Las medidas para evitar contagios del coronavirus ha derivado en una caída del flujo comercial, lo que ocasionó que algunos negocios cierren mientras que para otros, significa una oportunidad. Tal es el caso de la pequeña empresa Servicios Gráficos Tenondete, que se dedica a la impresión de logos en bolsas y cajas de cartón, materiales que son parte de la logística para el servicio de delivery. “La demanda de bolsas y cajas para empresas del sector gastronómico aumentó”, aunque aclaró que todavía no cuantifica en porcentaje porque es poco tiempo para saberlo, comentó Guillermina Coronel, la cabeza de la pequeña empresa familiar. Añadió que entre sus clientes hay sanatorios, que solicitan la personalización de sus insumos, tales como papeles y sobres para entrega de los análisis y señaló que la crisis es un buen momento para reflexionar y reinventarse.
Ese también es el caso de Pamela Baumgarten, de Tasty Foods. Las mermeladas que ofrecía en pequeñas presentaciones en blister remplazó por alcohol en gel y así, la gente tiene a mano una pequeña dosis para higienizarse.
En el rubro gastronómico, una opción para la gente que no cocinar o se encuentra ocupada trabajando en el hogar son las comidas congeladas. “La Cocina de Tío Carlitos”, de Carlos Espínola, da la oportunidad de comer pizzas recién salidas del horno. “Delibebé”, de Patricia Paredes, ofrece por su parte variedad de comidas congeladas para bebés lactantes y niños. Comentó que con el cierre de las guarderías, ha caído un 50% sus ventas y ahora intensifica el delivery. “Ofrecemos un alimento casero, nutritivo y certificado. Algunas mamis nos dicen que por fin encontraron algo que le gusta a su bebé”, dijo.
Evelyn Verón, propietaria de Passionaria, del rubro ropa interior, comentó que al principio del paro, la demanda cayó y días después, las chicas hacían sus pedidos desde sus casas. “Creo que quieren sentirse más sexies en su hogar”, confesó.