A la consulta de cómo hicieron para obtener los datos de brechas de producción en Paraguay, la ingeniera forestal María Soledad Armoa, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), explicó: “El potencial de rendimiento para los diferentes cultivos se basó en una amplia gama de información de base de datos asociados al clima en diferentes localidades.
Considerando los últimos 15 años, además de base de datos de suelos, fechas de siembra, grupos de madurez más utilizados, y un trato directo con los productores, técnicos, empresas, son como capas de informaciones que las fuimos generando, armando y ordenando”.
Produjo bien, pero pudo ser mejor
Durante su disertación, la ingeniera habló de que los productores con mejores tierras mantienen o han bajado el rendimiento de sus cultivos, pero no han subido, en cambio aquellos con suelos menos fértiles han logrado subir sus kilos por hectárea. “Por darle un nombre y un apellido, esto se debe a un comodismo, pues los productores de estas zonas que consideramos más ricas en cuanto a rindes, alcanzan 5.000 kilos por hectárea de soja, entonces, ve que les fue bien, y se conforman, pero realmente no se hizo un diagnóstico y no se llegó a determinar cuánto podía haber producido esa zafra del productor. Él alcanzó 5.000, pero si miramos su potencial para ese ambiente, en realidad con un manejo, vamos a decir, rentable, efectivo, podía haber alcanzado 6.000. Entonces ese es el nuevo concepto que la ciencia trae para todos los productores a nivel mundial”.
Lo que se puede aumentar en los cultivos
“En los gráficos que presentamos en el Encuentro Mundial de Siembra directa, los resultados nos demuestran que, en soja se puede producir un 34 por ciento más en promedio; en maíz, 58 por ciento más y en trigo un 47 por ciento más. Si esto lo pasamos a kilos por hectárea, Paraguay tiene en este momento la capacidad de producir 1,9 millones de toneladas más de soja, 4,3 millones de toneladas más de maíz y 500.000 toneladas más de trigo”, explicó.
Factores que estarían detrás de estas brechas
“En Soja, por ejemplo, el principal sospechoso de la brecha y menor aumento de producción por año se relaciona con el número de aplicaciones de fungicidas, o sea, el productor no controló bien sus problemas de enfermedades. Le siguió la falta de fósforo y otras variables también. Pero cuando hablamos de maíz, esto va más un poco por la parte nutricional, o sea, lo que encontramos es que no aumenta la producción de este cereal debido a la falta de aplicación de nitrógeno suficiente, solo por citar los dos rubros principales y sus problemas”, destacó la ingeniera Armoa.
Más plantas no significa más ganancias
“Es claro que utilizar una mayor densidad de plantas, en un área con menor aplicación, para suplir lo que la planta exige de nutrientes, no se traducirá nunca en rendimiento. Entonces, no es nada nuevo y no es nada disparatado, que aparezcan estas dos variables como principales sospechosos de las brechas en soja (fungicidas) y en maíz (nitrógeno)”, confirmó la profesional.
De ganar US$ 400 a US$ 1.000 la hectárea
“En función al manejo que fue informado por cada uno de estos productores, se pudo cuantificar cuál fue la inversión que hicieron en las parcelas específicas. Eso nos permitió ver, asociar y correlacionar el rendimiento que se alcanzó en cada una de estas parcelas, con la ganancia que obtuvo ese productor en esa zafra en particular.
Si miramos el rendimiento promedio a nivel nacional en Paraguay está en torno a los 4.600 kilos más o menos en maíz grano comercial por hectárea, y que dejaría una ganancia neta de alrededor de los 400 dólares por hectárea.
Pero ¿qué pasaría si estos productores incrementaran su rendimiento? Vimos que el maíz tiene una de las mayores brechas a nivel internacional, a 58 por ciento, o sea, vamos a tratar de llegar al 80 por ciento, que es rentable para un productor. Entonces, estamos hablando que ese productor, al incrementar su rendimiento, se diluye en los costos fijos y, por ende, la ganancia incrementa. Y estamos hablando de ganancias netas que podrían superar los US$ 1.000 por hectárea”, finalizó nuestra entrevistada.