Roberto Núñez Portillo cayó preso y con un tiro en la cabeza el 1 de mayo último en el operativo Romai, efectuado en un establecimiento en construcción de la colonia Piray, a 107 kilómetros de Santa Rosa del Aguaray (departamento de San Pedro) y 35 kilómetros antes de Capitán Bado (Amambay).
Aquella sonada misión policial dejó cinco abatidos, todos supuestamente cultivadores de marihuana y sicarios al servicio de Robertí, cuyos parientes alegaron que eran simples albañiles.
Fotos y vídeos obtenidos por los agentes confirmaron posteriormente que la citada organización también mantenía esclavizados a varios niños a los que obligaban a trabajar en los campamentos marihuaneros.
Robertí, actualmente recluido en una de las cárceles de Emboscada, es investigado como posible implicado en el asesinato de los hermanos Martimiano Ruiz Díaz Arévalos (51) y Calixto Ruiz Díaz Arévalos (50), acribillados por sicarios en su casa de Capitán Bado, el 15 de noviembre pasado.
El nombre del narco preso saltó luego de que el 16 de noviembre policías de Investigaciones de Amambay allanaran una casa que supuestamente pertenece a la madre de Robertí, en el barrio Chaco’i de la referida ciudad fronteriza, donde supuestamente estuvieron escondidos los matones que ultimaron a los hermanos Ruiz Díaz Arévalos.
De hecho, la camioneta usada en el ataque supuestamente fue sacada de dicha propiedad minutos antes de la llegada de la comitiva encabezada por el fiscal Leonardo Cáceres.
El automotor apareció quemado en territorio fronterizo brasileño, a 20 metros del límite con Paraguay.
Los policías creen que Robertí utilizó como aguantadero la casa que supuestamente pertenece a su madre y que en ella se refugiaron los matones.
La misión criminal, a su vez, habría sido financiada por un grupo de traficantes de cocaína bolivianos que el año pasado presuntamente fueron estafados por los hermanos Ruiz Díaz Arévalos.
Resulta que la versión que corre en Capitán Bado y que fue recogida por la Policía es que los hermanos ahora asesinados habrían pagado con dólares falsos por una carga traída del país vecino.
El dinero apócrifo habría sido llevado a Santa Cruz de la Sierra por Juan Gregorio Ruiz Díaz Arévalos (47) y Adelio Arévalo Martínez (45), hermano y primo respectivamente de los dos asesinados del 15 de noviembre.
Aparentemente, cuando entregaron el dinero falso los primos fueron descubiertos por los bolivianos, ya que ambos badeños nunca más regresaron. Se cree que fueron asesinados en Bolivia.
Mensaje no entregado
Justamente, 6.000 dólares falsos que corresponderían a aquella estafa de los paraguayos a los narcotraficantes bolivianos fueron encontrados en el allanamiento en la supuesta casa de la madre de Robertí.
Los investigadores dijeron que posiblemente los sicarios que cometieron el doble homicidio tenían que dejar el dinero falsificado sobre los cuerpos a modo de mensaje para que se entendiera por qué fueron eliminados los dos hermanos.
Sin embargo, los matones se olvidaron de arrojar la plata falsificada en la escena y regresaron con los billetes a su escondite. De este modo, ya son cuatro los miembros de la misma familia asesinados o desaparecidos.