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El robo de las 1.800 cabezas de ganado de la estancia Palomita, Yrybukua, departamento de San Pedro, denunciado el pasado domingo, es un récord histórico, según dijo el titular de la Rural, luis Villasanti, a ABC Cardinal.
“No poseemos ninguna pista clara, pero el propietario está seguro de que el capataz y su familia están involucrados”, expresó el máximo representante del sector ganadero.
Según los datos, el capataz tenía una antigüedad de siete años y trabajaba en la estancia Palomita junto con toda su familia. “El dueño nos dijo que le tenía mucha confianza, que nunca antes faltó nada en su establecimiento”, agregó Villasanti. Hay otros dos empleados desaparecidos y todos cuentan con orden de captura.
Villasanti explicó que el ganado habría desaparecido en un periodo de seis meses, de una campaña de vacunación a otra. “Si dividimos la cantidad de 1.800 cabezas por la cantidad de 45 ejemplares que pueden ser transportados en un transganado, se requerirían unos 40 viajes para completar dicha cantidad”, según estimó.
Respecto a cómo fue posible que desaparezca una cantidad tan inmensa de animales, indicó que lo más seguro es que hayan tomado caminos alternativos para ir eludiendo los controles de Senacsa en las rutas.
“Muchas veces, cuando son robados, los ganados terminan muertos. Si fueron a un matadero será prácticamente imposible que volvamos a encontrarlos; el sistema de control de faenamiento de la municipalidad es nulo”, lamentó.
Según fuentes policiales, uno de los principales sospechosos de estar involucrados en el referido mega abigeato sería el propio administrador del establecimiento pecuario, Ricardo López Mello, quien está prófugo y con orden de captura.
Los otros denunciados son Rosa Onilda Mello Mercado, Adrián López Mello y María Antonia López Mello, todos familiares del principal sindicado.
La denuncia fue efectuada ante la fiscala Sandra Ledesma por parte del dueño del establecimiento, Antonio Plate. El mismo reportó la desaparición de 1.800 cabezas de ganado que detectó el pasado jueves 9 del corriente, cuando se hacía el traslado de los animales para la vacunación contra la fiebre aftosa.