El punto 1) de la estatal paraguaya proponía que “la contabilización y facturación de los servicios de Itaipú a las entidades compradoras, correspondientes a los meses de febrero, marzo, abril y mayo, sea efectuada considerando los valores de contratación previamente informados por ANDE.
El 2) sugería que, “en concordancia con el instrumento de compromiso firmado el 31 de enero de 2007 entre ANDE, Eletrobras e Itaipú, los valores de contratación acordados para el período 2019-2022 podrán ser extraordinariamente ajustados a un valor de hasta 350 MW, para más o para menos, en caso que el crecimiento de la demanda de ANDE presente variaciones significativas en relación al escenario establecido (por debajo del 6% o por encima del 8%).
En el 3), se apuntaba que “en tanto ANDE contrata los valores del Item. I, Brasil establece que la limitación del punto f) del instrumento de compromiso firmado el 31 de enero de 2007 entre ANDE, Eletrobras e Itaipú … no se aplicará, porque hasta el límite de 700 MW, la cesión no va a comprometer las necesidades del sistema interconectado brasilero, hasta el 2022”.
El 4), “... instruye a ANDE, Eletrobras e Itaipú binacional la adecuación de los instrumentos vigentes, a fin de contemplar la figura de cesión de potencia contratada por el Paraguay al Brasil. Al respecto, se creará una cuenta corriente de energía de cesión de potencia a favor del Paraguay, que podrá ser compensada, con la energía de cesión de potencia del Brasil al Paraguay, cuando la ANDE disponga su conveniencia”.
El escamoteado punto 6), dice que “...las Altas Partes acuerdan en realizar los ajustes necesarios para permitir a la ANDE la comercialización mercado brasileño de energía paraguaya de Itaipú, con un bloque mínimo inicial de hasta 300 MW. A dicho efecto será considerada...”.
El 7), se refiere a los US$ 200 millones que debió recibir la ANDE para hacer frente a los gastos que le hubiera exigido el nuevo cronograma de contratación, que también fue excluido.