Un protocolo ante ausencias sospechosas de los alumnos

La docente y actual directora de la escuela María Auxiliadora, Liliana Gómez, expuso “ella (Felicita) no fue alumna mía, pero yo le conocí vendiendo frutas por todo Yaguarón, porque también llegaba a vender mandarinas a la casa de mis padres”.

Liliana Gómez, directora.Archivo, ABC Color
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Gómez describió a Felicita como una niña que “siempre llevaba un canastito. Con pollerita o calza, a pesar del tiempo fresco, una remerita, y las frutas que tenía eran verdes. No eran comercializables”.

Esa tarde fría del 31 de mayo, la niña llegó hasta la casa de la docente, cuya madre le compró algunas mandarinas y en guaraní, “mamá le dijo ‘no vayas a entrar donde hay muchos hombres’”.

Según contó Gómez, la niña recorría Yaguarón, a veces un día entero y no asistía frecuentemente a la escuela.

Hay un protocolo

Desde ese entonces hasta hoy, según la docente, casi nada cambió pues los niños siguen vendiendo frutas o remedios yuyos para llevar algún aporte a su familia.

En ese sentido se ven muy expuestos al peligro, pero actualmente cuentan con un protocolo en caso de que el niño o la niña no asista a la institución.

“Si falta 24 o 48 horas, nos comunicamos con los padres para saber si vino y no llegó o no vino y si faltó, para conocer el motivo. Dependiendo de eso se da aviso a las autoridades”, explicó la directora de la escuela María Auxiliadora.

Además de eso, orientan a los niños sobre los peligros y sobre qué tienen que hacer y qué no se deben.

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