La cantidad de ganado en el Paraguay ha experimentado fluctuaciones significativas en la última década. En el año 2014 se alcanzó el punto máximo en el registro de cabezas de ganado bovino, lo que incidió en el dinamismo de las exportaciones de ese período, así como en el producto interno bruto (PIB) del sector ganadero.
Sin embargo, una década después, el hato ganadero se compone de 13.470.055 cabezas, una pérdida de 995.525 al comparar con el 2014. Cabe recordar que el hato ganadero se redujo consecutivamente desde el año 2021. Estas disminuciones se atribuyen a diversos factores, como eventos climáticos adversos, un aumento en la faena de hembras y pérdidas de márgenes financieros a causa de los bajos precios que recibe el productor.
Por otro lado, la faena de bovinos en frigoríficos habilitados para la exportación se ha mantenido en un promedio de 2.000.000 de cabezas anuales.
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Faena se ha mantenido y en 2021 hubo récord
El año 2021 se destacó por un récord en la faena de frigoríficos, tanto con destino a exportación como para consumo local, que alcanzó las 2.199.010 cabezas de bovinos, con un número sin precedentes de 937.100 hembras sacrificadas. No obstante, en los años siguientes, la faena experimentó una desaceleración.
Durante los primeros ocho meses de 2024 (de enero a agosto), se faenaron 1.474.141 animales destinados a la exportación, lo que representa un aumento del 4,1% en comparación con el mismo período del año anterior.
Es relevante señalar que, en lo que va del año, ya se han incluido los envíos a EE.UU., que hasta agosto totalizaron 58,53 millones de toneladas. Además, se ha sumado un nuevo frigorífico de exportación, lo que elevó a 12 el número total de plantas operativas en la actualidad.
A continuación, se exponen dos indicadores que reflejan el contexto de la ganadería paraguaya: Tasa de extracción y stock total de bovinos.
Tasa de extracción y stock total
La tasa de extracción es un indicador que mide la relación entre la cantidad de animales faenados y el stock total de bovinos en cabezas en un tiempo determinado. Este indicador asocia dos de las variables que determinan la producción nacional de carne.
En el gráfico 1 se observa que la tasa de extracción de los últimos tres años en Paraguay se encuentra por encima del nivel del stock de bovinos, lo cual indica que la faena se ha realizado a un ritmo superior al crecimiento del hato ganadero. Esto sugiere una fase de liquidación del hato, ya que la reposición de animales no ha sido suficiente para compensar las bajas por faena.
Por tanto, la situación podría comprometer la sostenibilidad del sector a largo plazo.
El peso medio de faena (PMF) se refiere al peso medio de las reses que se envían a faena e indica cuántos kilos de carne se extraen de cada animal faenado, por lo que es una variable que influye sobre la oferta total de carne. Un bajo PMF representa una pérdida de la productividad, ya que no se aprovecha toda la capacidad de agregar kilos en los bovinos que son producidos.
En el gráfico 2 se puede evidenciar que, en el año 2021, donde la faena fue récord, el peso medio de faena disminuyó en comparación con el año anterior y se ubicó como el más bajo de los últimos cinco años.
Esto demuestra que a pesar de que el nivel de faena aumentó considerablemente, la eficiencia en la conversión de alimento en carne no acompañó.
Frecuentes períodos de sequía
El sector ganadero ha enfrentado sucesivas sequías desde 2020, lo que ha impactado negativamente tanto en la oferta como en la calidad del forraje en diversos establecimientos ganaderos.
Esta situación ha resultado en una reducción en el aumento de peso de los bovinos y en un incremento de los costos de producción para los ganaderos, quienes se ven obligados a adquirir pasto henificado y/o suministrar alimentos balanceados a sus animales.
Finalmente, llegamos a la conclusión de que la ganadería en Paraguay se encuentra en un escenario complejo.
Por un lado, el inicio de los servicios de primavera (preñeces), sugieren perspectivas positivas para la revitalización del hato ganadero y el aumento de la producción.
Sin embargo, este optimismo se ve contrarrestado por los desafíos persistentes que imponen la recurrente sequía y los precios relativamente bajos que reciben los productores.
Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.