El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) contrató en septiembre del año pasado, licitación mediante, a la empresa Helitáctica SA, representada por el Ing. Luigi Paolo Ananda Piccollo Rojas, para un “análisis técnico de la cuenca del río Pilcomayo en territorio paraguayo”, por G. 10.350 millones (US$ 1,6 millones), de los cuales hasta febrero pasado ya recibió el 77,5%, según datos de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas.
Las especificaciones técnicas del contrato indican que la citada firma debe hacer “relevamientos topográficos, mapa base y modelos digitales del terreno”, a partir de la exploración aérea y estudio de un total de 60.000 hectáreas en la región de mayor impacto de las aguas del Pilcomayo que ingresan al Chaco a través del canal paraguayo.
El acuerdo con Helitáctica SA no tiene una fecha tope para entrega del trabajo, pero consultado al respecto el director de la Comisión Nacional del Río Pilcomayo (CNRP), Ing. Artur Niedhammer, dijo ayer a nuestro diario, cuando estaba en camino vía terrestre a la zona de la embocadura, que el referido estudio encomendado a la citada firma privada “prácticamente se está terminando” y “ya estamos trabajando en la comisión con ellos”. Preguntado sobre el uso que se darán a esos estudios, Niedhammer explicó que son necesarios para cumplir los requisitos que exige el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) con respecto a los planes que está impulsando la comisión para hacer el intento de hacer llegar las aguas del Pilcomayo a algunos cauces de riachos que están secos hace muchos años. En informaciones anteriores, ya había citado entre ellos al Confuso, el Negro, el He’ê y el Montelindo, que hace unas semanas ya recibe agua por el propio impulso de la corriente ingresada a territorio paraguayo de forma ininterrumpida hace casi 215 días al día de hoy, según fuentes técnicas.
Serían canales artificiales
Todo indica que para que las aguas puedan llegar en temporadas venideras a los demás cauces, al parecer desde el Estero Patiño, se va a precisar de obras de ingeniería, probablemente algunos kilómetros de canales artificiales como enlace, de acuerdo a versiones extraoficiales, para lo que justamente se necesitará el permiso del Mades.
De todas formas, ese tipo de trabajos no está contemplado aún en las licitaciones lanzadas el año pasado y adjudicadas en diciembre último para “ejecución de obras para ampliación, profundización del canal de tomas de agua del río Pilcomayo, limpieza e interconexión de cañadas para la conducción de las aguas que ingresan a territorio nacional”. Estas tareas incluyen la embocadura, más el canal de 50 kilómetros, la cañada La Madrid y el área de General Díaz, y esta vez se agregó la posibilidad de hacer mejoras en el cauce mismo, entre el Hito 1 y la embocadura.
Descartan elementos tóxicos en el agua
Algunos lectores han comentado en la edición digital de nuestro diario, tras las primeras publicaciones de la semana pasada sobre el río Pilcomayo, su preocupación con respecto a una posible contaminación de las aguas que bajan desde Bolivia, ya que en ese país hay una gran actividad en cuanto a explotación minera. “La Comisión Trinacional del Pilcomayo cada año mide los metales pesados. Hasta ahora, los elementos tóxicos que se usan en la minería boliviana no llegan a la cuenca baja, porque son pesados y se mezclan con la materia orgánica”, afirmó al respecto ayer el titular de la Comisión Nacional, Ing. Artur Niedhammer.