La idea surgió en Italia, el más afectado por la pandemia, con más de 10.000 muertos.
Estas máscaras se usan para “pacientes que tienen problemas respiratorios graves. El objetivo es evitar tener que intubar la tráquea del paciente y colocarles un respirador”, explica Frédéric Bonnier, fisioterapeuta de cuidados intensivos en el hospital Erasme que también imparte clases en la universidad.
Fue él quien diseñó una válvula hecha a medida que se ajusta a la parte superior de las máscaras que cubren toda la cara. La válvula conecta la máscara con las máquinas que suministran al paciente aire a presión.
Gracias a este sistema, evitamos el colapso de los alveolos pulmonares, unas cavidades ubicadas en los pulmones y que permiten suministrar oxígeno en el cuerpo y espirar el dióxido de carbono. La neumonía provocada por el covid-19 inflama la membrana pulmonar y llena los alveolos de líquido.
En los casos más graves hay que intubar a los pacientes para suministrarles oxígeno y colocarles un respirador (ventilación mecánica) en cuidados intensivos.
Las máscaras de buceo podrían ser una solución temporal para pacientes que necesitan cuidados intensivos cuando no hay camas ni respiradores disponibles.