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El veto parcial del presidente Lugo a la ley de acueducto para el Chaco carece de fundamento técnico y castiga a una vasta zona del país con la falta de agua y, por ende, niega el progreso para el Chaco central, advierte el Ing. Augusto Ríos Tonina, especialista del área.
Con el argumento que el agua es un bien finito y no un recurso natural renovable, el Ejecutivo vetó parcialmente la Ley de Acueducto para el Chaco Paraguayo, alegando además que el Estado debe garantizar la cantidad y calidad adecuada de agua para consumo humano y otros fines. Por ende, no puede supeditarse al libre mercado, sin limitación alguna como establece la Ley de Recursos Hídricos, señaló el Ing. Augusto Ríos Tonina.
Añadió que esta ley es inaplicable hasta la fecha debido a la gran cantidad de contradicciones que posee, aspecto que ya se había advertido, con fundamentos, en ocasiones anteriores a la promulgación de la misma.
Pero, concentrándose exclusivamente en el veto del Ejecutivo a la ley de acueducto, se puede afirmar que la medida presidencial carece de fundamentos técnicos o los confunde, puesto que el Estado no posee estaciones de aforamientos (medición de la cantidad de agua) en diferentes puntos del río Paraguay que sirvan para determinar la cantidad de metros cúbicos por segundo que posee el caudal en un momento dado y en determinado lugar. Lo único que el Estado proporciona como dato hidrológico es la altura del río en un punto dado, a base de una tabla métrica, y esta no es la información requerida para argumentar técnicamente un veto parcial a una ley, sostuvo Ríos Tonina.
Agregó que el Estudio del Balance Hidrológico de la zona del Chaco Central, realizado en el Instituto de Hidráulica y Construcciones Hidráulicas del Politécnico de Milán-Italia, establece que el déficit de agua en la zona citada es 288 mm/año (promedio de varios años utilizando el modelo matemático de Thornthwaite). O sea que, supliendo dicho déficit de agua el Chaco central puede convertirse en una zona de alta producción.
El veto a la posibilidad de contar con un acueducto en el Chaco, cuyo caudal no será mayor a 300 litros/seg. para abastecer de agua a una zona con una fertilidad natural muy buena, no tiene justificativo técnico.
El abastecimiento de agua a esa zona permitirá superar un factor limitante y en la misma se podrán obtener excelentes producciones agrícolas y/o de pasturas cultivadas, aumentando la capacidad productiva del Chaco.
Por otro lado, es necesario que el Parlamento modifique la Ley de Recursos Hídricos, porque tiene errores conceptuales y técnicos que la hacen inaplicable, y que así como está es utilizada para trabar proyectos que buscan el desarrollo del país, concluyó Ríos Tonina.
Con el argumento que el agua es un bien finito y no un recurso natural renovable, el Ejecutivo vetó parcialmente la Ley de Acueducto para el Chaco Paraguayo, alegando además que el Estado debe garantizar la cantidad y calidad adecuada de agua para consumo humano y otros fines. Por ende, no puede supeditarse al libre mercado, sin limitación alguna como establece la Ley de Recursos Hídricos, señaló el Ing. Augusto Ríos Tonina.
Añadió que esta ley es inaplicable hasta la fecha debido a la gran cantidad de contradicciones que posee, aspecto que ya se había advertido, con fundamentos, en ocasiones anteriores a la promulgación de la misma.
Pero, concentrándose exclusivamente en el veto del Ejecutivo a la ley de acueducto, se puede afirmar que la medida presidencial carece de fundamentos técnicos o los confunde, puesto que el Estado no posee estaciones de aforamientos (medición de la cantidad de agua) en diferentes puntos del río Paraguay que sirvan para determinar la cantidad de metros cúbicos por segundo que posee el caudal en un momento dado y en determinado lugar. Lo único que el Estado proporciona como dato hidrológico es la altura del río en un punto dado, a base de una tabla métrica, y esta no es la información requerida para argumentar técnicamente un veto parcial a una ley, sostuvo Ríos Tonina.
Agregó que el Estudio del Balance Hidrológico de la zona del Chaco Central, realizado en el Instituto de Hidráulica y Construcciones Hidráulicas del Politécnico de Milán-Italia, establece que el déficit de agua en la zona citada es 288 mm/año (promedio de varios años utilizando el modelo matemático de Thornthwaite). O sea que, supliendo dicho déficit de agua el Chaco central puede convertirse en una zona de alta producción.
El veto a la posibilidad de contar con un acueducto en el Chaco, cuyo caudal no será mayor a 300 litros/seg. para abastecer de agua a una zona con una fertilidad natural muy buena, no tiene justificativo técnico.
El abastecimiento de agua a esa zona permitirá superar un factor limitante y en la misma se podrán obtener excelentes producciones agrícolas y/o de pasturas cultivadas, aumentando la capacidad productiva del Chaco.
Por otro lado, es necesario que el Parlamento modifique la Ley de Recursos Hídricos, porque tiene errores conceptuales y técnicos que la hacen inaplicable, y que así como está es utilizada para trabar proyectos que buscan el desarrollo del país, concluyó Ríos Tonina.