Paraguay energético: “una joya” con densas manchas de petróleo y biomasa aún

En la Universidad estatal de California (Chico), el viceministro de Minas y Energía de nuestro país, Abog. Mauricio Bejarano, calificó al Paraguay como “una joya. ¿No te parece que el alto funcionario se olvidó, en tan prestigioso escenario, de mencionar que esa joya aún exhibe grandes manchas de petróleo y biomasa?

La tajada de color azul representaba en 2021 la participación de la energía hidroeléctrica en la estructura del consumo final de energéticos del país. Dos años después, 2023, el aporte de la biomasa experimentó una leve reducci´n, 38%, el petróleo se mantuvo sin variar y el de la hidroelectricidad registró un pequeño aumento: 22%.GENTILEZA
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La actividad, según destaca la vocería del Viceministerio de Minas y Energía, contó igualmente con la participación de Argentina, Chile, Uruguay y que la misma fue parte de una misión comercial denominada “Sauthern Cone Impact Reversa Trade Mission”.

¿Por qué razón el subsecretario del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de nuestro país se animó a calificar a nuestro país con tan pretencioso calificativo?

Según el informe oficial, Mauricio Bejarano lo hizo sustentado “en el alto potencial de generar energía limpia y renovable. Que además destacó el objetivo del país de seguir reduciendo la dependencia de combustibles fósiles en industrias y comercios.

Añade el material que Bejarano “reafirmo el compromiso de Paraguay” de continuar por el camino de la diversificación de la matriz de generación, en el fortalecimiento de la infraestructura eléctrica y en la búsqueda de una mayor participación de la energía eléctrica renovable de la que se dispone en el país.

Si el vocablo potencial denota que “puede suceder o existir, en contraposición de lo que existe. Además posible, probable, eventual, latente”, etc.. Entonces se puede concluir que el alto funcionario debió decir que el Paraguay, en el futuro, posiblemente o probablemente, será una joya. Abrigamos serias esperanzas.

El aún elevado consumo de leña y carbón, no solo en los hogares, sino también en los secaderos de los silos para granos, etc. puede comprobarse en el porcentaje de participación de la biomasa en el uso final de energéticos en el país.

Los demoledores datos del presente

Si de este viaje al futuro nos obligamos a regresar al presente, veremos que el brillo de la joya del viceministro aún está opacado por considerables manchas de petróleo, así como por biomasa, sólida y líquida.

Lo sorprendente es que el Viceministerio de Minas y Energía publica anualmente, con ocho meses de atraso por cierto, el Balance Energético Nacional (BEN) y que en uno de sus capítulos la verdad del presente derriba cualquier intención publicitaria, y que su responsable de turno no la tuviera en cuenta.

En efecto, según el BEN, específicamente la estructura de consumo final de energéticos en nuestro país nos advierte que seguimos dependiendo de los derivados del petróleo - que importamos hasta el último litro - en un 40%, apenas 1% inferior la cantidad que demandamos en 2022.

Que la tajada del 38% de la torta en cuestión corresponde a la biomasa, o sea leña, carbón, etc., tajada que se contrajo igualmente en apenas 1% con relación al 2022.

La hidroelectricidad representa solo el 22%

Finalmente, la hidroeléctricidad, o la energía hidroeléctrica generada por centrales hidroeléctricas binacionales Itaipú y Yacyretá y la nacional Acaray, aportan solo el 22%, Es verdad que consumimos 2% más que en 2022 pero, admitamos, aún no completa un tercio de la estructura de referencia.

El veciministro Bejarano, tal vez poseído por el entusiasmo del promotor de un producto, rescató y enfatizó que la tajada de la torta correspondiente a la electricidad pasó del 20% a un 22% “en un solo año” y que ese aumento “tuvo efectos directos en varios sectores”.

Los efectos, según el subsecretario del MOPC, incluyen una disminución del consumo de combustibles fósiles (recordemos bajó solo 1% entre el 2023 y el 2022), una mayor participación de hornos y cocinas eléctricas en el sector alimentario, un aumento de la electromovilidad, etc. (el cosumo de biomasa, según el BEN, bajó del 39% al 38%).

La presentación, concluye el redactor del material informativo del viceministerio, “forma parte de los esfuerzos de la región por mostrar sus estrategias energéticas sostenibles a nivel internacional y posicionarse como referentes en materia de transición hacia energía limpias”

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