Amigo cercano del viceministro de Trabajo, Luis Orué, compañero de pesca y con quien hasta festeja fiestas de fin de año, según fotos compartidas en las redes sociales. Se trata de Ariel José Caballero, uno de los beneficiados del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) con jugosos contratos en pleno año de crisis, sin concurso de méritos y aptitudes.
Se le contrató para desempañar tareas en el Centro Tecnológico de Avanzada, dependiente de la gerencia de acción formativa del Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), con un salario de G. 6.500.000.
Supuestamente es ingeniero agrónomo y lo nombran en “cargo de confianza” para capacitar a pequeños productores rurales. Pero lo cierto y concreto es que las capacitaciones del SNPP de este tipo están todas suspendidas y aún así desde el ministerio se empeñan en mantenerlo en el cargo.
¿Qué funciones específicas cumple en el SNPP? Ni el propio viceministro Orué supo respondernos esa pregunta. De hecho, está en duda que realmente sea una persona capacitada y con experiencia para las supuestas funciones asignadas, considerando que la última experiencia laboral que tuvo el año pasado fue la de ser catedrático de educación física en una escuela de la ciudad de Fernando de la Mora.
De hecho, los registros a los que pudimos acceder en los datos abiertos de la Secretaría de la Función Pública muestran que Ariel José Caballero fue profesor en la Escuela Básica N° 662 María Auxiliadora, al menos hasta 2019. También figura que presentó su renuncia el año pasado.
No obstante, este 2020 ha sido un año de parabienes para este funcionario, ya que la ministra Carla Bacigalupo decidió incorporarlo a la cartera. Específicamente, para cumplir tareas en el SNPP, de acuerdo con la orden de servicio 31/2020 de Talento Humano del MTESS a la que accedió nuestro diario (ver facsímil).
En el documento le informan que debe presentarse a su lugar de trabajo después de 24 horas de recibir la comunicación, que se dio en febrero. Si bien fue antes de la cuarentena por pandemia, se dio después del decreto presidencial 2180/20 que dispuso en teoría la racionalización en los gastos. Además, fuentes internas del SNPP dijeron a nuestro diario que en realidad, Caballero no está realizando trabajos para dicha institución.
Todo queda en familia
Pero la amistad con el viceministro Orué no es el único dato llamativo en este caso. Caballero también tiene un vínculo parental con otra de las beneficiadas por la administración de Bacigalupo, la señora Sara Soledad Rivas, secretaria general de la cartera, con quien tiene un hijo. Ella tenía un salario de G. 11.300.000 con rango de “directora”, pero este año, con el argumento de que se debía regularizar su rubro de secretaría general que tiene jerarquía de “directora general”, pasó a ganar G. 17.500.000.
Nuestro diario conversó ayer con el viceministro y este reconoció su amistad con el citado funcionario, de dudosas funciones.
“Yo quiero saber qué parte de la ley dice que uno no puede ser amigo de sus funcionarios; no sé en qué parte dice que debemos ser enemigos de la gente que trabaja con nosotros. Aparte, no soy yo quien decide eso, no tengo la competencia por ley para decidir eso”, indicó, haciendo referencia a la responsabilidad de la ministra Bacigalupo. Agregó que Caballero posee “cargo de confianza, que está establecido en la ley; tenemos que cambiar la ley si ya no vamos a tener cargos de confianza”.
Al ser preguntado qué función ha cumplido su amigo en el SNPP, desde que asumió el cargo, respondió: “Tengo que pedir a su directora los datos. Hizo un curso de piscicultura en Luque, un curso de tajamares. Me estaba enviando las fotos, ya sabés que es mi amigo y me estaba enviando las fotos”. También acotó que Caballero estaba ayudando en la carga de datos de los pedidos de suspensión temporal de contratos, “le tengo a 40 personas trabajando conmigo, como que se suspendieron los cursos”, dijo.
Cuando le insistimos si no hubiese sido mejor pedir comisionamientos de funcionarios de otros entes públicos, en lugar de gastar dinero de los contribuyentes en nuevos contratos, ya sean “cargos de confianza” o contrataciones por excepción (estos sí se hicieron en plena pandemia), se limitó a responder que son rubros que están presupuestados y que si no se usan, “se pierden al año siguiente”, como si el objetivo fuese gastar a como dé lugar. ABC no ha podido contactar con Ariel Caballero pero está abierto a escuchar su versión.