“Carmen” es una novela corta de Prosper Mérimée, donde la protagonista era una gitana y por ende su vida era libre y sin ataduras. De dicha obra han surgido luego la ópera con música de Bizet, varias versiones de ballet, y por consiguiente otras miradas contemporáneas. También fue llevada al cine y al teatro.
La versión presentada ahora es de Bethania Joaquinho, quien utilizó la música de Bizet pero trajo los personajes a la actualidad, mostrando que Carmen podría ser cualquier mujer, de cualquier profesión o estrato social, y que la decisión que toma de cómo vivir su vida no define cómo debe terminar por el hecho de que otros no toleren eso.
Estéticamente la obra presentó una escenografía minimalista, con puertas rodantes, por donde entraban o salían los personajes, y que daban interesantes golpes efectistas.
Joaquinho fue Carmen, y mostró una energía disfrutable, ya que la medía y contenía cuando era necesario, y la desparramaba en el momento indicado, sin sobrepasarse. Bethania compuso así una Carmen muy personal, conmovedora y atrapante.
También fue un placer ver bailar a Carlos Fossatti (José), Nastia Goiburú (Mikaela), Carlos Villasanti (Camilo) y Macarena Candia (Frachia), como principales.
Cada uno aportó el condimento necesario para que su personaje se diferencie y logre llegar al público. José el atormentado por los celos, Mikaela sufriendo en el medio de esta historia por estar enamorada de José, tuvo un solo muy bueno y consiguió transmitir lo desgarrador de su situación.
Camilo, un seductor con mucha piel y picardía, y Frachia, un personaje neutral y de contención.
La química de los protagonistas se sintió muy real y natural, nada forzado. La calidad de los movimientos iba entre lo puramente contemporáneo y lo estilizado. El elenco entero, de los trece bailarines, manejó una rudeza gustosa y pareja.
De todos modos antes de verla me pregunté ¿por qué volver a hacer Carmen? Sea en la versión que sea, es una obra que se ha versionado incontables veces, pero lo que alarma no es la falta de originalidad (que no es el caso de esta versión) sino que el tema del amor que termina en tragedia sigue tan campante.
El “mía o de nadie más” está tan vigente que asusta y el arte lo visibiliza con diversas miradas. En este caso no se aplaude un feminicidio, pero se pone en resalto la triste actualidad del tema.
Una armoniosa cuota de ballet
También forma parte del espectáculo “Grandes repertorios clásicos”. Así, como antesala a “Carmen” se pueden ver piezas como “La muerte del cisne”, de Camille Saint-Saëns; un pas de troix y la danza de los tres grandes cisnes, de “El lago de los cisnes”, y el pas de deux de “Romeo y Julieta”, interpretados bellamente por bailarines del ballet de la Universidad del Norte.
Las funciones son hoy a las 20:30 y mañana a las 19:00, en el Teatro de las Américas (José Berges 297), con entradas a G. 50.000.