TEHERÁN (AFP). “La política de ‘máxima presión’ contra la nación iraní es inútil y todos los responsables de la República Islámica de Irán creen unánimemente que no habrá negociaciones con Estado Unidos a ningún nivel”, dijo Jamenéi citado en su web oficial.
Los rebeldes hutíes de Yemen, que tienen el apoyo de Irán, reivindicaron el ataque a las instalaciones sauditas de Abqaiq –la mayor planta de tratamiento de petróleo del mundo– y al campo petrolero de Jurais.
Pero tanto Arabia Saudita como sus aliados árabes, como los Estados Unidos, han señalado a Irán como responsable.
Bajo anonimato, un funcionario de Estados Unidos dijo ayer que su país está seguro de que el ataque contra las instalaciones petroleras se realizó desde suelo iraní y que se usaron misiles de crucero.
El gobierno de Donald Trump, agregó, está preparando un documento para probar sus afirmaciones y presentarlo ante la comunidad internacional, en la Asamblea General de la Naciones Unidas, que empezará el 24 de septiembre en Nueva York.
Un día después de los ataques, la Casa Blanca dijo que Trump podría reunirse con el presidente iraní Hasan Rohaní la semana que viene, durante la Asamblea General de la ONU.
Pero Jamenéi, el verdadero dueño del poder en el régimen islamista iraní, negó esta posibilidad, mientras siga el boicot financiero de EE.UU. contra Irán.
EE.UU. tiene prohibido el uso de sus bancos por parte de iraníes, mientras continúen con su programa nuclear.