Banco Mundial recomienda aprovechar coyuntura para impulsar crecimiento

La baja en las tasas de interés, la desaceleración de la inflación y las reformas estructurales pueden ayudar a atraer inversiones muy necesarias para el desarrollo y acelerar el crecimiento que aún viene lento en la región, según el Banco Mundial. No obstante, el organismo mejoró la proyección para nuestro país

Vista exterior de la sede del Banco Mundial.
audima

América Latina y el Caribe crecerá 1,9% en este 2024, superando ligeramente anteriores estimaciones, según el informe del Banco Mundial “Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento, publicado hoy. Según el mismo informe para el 2025 se prevé que la región crecerá un 2,6 %. Estas son las tasas más bajas entre todas las regiones del mundo, lo que pone de relieve los persistentes obstáculos estructurales.

No obstante, el Banco Mundial elevó a 3,9% su estimación de crecimiento de la economía paraguaya para el presente año, desde 3,8% de la revisión anterior y proyecta un 3,6% de expansión para el 2025, y nuevamente será una de las pocas que crecerán por encima del promedio regional este año.

¿Qué hacer para acelerar el crecimiento?

La economía paraguaya crecerá este año 3,9% y 3,6% para el 2026, de acuerdo con las proyecciones del Banco Mundial.

De acuerdo con el informe, para acelerar el crecimiento, la región debe aprovechar la actual dinámica económica. Se espera que la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir las tasas de interés proporcione cierto alivio.

El control de la inflación es otro avance positivo, gracias a la eficaz gestión macroeconómica de los países de la región. Brasil y Perú están bien encaminados para cumplir sus objetivos de inflación en 2024, y se espera que otras economías importantes los sigan poco después.

“La región ha logrado avances en el manejo de la inflación y la estabilización macroeconómica. Este es un momento clave para aprovechar estos logros y atraer las inversiones necesarias para el desarrollo sostenible, fomentar la innovación, construir capital humano, crear más y mejores empleos y empoderar a la región para liberarnos de este ciclo de bajo crecimiento”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Inversión sigue siendo baja

William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina

Por otra parte, el informe destaca que la inversión pública y privada en la región siguen siendo bajas, y que los países no están aprovechando plenamente las oportunidades. En términos reales, la inversión extranjera directa (IED) está en niveles inferiores a los de hace 13 años, y los anuncios de nuevas inversiones favorecen a otras regiones.

“Aprovechar las ventanas de oportunidad que tiene la región, la transición verde y la tendencia al nearshoring, requiere amplias reformas estructurales para lograr que la región sea más productiva y competitiva. Esto demandará generar un mayor espacio fiscal, mejorar la eficacia del gobierno, así como reducir la carga tributaria que pesa sobre los sectores productivos.

Este es un buen momento para que la región reconsidere cuál es la mejor manera para que sus sistemas tributarios generen ingresos y, al mismo tiempo, estimulen el crecimiento y promuevan la equidad”, dijo William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Impuestos a la riqueza y a la propiedad para impulsar recaudación

Según el informe, la relación deuda-PIB escaló al 62,8% en 2024, frente al 59,1% en 2019, y el elevado endeudamiento y los servicios de deuda continúan obstruyendo la capacidad de la región para crear el espacio fiscal necesario para el gasto y la inversión públicos. En el caso de Paraguay, el nivel de deuda/PIB llega a cerca del 40% , desde 10% que llegaba en el 2010. Cerrar esta brecha es parte de una agenda de desarrollo más amplia, que incluye mejoras en la capacidad administrativa, el gasto y la recaudación impositiva.

El informe del Banco Mundial recomienda modernizar los sistemas de valuación de propiedades y los esfuerzos de recaudación para aprovechar este potencial. Según algunos estudios, los impuestos a la propiedad, adecuadamente administrados, podrían contribuir hasta el 3% del PIB, mejorando significativamente la capacidad de la región para financiar el desarrollo.

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