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Para quienes gusten pasar el día en forma individual, en pareja o en familia, el albergue tiene cómodos bungalows con dos camas cameras cada uno, frigobar y sanitarios privados. El costo por un día de hospedaje es de G. 140.000.
Los turistas se sienten muy atraídos por los mansos carpinchos y los juguetones monitos que corretean por el lugar. También por los yacarés, que para poder observarlos basta acercarse al tajamar y arrojarles pedazos de pan.
Cristino Ovelar, un asunceno que desde su habilitación trabaja como encargado del sitio, comentó que hay personas que duermen afuera bajo alguna frondosa planta de palo borracho para admirar la armoniosa naturaleza, especialmente cuando el cielo está estrellado. Aseguró que no hay por qué temer el ataque de mosquitos, ya que el clima nocturno fresco del lugar los ahuyenta.
Encontrar un sitio como este en un pequeño punto del extenso territorio chaqueño, después de recorrer kilómetros y kilómetros, causa una gran impresión y una sensación de alivio a cualquiera que pise por primera vez este majestuoso como misterioso suelo.
Es la sensación que experimentó Markus Bahner, un alemán que en su segunda visita al Paraguay cumplió su deseo de recorrer esta parte del país. Para él, el Chaco paraguayo tiene una belleza inigualable, del tipo que atrae a los turistas europeos, pero sugirió que hacen falta más lugares como "Bufalo Bill". Quienes quieran contactar con el lugar para hacer reservas pueden llamar al tel. 0981-832411.