A continuación, se describen los principales elementos que afectan este mercado.
Condiciones climáticas y disponibilidad de forrajes: la oferta de carne bovina varía en función de las condiciones climáticas, que inciden en la producción de forrajes y, en consecuencia, en el peso del ganado.
Políticas comerciales y arancelarias: los aranceles y las restricciones a la exportación o importación impactan en la oferta y en la competitividad de los países exportadores en el mercado global.
Regulaciones sanitarias: la existencia de normativas contra enfermedades y brotes sanitarios condicionan la accesibilidad de ciertos países al mercado.
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Demanda de los principales importadores: factores como el crecimiento económico, los cambios en los hábitos de consumo y el aumento poblacional en países clave (ej. China) influyen en la demanda global.
Competencia con otras proteínas: la carne bovina compite con otras fuentes de proteínas (pollo, cerdo, etc.), lo cual afecta la demanda relativa en función de los precios y las preferencias.
Costos de insumos: el precio de granos esenciales para la alimentación del ganado, como el maíz y la soja, incide directamente en los costos de producción y, por ende, en la oferta de carne.
Acuerdos comerciales: tratados como el Mercosur y otros acuerdos de libre comercio facilitan el intercambio de carne bovina entre miembros, eliminando barreras y promoviendo el comercio.
Contexto económico global: las políticas y las condiciones económicas globales, como la inflación o los estímulos económicos, afectan la capacidad de consumo y el dinamismo del mercado bovino.
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Principales “players” del mercado internacional de la carne
De acuerdo con las últimas estimaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el principal productor mundial de carne bovina, EE. UU., cerraría el 2024 con una producción de 12,30 millones de toneladas, un 0,1% superior a la registrada en 2023. Aunque se anticipaba una reducción respecto al año anterior, el mayor peso del ganado contribuyó a este leve incremento, a pesar de que el hato ganadero se encuentra en su nivel más bajo en 70 años, con aproximadamente 87,2 millones de cabezas. Esta situación ha llevado a EE.UU. a incrementar sus importaciones a volúmenes históricos en los últimos dos años.
Por otro lado, Brasil, el segundo mayor productor de carne bovina y principal exportador de esta proteína, proyecta alcanzar un volumen récord de más de 11,0 millones de toneladas en 2024. En tanto, las exportaciones se estiman en 3,58 millones de toneladas.
Se destaca que la reducción de los inventarios de ganado en Europa y EE.UU. genera oportunidades para la carne brasileña. Además, es importante señalar que, en los años 2023 y 2024, se ha registrado un gran dinamismo en la faena de bovinos, incluidas hembras, lo cual podría afectar la disponibilidad de ganado en los próximos años.
En cuanto al consumo, se proyecta que China, principal importador de carne bovina, alcanzaría un volumen récord de importaciones en 2024, estimado en 3,78 millones de toneladas. Cabe resaltar que, en lo transcurrido del año, las compras se concentraron en países de Sudamérica, con Brasil como principal proveedor, seguido de Argentina y Uruguay. Estos tres países representan el 25,0% del suministro de esta proteína al mercado chino, conforme con datos de la Consultora brasileña Agrifatto.
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Perspectivas para el 2025
Se proyecta una reducción del 1,0% en la producción mundial de carne bovina para 2025, con un volumen estimado de 60,9 millones de toneladas. Las disminuciones previstas en Brasil, la Unión Europea y Estados Unidos superarían los aumentos esperados en Argentina, Australia, India y México. En Australia se anticipa un incremento del 2,0%, impulsado por la creciente demanda global y el aumento de las faenas. En Argentina, el crecimiento de la producción respondería, en parte, a políticas de reducción de impuestos sobre ciertos productos cárnicos.
En contraste, Brasil y la UE enfrentarían descensos en su producción debido a la contracción del hato ganadero y a desafíos económicos, respectivamente.
Por el lado de las exportaciones, se mantendrían casi sin cambios en 12,9 millones de toneladas, ya que las menores exportaciones de Canadá, UE y EE.UU. serían compensadas por mayores envíos desde Argentina, Australia e India.
Por último, Paraguay se posiciona como el décimo mayor exportador de carne bovina. Si bien el año 2024 aún no esta cerrado, el USDA estima que las exportaciones de carne bovina paraguaya culminarían en 0,47 millones de toneladas, 6,6% más que en 2023. En tanto las proyecciones para los envíos durante el año 2025 dan cuenta de 0,45 millones de toneladas, una caída del 4,3% interanual.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones