El artículo 258 de la Constitución Nacional exige que los ministros de la Corte Suprema gocen de notoria honorabilidad, o sea que sean personas honradas, merecedoras del respeto o la estima de los demás.
En consonancia con la disposición constitucional, el artículo 51 del Reglamento del Consejo para el proceso de conformación de terna para el alto tribunal, refiere que en la “evaluación cualitativa” (que es la última, vale 20 puntos y se hace hoy antes de la integración de terna), se deben analizar la calidad de la trayectoria y el desempeño profesional de los aspirantes y el “reconocimiento social” que ostentan, tanto en la actividad pública o privada.
El reglamento también habilita al Consejo a requerir informes a las organizaciones intermedias y gremios sobre la consideración de la que gozan los aspirantes en la comunidad jurídica o circunscripción judicial en la que se desempeñan. Este aspecto igualmente es muy importante para que los seleccionados puedan ser los mejores y con la “notoria honorabilidad” requerida por la Carta Magna.
Los consejeros, que son todos abogados, no pueden desconocer la trayectoria y el desempeño de cada uno de los postulantes en la comunidad jurídica, tanto de los letrados que se dedican a la profesión en forma privada o los magistrados que hace años se desempeñan en el Poder Judicial.
Los responsables de la selección no tienen argumento alguno para apartarse de lo establecido en la Constitución y en el reglamento, que ellos mismos elaboraron y prometieron cumplir. Si ocurre lo contrario, será evidente que se dejaron llevar por las presiones, sobre todo políticas, que se dan con mayor fuerza para la conformación de la terna para la Corte.
El diputado Roberto González; el senador liberal Bartolomé Ramírez; los representantes del gremio de abogados, Claudio Bacchetta y Adrián Salas; el doctor Cristian Kriskovich, por las universidades privadas; doctor Luis María Benítez Riera, por la Corte; Raúl Torres Kirmser por la Universidad Nacional, son los encargados de la integración de la terna y Carlos Cabrera, por el Ejecutivo. Queda en manos de ellos seleccionar a los candidatos de “notoria honorabilidad” y que tengan el reconocimiento de la sociedad.
La ciudadanía tiene que recordar los nombres y los rostros de estos consejeros, que prometieron cumplir la Constitución Nacional y el reglamento para el concurso. Las sociedad organizada debe estar atenta y seguir de cerca mañana la sesión y reaccionar de forma inmediata ante cualquier maniobra para imponer a los candidatos de los políticos, que sin distinción de partidos, siempre buscan tener su propio ministro en la Corte.
Si bien se hicieron algunas críticas, las cuatro ternas anteriores elaboradas por el Consejo pueden ser calificadas como aceptables. Que los cuatro elegidos para la máxima instancia judicial (Eugenio Jiménez Rolón, Manuel Ramírez Candia, Alberto Martínez y Carolina Llanes), hasta ahora no hayan llenado las expectativas de los abogados y usuarios de justicia en general es un problema que se debe abordar en otro momento.
Lo importante es que el Consejo terne a los mejores, a los candidatos honorables, con impecable trayectoria en el campo del derecho o el ejercicio de la magistratura.
Imagen social
El reglamento del Consejo además refiere que los miembros considerarán las denuncias u objeciones recibidas respecto a los postulantes, los descargos hechos y la “imagen social” resultante de dichas situaciones.
Se espera que los consejeros tengan en cuenta lo que está escrito en el reglamento y sobre todo lo pongan en práctica.
En el documento se insiste en que también se tendrán en consideración los informes de las universidades, organizaciones intermedias, gremios, comunidad jurídica, circunscripción judicial y todo reporte documentado.
Convocatoria
Los Ciudadanos Autoconvocados Comisión Escrache llaman para una manifestación frente a la sede del Consejo de la Magistratura, sita en Gral. Aquino N° 1930 y Mariscal Estigarribia, a partir de las 8:40.
La abogada María Esther Roa dijo que para el buen funcionamiento del sistema de justicia es imprescindible que la Corte esté integrada por los más capaces e idóneos y con conducta ética incuestionable. Abogó por una selección transparente y advirtió que seguirán de cerca el proceso de selección.
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