Búfalo Bill, un sitio acogedor en medio del extenso suelo chaqueño

POZO COLORADO. Tras un placentero viaje desde Asunción a través de territorio chaqueño, disfrutando del imponente paisaje verde, matizado por llamativas aves y tajamares, en el kilómetro 283,500, Pozo Colorado, uno se encuentra con Bufalo Bill Restaurant- Albergue, un acogedor sitio para distenderse antes de continuar viaje por el agreste territorio.

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De hecho, el sitio ya es un paraje obligado de muchos asiduos visitantes del Chaco y de los turistas, que por lo general son europeos. Además de ofrecer buena comida con autoservicio a un precio de G. 15.000 por persona, sabrosos panes, tortas y dulces caseros, el cliente que dispone de tiempo puede recorrer el complejo que cuenta con un minizoológico. Monos, carpinchos, papagayos, avestruces, varios ejemplares del legendario chahã del Paraguay, y una infinidad de atractivas aves que se pasean bajo las extensas arboledas y en las orillas de frescos tajamares. En el lugar también hay yacarés, un tigre, un leopardo y extrañas especies de búhos.

Para quienes gusten pasar el día en forma individual, en pareja o en familia, el albergue tiene cómodos bungalows con dos camas cameras cada uno, frigobar y sanitarios privados. El costo por un día de hospedaje es de G. 140.000.

Algunos años atrás, el sitio era como todo el Chaco, una pequeña construcción en medio del paisaje verde, que por momentos parece interminable para los viajantes. Quien decidió darle una imagen diferente y atractiva fue Lizzie Lohman, una paraguaya descendiente de norteamericanos.

Los turistas se sienten muy atraídos por los mansos carpinchos y los juguetones monitos que corretean por el lugar. También por los yacarés, que para poder observarlos basta acercarse al tajamar y arrojarles pedazos de pan.

Cristino Ovelar, un asunceno que desde su habilitación trabaja como encargado del sitio, comentó que hay personas que duermen afuera bajo alguna frondosa planta de palo borracho para admirar la armoniosa naturaleza, especialmente cuando el cielo está estrellado. Aseguró que no hay por qué temer el ataque de mosquitos, ya que el clima nocturno fresco del lugar los ahuyenta.

En el restaurante, además del sabroso menú, panes y dulces caseros, el visitante encuentra bebidas de toda clase, golosinas y un buenísimo ambiente con música. A un costado hay varios quinchos dotados de sillones para quienes desean pernoctar. Y para aquellos que gusten de un descanso más exótico o quizá un pequeño festejo a la luz de la luna, en medio del tajamar hay un quincho especialmente preparado denominado "La Isla".

Encontrar un sitio como este en un pequeño punto del extenso territorio chaqueño, después de recorrer kilómetros y kilómetros, causa una gran impresión y una sensación de alivio a cualquiera que pise por primera vez este majestuoso como misterioso suelo.

Es la sensación que experimentó Markus Bahner, un alemán que en su segunda visita al Paraguay cumplió su deseo de recorrer esta parte del país. Para él, el Chaco paraguayo tiene una belleza inigualable, del tipo que atrae a los turistas europeos, pero sugirió que hacen falta más lugares como "Bufalo Bill". Quienes quieran contactar con el lugar para hacer reservas pueden llamar al tel. 0981-832411.
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