Juan Pablo Segundo llevaba al Paraguay en el corazón

El Papa no olvidó nunca el recibimiento que se le dio en el Paraguay a los sones de "Juan Pablo Segundo, te quiere todo el mundo", un estribillo que recordó cada vez que vio de cerca a un paraguayo como monseñor Claudio Giménez, obispo de la diócesis de Caacupé y presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP). El prelado católico destaca que el deceso del Santo Padre es hasta más doloroso que la partida de un pariente cercano. "Se robó nuestro corazón", afirma en esta entrevista, al tiempo de recordar anécdotas de algunos de sus encuentros con el jefe de la Iglesia Católica, su presencia aquí en 1988 en plena dictadura y la canción que le dedicaron los villarriqueños "Gracias, Su Santidad, por visitar mi país...", entre otras cosas.

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-Nadie se esperaba este desenlace tan pronto...

-Hace mucho que se venía esperando que suceda algo en esta dirección. Es un proceso natural. El cuerpo humano tiene sus procesos irreversibles. Nos duele mucho. Juan Pablo Segundo fue un Papa que llegó profundamente al corazón de todos los pueblos del mundo. Realmente nos da mucha pena.

-¿Cómo le toca a usted, que lo vio y lo trató varias veces?

-Me acuerdo una vez en Polonia, cuando fui a un Congreso Eucarístico en compañía de un matrimonio paraguayo, de apellido Moscarda. Al aproximarnos nos preguntó: "¿Y ustedes de dónde son?". Le contestamos: "De Paraguay" y respondió: "¡Ah, de Paraguay!" y de inmediato repitió la frase que aquí se le coreó hasta el cansancio cuando estuvo: "Juan Pablo, Segundo, te quiere todo el mundo"...

-Había otra. "Juan Pablo, amigo, el pueblo está contigo"...

-Esa fue en la primera ocasión. El año antepasado cuando cumplió 25 años de Pontificado fuimos invitados los presidentes de conferencias episcopales. Me regaló una cruz pectoral. Ahí volvimos a recordar. Nos reímos. Hasta los demás obispos que estaban cerca nuestro celebraron. Fue la última vez que le vi de cerca. No se olvidó nunca del recibimiento que le dimos. Llegué a la conclusión de que llevaba al Paraguay en el corazón, y que nunca olvidó las experiencias que tuvo en nuestra tierra.

-¿Por qué cree que eligió viajar por el mundo?

-Si Juan Pablo Segundo no hubiera abierto las puertas de Roma, si no hubiera salido a recorrer, le hubiera sido difícil a la Iglesia sobreponerse de la crisis que se estaba gestando. Le ayudó a la gente a tener más fe y confianza...

-Coincidió su papado con revoluciones que cambiaron al mundo. Es más, se le atribuyen...

-Coincidió y se le atribuyó también en parte lo sucedido en el caso ruso, en la caída del Muro de Berlín, la caída del gobierno comunista en Polonia...

-En el caso paraguayo, ni qué decir...

-Estuvo casi al final de la dictadura. Su comportamiento y su actitud ante la dictadura fue muy crítica, pero siempre dentro de un marco de respeto muy grande. Su presencia en todo caso creó mucha conciencia nacional.

-Los colorados stronistas estaban muy enojados y le hicieron el vacío en ese acto con los Constructores de la Sociedad. Ustedes invitaron opositores...

-Su actitud fue de claro y fuerte respaldo al accionar de la Iglesia en aquellos tiempos. Eso fue evidente. Recuerdo aquella frase famosa: "A la iglesia no se la puede arrinconar en la sacristía".

-Patria y La Voz del Coloradismo les daban duro a ustedes. Les acusaban de meterse en política.

-"A la Iglesia no se la puede arrinconar..." Esa frase resume su paso por el Paraguay. Todos estábamos en una situación crítica.

-Su venida fue letal para Stroessner.

-Juan Pablo Segundo se robó nuestro corazón. Llegó en un momento trascendental, muy crítico, cerca del final de la dictadura. Su presencia y sus palabras sirvieron como un empuje, un soporte, un espaldarazo a la gestión de la Iglesia en aquellos momentos.

-Dio mucho coraje...

-Eran necesarias sus palabras, sus gestos.

-Quedó como recuerdo aquella canción de los villarriqueños...

-Síí, la canción de Los Gómez. "Gracias, Su Santidad, por visitar mi país...". Le gustó muchísimo. Yo me acuerdo cuando se despidió de nosotros dijo que tengamos esperanza. "El Paraguay necesita no solo confianza en sí mismo sino también la esperanza cristiana para resolver los problemas del presente y afrontar con decisión los planteamientos del futuro".

-Se escuchaba con pasión cada palabra que decía, especialmente cuando pronunciaba la palabra libertad...

-El decía que la esperanza verdadera viene del Evangelio. "No busquen en ideologías que dividen", decía, y recomendaba que nos aferremos a nuestra idiosincrasia y a nuestras tradiciones como instrumentos de evangelización y santificación. Antes de partir se acordó de nuevo de la Virgen de Caacupé. "En su Santuario medité sobre los misterios de María inscritos en el Evangelio: la concepción, la encarnación y asunción gloriosa". Pidió que los paraguayos confiemos en Ella para conservar la fe cristiana y el alma nacional. Nos alentó a tener fuerza para construir un futuro mejor en libertad, con justicia y paz. Me resulta inolvidable su mensaje final: "Queridos hermanos paraguayos: el Papa se marcha, pero les lleva en su corazón hasta siempre".

-Muchos argentinos dijeron que su presencia fue determinante para el fin de la Guerra de las Malvinas...

-Pero también fue el mediador del conflicto entre Argentina y Chile cuando la guerra entre los dos países parecía inminente. Normalmente la Iglesia no desoye pedidos serios para ser nexo entre las partes, para mediar en los conflictos. En el caso Chile-Argentina, al Papa le imploraron los obispos de los dos países.

-¿Cuál es la estadística? ¿Aumentó o disminuyó la población católica?

-Hay estadísticas muy auspiciosas. Hay que hizo una universidad norteamericana. En segundo lugar en el mundo está la religión católica, creo que detrás de los musulmanes. En tercer lugar está el budismo. Dentro del cristianismo, los católicos somos los más numerosos del mundo.

-¿Qué va a pasar ahora con la muerte del Papa?

-Tengo entendido que un número limitado de días quedan en blanco, 8 ó 15 días. Se hace un llamado a todos los cardenales del mundo que tienen que ir a Roma. Los que van a votar no pueden pasar los 80 años. Creo que deben ser 120. Por eso es que se quería completar el número, pero en estas condiciones va a ser difícil. Tendrán que votar los que están.

-¿Qué es el cónclave?

-Como su nombre lo indica, quiere decir "encerrado bajo llave". Los cardenales no podrán salir del lugar de votación. Quedarán incomunicados con el exterior hasta elegir al nuevo Papa.

-¿En la capilla Sixtina?

-Creo que no. Ahora es prácticamente en un hotel dentro del Vaticano. En la capilla no hay comodidades para tantos. Está todo estipulado.

-¿Quiénes son los elegibles?

-Los que pueden votar. Los que no pueden votar también son elegibles. Pueden ser elegibles obispos, sacerdotes.

-¿Un sacerdote puede ser Papa?

-Puede. No está limitado a cardenales. Pero hay criterios de selección. Para ser cardenal, por ejemplo, hay un criterio. En realidad son cuatro: piedad, doctrina, prudencia, costumbre. Para elegir al Papa se agregarán seguramente otros criterios, por ejemplo de actualización, conocimiento del mundo.

-Para usted, ¿cuál es el legado más importante de Juan Pablo Segundo?

-Queda una obra interminable, monumental, inconmensurable. Lo más grande fue la aplicación en estos 25 años del Concilio Vaticano II del cual fue uno de los actores principales. Dicho así es fácil, pero cuando uno está metido en una pequeña diócesis como la mía se puede dimensionar. Querer aplicar no es nada fácil. Al Papa le cupo hacer esto a nivel mundial y en cada país...

-¿Qué significa para ustedes esa cobertura gigantesca y gratuita de los medios alrededor de un ser humano así?

-Es una señal de que fue un gran hombre. Se trata de alguien que llegó profundamente al corazón de la humanidad.

-¿Cómo si se hubiera ido un pariente cercano?

-A veces, uno no siente tanto la partida de un pariente como una partida como esta. Juan Pablo Segundo es un jirón en la historia del mundo.

-Con exageración o no se le atribuye en buena parte la caída del comunismo, que penetró hasta en la Iglesia, la teología de la liberación...

-Lo que hizo fue corregir el método utilizado. Desautorizó firmemente la metodología de aplicación marxista que niega a Dios y promovió la necesidad de utilizar métodos evangélicos cristianos.

-Es el único Papa que pidió perdón a todo el mundo.

-Pidió perdón a los indígenas americanos, a los judíos, musulmanes, a los que se alejaron de la Iglesia Católica. Y el perdón es algo que nos cuesta tanto... El perdón desarma. Desubica a las personas.

-No se espera...

-Sí, porque es más fácil la confrontación. El perdón es lo que necesitamos de forma muy urgente en nuestro país para trabajar reconciliados y levantar la nación. Paraguay necesita resolver sus problemas del presente para encarar el futuro. Es lo que pidió el Papa hace 17 años. Sería fantástico que fuera así. Ojalá sigamos el ejemplo de Juan Pablo Segundo.
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