampoco le favorece la crisis de Brasil y Argentina, sus dos principales socios comerciales. La situación lo pone a Marito a la defensiva todo el tiempo. Él parece un tipo serio, bien intencionado, de convicciones firmes, independencia para tomar decisiones, yo lo conozco, pero este es un sistema político que le devora a cualquiera. Además de tenerlo a Cartes en la sombra están los del viejo coloradismo que tenían esperanzas de recuperar con él las prebendas que perdieron. Pero Marito cortó eso y el problema se agrega a un montón de cosas que le impiden llevar adelante su agenda positiva.

–Se supone que como brasileño no debe ser fácil emitir una opinión, pero ¿cómo interpreta esta crisis alrededor de Itaipú que casi lo lleva a la destitución?

–Yo soy sobre todo un consultor político. Es mi profesión y no tengo ninguna atadura para describir con la mayor exactitud posible lo que veo. En primer lugar, como brasileño entiendo que existe una mezquindad muy grande de Brasil. Nosotros tenemos una deuda histórica con Paraguay. Por lo que leía antes entendía que Itaipú era favorable a Paraguay. Ahora no pienso así. Brasil no necesita escamotearle a Paraguay 200 millones de dólares en tres años. Es un error de la diplomacia brasileña, una mezquindad política de Itamaraty, especialmente de la persona que está al frente ahí (Ernesto Fraga Araújo), una persona muy cuestionada en Brasil. Es un tipo antiglobalización muy ideologizado. Si hay un tema sensible para el Paraguay es el tema de la soberanía. Los paraguayos salen a la calle si le tocan este tema.

–¿Brasil es realmente así como se lo presenta, el ogro que devora todo y a todos?

–Repito. Eso es un error político censurable de la diplomacia brasileña que ahora enmendó el presidente Bolsonaro al ordenar la anulación del acta.

–El acta de la discordia...

–Este asunto debió ser negociado directamente entre Marito y Bolsonaro. Lo que pasa es que esos tipos de Eletrobrás y de la diplomacia brasileña quieren salir a decir: “Sacamos como siempre ventajas para nosotros”. En Brasil hay un dicho que popularizó Gerson, aquel jugador de Brasil Mexico-70: “tenemos que ganar en todo”. Pero yo digo, si el Gobierno quiere diferenciarse de los 14 años de hegemonía de la Era Lula no puede ir contra su vecino y socio más pobre que le vende su energía para el desarrollo de sus industrias. Estamos matando a nuestro vecino. Es una mezquindad completa. A mí me da vergüenza.

–Para Brasil debe ser una minucia, si es un continente...

–Mire lo que hicieron los gobiernos de Lula y Dilma con otros países mucho más lejanos de Paraguay de los que Brasil no saca ningún partido. Facilitaron préstamos millonarios, incobrables, a través de BNDES (Banco de Desarrollo de Brasil) para obras de infraestructura hechas por (la compañía) Odebrech en Venezuela, Cuba, Angola y Mozambique. Más de un mil millones de dolares en préstamos incobrables, imagínese, y en cambio se pone duro con Paraguay con el que tenemos una deuda histórica.

–Al final, Bolsonaro fue fundamental para salvarlo a Marito.

–La caída de Marito a las apuradas, sin derecho a la defensa, iba a activar la cláusula democrática del Mercosur. Hubiese sido un bochorno internacional. Y no es un dato menor que Bolsonaro lo podía seguir en la lista porque sufre ya amenazas de juicio político. El derrumbe de Marito hubiese sido un muy feo mensaje para Bolsonaro. Iba a ser un perjuicio mayúsculo, justo cuando los inversionistas miran mejor que nunca a la región después del anuncio de acuerdo con la Unión Europea. Esto ya se parecía a la serie (de TV) House of Cards con el público pidiendo desde las redes: “Que caigan todos”.

–Parece que dejó mal parado a todos...

–(se ríe) Sí: Marito, (Hugo) Velázquez, Cartes, Efraín, la oposición. La diosa fortuna le sonrió al Presidente cuando surgió la supuesta vinculación del Vicepresidente. El jueves, hasta el mediodía, las menciones de Marito y Velázquez en las redes ya estaban empatadas. Salvo una bala perdida, el tema Itaipú fue desinflándose. Escuché que tuvo que abrir la billetera (ironiza).

–¿Qué futuro dibuja en el horizonte?

–El Gobierno envejeció rápido. Perdió mucho capital político antes de su primer año. Es como llevar dos goles encima en los 10 primeros minutos de juego. La pregunta es cuántas crisis políticas más está en condiciones de aguantar Marito y si va a tener “caramelitos” suficientes para aplacar a sus enemigos. No hay otra. Va a tener que relanzar su gobierno. Él necesita urgente recuperar apoyo popular. Fragilizado así no sé si sobrevivirá una nueva crisis. Michel Temer (sustituto de Dilma) gastó todo su capital político para zafar su primera crisis. Cuando se produjo la segunda, ya no tenía nada que ofrecer a cambio de apoyo y cayó. Ya no tenía “caramelitos” que repartir. El presidente Marito tiene que comenzar a ganar musculatura. Relanzar su gobierno con una agenda positiva, remodelar su gabinete, dar respuestas concretas. Tiene que salir de las cuerdas. Tiene un rechazo de cinco años en un año.

–Ya sacó a buena parte de su entorno.

–Sí, de su primer anillo y no debe haber sido fácil: Castiglioni, Alderete. Son sus amigos. Yo estuve con ellos. Yo veía la intimidad de ellos en su casa. Pero él tuvo un gesto de líder finalmente. Si no hacía eso también se acababa su gobierno.

–Ahora la oposición va en busca de su Vice, (Hugo) Velázquez...

–Es un tema caliente y muchos han de querer que siga este tema. Habrá que ver si la presión vuelve a ser tan fuerte que le obligue a soltarle la mano de Velázquez. Este tema es una piedra en el calzado de Marito. Todo depende de él para remodelar su gabinete, arreglar su base política en el Congreso, conquistar el apoyo de diputados y senadores cartistas, dar repuesta concreta a los problemas de salud y seguridad, dar un giro en la parte comunicacional.

–Si cae Velázquez tendrá que haber nuevas elecciones.

–Claro. Se puede complicar. Por ahí eligen al candidato de Cartes o de Efraín (Alegre) y “jaque al rey” de nuevo. Él va a tener que acercarse al Partido Colorado. Lo correcto sería buscar el apoyo de otros partidos, formar una gran coalición programática para sacar el país adelante. Si los políticos son conscientes, ya que Brasil anuló todo lo del acta, ya no lo van a querer sacar de esa manera a Marito porque es muy negativo para el país. Crisis económica, crisis política es perjuicio para todos.

–Un “gobierno de unidad nacional” suena mal aquí. En el 99 desvalijaron el país.

–Yo hablo de una coalición sincera. Paraguay tiene que afirmarse como país seguro. Marito mismo dijo: “Paraguay tiene que ser una República en serio”. Hay una oportunidad más para él. Va a tener que ser muy hábil para sacar ventajas pero no le queda otra. Tiene que arreglar su problema político, la crisis de seguridad, la crisis de salud, su problema de gestión, la falta de coordinación, mala comunicación y falta de una consigna positiva, un eslogan que le favorezca. Solo tiene consignas en contra como eso de “Desastre ko Marito”. El ciudadano medio tiene una baja percepción de la política. Cree que es un privilegio para pocos. Le interesa poco o nada que el Presidente caiga.

–Cómo define al paraguayo.

–Al paraguayo le gusta ganar pero es un resignado. No cree que puede avanzar más allá, que puede mejorar. No tiene esperanza. Los jóvenes hasta de 35 años, los que llamamos milenials, son más de 60% de la población. La economía avanza muy lentamente. No ven un futuro para ellos.

–¿Qué tiene que hacer Marito?

–Primero combatir la corrupción y el despilfarro, restituir la seguridad política y jurídica, insistir con la seguridad jurídica. La gente que viene de afuera no quiere ser más extorsionada, chantajeada. La gente de adentro quiere que el crecimiento del PIB entre a su bolsillo. Vaya al shopping y observe cuántas personas están comprando y cuántas están en el patio de comidas. Todos quieren consumir pero no se los ve con tantos bolsos de sus compras en las manos, solo cubiertos de plástico para comer. La plata no alcanza para más. El costo de vida es altísimo en Paraguay y este es un país muy desigual, pocos ricos y muchos pobres. Entonces, a quién le puede interesar el destino del Presidente. “Yo consumo, yo existo”. Esa es la cuestión.

(continuará...)

holazar@abc.com.py

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