La otra cara de la moneda es que la República del Paraguay, ¡por fin! luego de 25 años y cuatro meses de la puesta en servicio de las primera unidad de Yacyretá, removerá los obstáculos técnico-abúlicos-entreguistas que aún le impiden aprovechar los 1550 MW de potencia, que legal y legítimamente le pertenecen en esta central binacional.
Aún le impiden, apuntábamos en el párrafo precedente de este material, apenas como una advertencia. En efecto, el Ing. Juan José Encina, asesor del director paraguayo de la EBY, Nicanor Duarte Frutos nos explicaba ayer que “...para el mes de junio de 2020 se tiene previsto eliminar la restricción sobre la LP1 (Línea Paraguaya 1) y, a partir de ahí, por ambas salidas (LP1 y LP2) se tendrá la posibilidad de retirar el 100% de la energía paraguaya de Yacyretá y, eventualmente, toda la energía generada por la central Yacyretá”, especificaba.
En agosto de 1994, Yacyretá se incorporaba a la etapa productiva del proyecto paraguayo-argentino, que hasta entonces arrastraba de 25 años de atraso y una pesada carga de corrupción que, por poco, cancela su construcción en 1990, cuando el entonces presidente argentino, Carlos Menem, suspende por seis meses todo el proceso y graba en su frontispicio el estigma de “monumento a la corrupción”.
No obstante, el revelador estigma nunca pudo borrarse, porque ni Menem, tampoco los que los sucedieron en la cresta del Estado argentino pudieron –o quisieron– desenmascarar a uno solo de los escultores del insólito monumento.
Apuntemos también que la entrega paraguaya en Yacyretá tiene números concretos, oficiales inclusive, desde agosto de 1994 hasta noviembre de 2019, el Paraguay, a pesar su condición de socio en “condominio por partes iguales” (Art. V), pudo aprovechar apenas el 6,35% de los 373.611.774 MWh que produjo la central en ese período, en tanto que Argentina retiró el abrumador 93,65% faltante.
En el acto de mañana, cuya apertura está prevista para las 11:00, asistirá el presidente de la República, Mario Abdo Benítez y, suponemos, las autoridades argentinas de la entidad binacional. Nada dicen de la presencia de Alberto Fernández, quien asumió el día 10 de este mes, o del nuevo canciller del gobierno del vecino país.
El Ing. Encina explica que los trabajos de adecuación de la barra de 500 kV en la estación de Campo 13 (GIS -SF6) para la LP2 empezaron el 25 de marzo último y finalizaron en 9 meses.
Añade que los trabajos, cuya continuidad tropezó en agosto pasado con la resistencia de los argentinos, fue llevado adelante por técnicos e ingenieros paraguayos y japoneses. Su costo asciende a US$ 10 millones.
Detalla que la adecuación permitirá al país a través de la LP2 una potencia de 1732 MWV, un valor muy superior al techo de 750 MVA que impedía el crecimiento de los planes de aprovechamiento paraguayo de su energía en Yacyretá.
El esquema de la entrega paraguaya
Yacyretá tiene una potencia nominal de 3100 MW (1 MW=1000 KW), capaces de producir hasta 20.000 GWh/año (1 GWh = 1000 MWh). La central cuenta con tres salidas, con líneas de 500 kV hacía la Argentina (LA1, LA2 y LA3). Hacía Paraguay, en principio, hubo dos salidas en 220 kV (LP1 y LP2), las que le conferían la posibilidad de retirar 500 MVA.
El 31 de noviembre de 2014 finalizó la adecuación de la LP1 para elevarla de 220 kV a 500 kV, limitada empero al 40% de la potencia que le corresponde. Esta mañana habilitan las instalaciones de adecuación de la LP2, con las que la ANDE podrá disponer el 100% de la energía paraguaya.