En Paraguay, la producción de algodón y la soja en las últimas tres décadas se ha presentado con características particulares y una dinámica inversa.
El cultivo del algodón se había destacado por el importante nivel de exportación, principalmente, en los 90 y parte de los 2000, cuando el nivel de comercialización se había acercado a las 20.000 toneladas, de acuerdo con datos del Banco Central del Paraguay.
A nivel internacional, la alta demanda de países asiáticos, sobre todo de China, estuvo impulsada por políticas como la eliminación de las restricciones del Acuerdo Multifibras (AMF), que imponía restricciones a las importaciones de textiles y gravaba con derechos de aduana las importaciones cuando estas superaban los límites de cuota.
Al igual que el gigante asiático, Vietnam también había registrado un crecimiento de las importaciones del algodón tras adherirse a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Importante ingreso para familias paraguayas
En Paraguay, el algodón representaba un ingreso importante para las familias de la Región Oriental, es decir, para el pequeño agricultor, dada su característica minifundiaria de, en promedio, una a dos hectáreas, de la fibra.
Mientras el algodón marcaba una importante participación en las exportaciones, la soja mantenía un nivel de comercialización de alrededor de 500.000 toneladas, cobrando fuerza en el conocido periodo del “boom de los commodities” entre los años 2010 y 2013 cuando los precios pasaron de alrededor de US$/ton 350 a US$/ton 610.
Así como en el 2009 el país experimentó una severa sequía, en el año 2012 se registraba otra que afectó de manera considerable la producción, aunado al rebrote de la fiebre aftosa, un año antes, provocando una recesión económica.
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Políticas públicas “brillaron” por su ausencia en rubro algodón
Desde el segundo semestre del año 2008, las exportaciones de algodón sufren una reducción por debajo de las 100 toneladas con fluctuaciones en los siguientes años, sin alcanzar los niveles de los períodos más auspiciosos.
Esto, pese a que el producto era atractivo para los mercados internacionales por su alta calidad, debido a que su cosecha se realizaba de forma manual.
La caída de la producción y comercialización estuvo vinculada a débiles o ausentes políticas públicas de promoción del cultivo. En este periodo, la soja tomó preponderancia con el aumento de las exportaciones de alrededor de 1.500.000 toneladas, en determinados años, tal como se observa en el gráfico.
Crecimiento en última década y media, sobre todo en el Chaco
Sin embargo, desde aproximadamente mediados del año 2020, el algodón cobra nuevamente una dinámica importante, sobre todo en la zona del Chaco Paraguayo donde la expansión de la superficie algodonera podría llegar a unas 70.000 a 90.000 hectáreas.
Las inversiones en tecnología como la innovación en el material genético hasta la producción mecanizada han inyectado eficiencia y rendimiento al proceso del cultivo.
A este escenario se le suma la importante demanda del producto que se traduce igualmente en buenos precios en los mercados internacionales.
Mercado del algodón: Asia, Europa y Sudamérica
Hasta agosto de 2024, ya se exportaron más de 50.000 toneladas de fibras de algodón a los principales mercados con los que cuenta el país como Indonesia, Vietnam, Suiza, además de Turquía, Bangladesh, Alemania y en menor volumen, Chile.
Las perspectivas a nivel mundial son aún más auspiciosas. Estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura dan cuenta de un crecimiento sostenido del comercio mundial del algodón, que podría llegar a los 11,2 millones de toneladas en el año 2032.
Acompañamiento del sector público para seguir creciendo
Por tanto, el producto cuenta con altas expectativas de seguir creciendo en el país ante lo cual es clave el acompañamiento del sector público para generar los incentivos de producción y promoción de los mercados.
Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.