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Las áreas de emergencias, cirugía, consultorios, internaciones, entre otras, del Hospital Materno Infantil San Pablo, continúan funcionando en el ruinoso edificio, al lado de la nueva infraestructura que se construyó mediante una donación del Gobierno coreano de US$ 8.470.000.
De momento, a tres meses y 20 días de su inauguración, funciona solamente la unidad de terapia instalada en el primer piso. En esa dependencia están 14 recién nacidos (tiene capacidad para 14), en la intermedia están 12 (capacidad para 14) y en terapia mínima 6 (capacidad para 10 bebés), informó la doctora Sonia Pereira, pediatra, responsable del área.
Con relación al funcionamiento a medias del novel hospital, la directora médica Amada Rodríguez señaló a nuestro diario que “van solucionando los inconvenientes que encuentran y que dentro de poco tiempo estarán instalados completamente allí”.
Fuentes extraoficiales comentan que los profesionales dudan de la calidad de los equipos en los que invirtió el Gobierno nacional alrededor de US$ 1.000.000. Para la doctora Rodríguez son de “excelente calidad” y los más sofisticados del mercado actualmente. Lo que puede ocurrir es que algunos profesionales se familiarizan con el manejo de equipamientos de ciertas marcas, según la médica.
Los ascensores
Otro cuestionamiento es el tamaño de los dos ascensores, donde las camillas se deben colocar de forma inclinada para que puedan caber. “Creo que no hace falta que sea muy grande. En ambos ascensores entra la camilla normal”, expresó.
El hospital también cuenta con terapia para adultos con capacidad de 12 camas, que tampoco empezó a operar.
El centro materno infantil número 5 elevado a categoría de hospital general atiende a unos 120.000 pacientes al año. Cuando opere el nuevo edificio al 100 por ciento de su capacidad se espera que llegue a 160.000. Según el cronograma, el nuevo hospital debió comenzar a operar en febrero de este año.