Según confirmó la fiscala, Whittingslow huyó al Uruguay, en donde alegó que en nuestro país no tiene las garantías para enfrentar a la justicia. Acusa que el miembro del Consejo de la Magistratura y del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados Cristian Kriskovich, utiliza sus influencias para perjudicarla.
Esta presunta persecución se originó porque Whittingslow le había denunciado a Kriskovich por acoso sexual, según afirma la mujer.
A su vez, Kriskovich explicó que la denuncia de acoso sexual que planteó Whittingslow fue desestimada el 8 de julio de 2015, hace ya más de 4 años. El acoso, según la estudiante, se produjo entre febrero y agosto de 2014 en la Universidad Católica. Empero, la misma ya había dejado de ser alumna de Kriskovich en julio de 2013, y a finales de ese año se recibió de abogada. Este fue uno de los argumentos de la Fiscalía para desestimar la denuncia que no fue apelada.
A inicios de 2014 se produjo el escándalo de los “compranotas” de la UCA, en la que Whittingslow está ahora acusada. Por este hecho fue expulsada de la UCA, y en una nota del 19 de agosto de 2014 que ella elevó al Consejo, reconoció que había adulterado sus notas, en tres materias.
Kriskovich demandó por daño moral a Whittingslow por US$ 450.000.