El Espíritu Santo trasforma la confusión en comunión, según Benedicto XVI

CIUDAD DEL VATICANO, 4 (ANSA). El papa Benedicto XVI celebró ayer en la Plaza de San Pedro del Vaticano la misa de Pentecostés, durante la cual denunció que "el orgullo y el egoísmo del hombre crean siempre divisiones y levantan muros de indiferencia, odio y violencia".

Cargando...

Benedicto XVI recordó que la festividad de Pentecostés representa para los católicos el momento en que el Espíritu Santo "muestra que su presencia une y transforma la confusión en comunión".

Ante los miles de fieles congregados, el Pontífice remarcó que, por el contrario, el Espíritu Santo permite "a los corazones comprender las lenguas de todos porque restablece el puente de la auténtica comunicación entre la Tierra y el Cielo".

Durante la ceremonia, Benedicto XVI evocó el viento y el fuego, símbolos del Espíritu, que en el Evangelio recuerdan al Sinaí, donde el Señor hizo su alianza con el pueblo de Israel.

De ese modo -explicó el Papa- Pentecostés es la nueva alianza, cuyo fruto es "la capacidad de comprenderse entre sí", de hablar la misma lengua y superar las divisiones de la Torre de Babel, cuando "los hombres intencionados a construir con sus manos una vía hacia el cielo, habían terminado por destruir su misma capacidad de comprenderse recíprocamente".

A la misa asistieron muchas de las personas que ayer participaron en
la ceremonia de vigilia de Benedicto XVI con los movimientos eclesiales.

Hoy, el Papa quiso dar particular solemnidad al inicio de la misa de Pentecostés y bajó en procesión con los cardenales desde el portón de bronce, a través del sagrado, hasta el altar.

Durante la homilía, el pontífice recordó a los fieles que para recibir al Espíritu es "condición y presupuesto" el estar juntos y la oración, y añadió que no bastan "una atenta programación", y "compromiso concreto" para hacer eficaz la "misión de la Iglesia".
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...