El director del Hospital de Trauma de Asunción, doctor Agustín Saldívar, informó ayer que el menor de edad sigue internado en terapia intensiva, intubado, pero afortunadamente con signos de evolución, por lo que gradualmente le están bajando las dosis de sedación.
El niño entró al nosocomio en estado crítico, con una herida de refilón en la ingle y dos orificios de entrada de bala en la zona lumbar derecha, entre las costillas y la cadera.
Increíblemente, esos proyectiles aparentemente continúan alojados en el cuerpo de la criatura, pero médicamente no es una prioridad retirarlos ahora mismo, señaló Saldívar.
Con este ritmo de mejoría, se va a esperar que el niño despierte para evaluar su extubación.
De momento, es aún precipitado asegurar que se encuentra fuera de peligro, manifestó el médico.
El niño fue herido el sábado de noche cuando viajaba en el asiento trasero del automóvil Toyota Runx negro manejado por su padre y en el que también estaban su madre y su hermanita de tres meses de edad.
El citado vehículo fue perseguido por seis kilómetros sobre la avenida General Eugenio A. Garay, desde San Lorenzo hasta Luque , luego de que eludiera una barrera policial de la comisaría 1ª Central montada frente al predio de Senasa, 400 metros antes de alcanzar la rotonda de Yberá.
El móvil policial que salió a la caza del vehículo de la familia fue el C-17.
Se trata de un automóvil Toyota que era manejado por el suboficial inspector Juan Darío Amarilla Ramírez (37 años). A su lado iba el oficial ayudante Derlis Miguel Sanabria Talavera (25).
Este último fue el que, en pleno desplazamiento, abrió fuego contra el coche con una pistola calibre 9 milímetros, sin siquiera recibir ninguna agresión previa.
Los dos agentes, al darle alcance al rodado sobre la calle La Paz de Luque, se preocuparon más por esposar al padre de familia que por auxiliar al pequeño que estaba sangrando adentro del Toyota Runx y que corría riesgo de muerte, según las cámaras de seguridad que captaron la acción de los efectivos gatillo fácil.
Ante estas circunstancias, la fiscala Ana Girala imputó a ambos uniformados por tentativa de homicidio, omisión de auxilio y lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas.
La jueza María Elena Cañete decretó ayer la prisión preventiva de ambos, quienes a la tarde ya pasaron a guardar reclusión en la Agrupación Especializada.
Por otro lado, ayer fueron destituidos el jefe y subjefe de la comisaría 1ª de San Lorenzo, comisario principal Gilberto Arce y comisario Jorge Cardozo, respectivamente, quienes estaban en funciones cuando ocurrió el lamentable hecho.
En vez de ellos, asumieron ayer el comisario principal Venancio Benítez, como jefe, y el comisario Jorge Miranda, como subjefe. Estos venían trabajando en la comisaría 32ª de Capiatá.