En todo el mundo se ha recomendado renunciar a saludarse con un beso o apretón de manos, por lo que los besos apasionados y el intercambio de fluidos levantan interrogantes.
Para acceder a las alcobas del Mask, un club libertino de París, es necesario llevar una máscara, preferiblemente de encaje o de estilo veneciano. Pero en tiempos de coronavirus, la versión quirúrgica también funciona.
“Pusimos gel hidroalcohólico y mascarillas quirúrgicas en la entrada. Pero por el momento no pensamos cerrar”, afirma un responsable de este conocido establecimiento que se enfrenta a una caída en la frecuentación de 30% desde que estallaron los casos en Francia.
La popular aplicación de citas Tinder lanzó una advertencia a sus usuarios: “Protegerse del coronavirus es más importante”. Entre dos ‘matchs’ aparece una “carta de advertencia” que los dirige a las consignas de la OMS.
Sin embargo, el virus puede también ayudar a conquistar.
“¿Crees que vamos a morir todos?”. En las aplicaciones, el tema sirve para “romper el hielo”.
El sábado por la noche, antes de que caiga la prohibición de cualquier congregación de más de 1.000 personas en Francia, es el momento de intercambiar parejas en el Monarch, otro club libertino de la ciudad del amor, donde cohabitan la tecno y lo carnal.
Ubicados estratégicamente cerca de los baños del club, voluntarios de una asociación preparan su material. Pero no se trata de máscaras ni de gel hidroalcohólico, sino de preservativos, guantes de látex y pajitas de un solo uso en caso de consumo de estupefacientes. Todo para amarse con seguridad y protegerse de las enfermedades de transmisión sexual, empezando por el SIDA.
“Hay mayores riesgos que el coronavirus, ¿no?” , lanzó un voluntario.