La deuda total del sector público está compuesta por los compromisos de la Administración Central (AC) y la Administración Descentralizada (AD). En el promedio del lapso señalado, el Gobierno Central ha concentrado el 87,9% del endeudamiento global del país.
De acuerdo con la Ley N° 1535 de Administración Financiera del Estado, la deuda pública directa de la Administración Central (AC) es la asumida por la misma en calidad de deudor principal, es decir, con respaldo del Estado. Por tanto, a objeto de este análisis se considera el endeudamiento del Gobierno Central, excluyendo a la Administración Descentralizada. Esto, debido a que varias instituciones como el Banco Nacional de Fomento (BNF), Petróleos del Paraguay (Petropar), la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) mantienen pasivos con el sector privado o con el propio Tesoro Público no constituyendo una deuda soberana como tal.
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A junio del presente ejercicio fiscal, la deuda de la Administración Central representó aproximadamente el 90% del total de pasivos, es decir, US$ 15.943,2 millones o 35,3% del PIB frente al restante y que corresponde a la descentralizada. Al desagregar por tipo de deuda, la externa (US$ 14.335,2 millones) constituye la mayor proporción frente a la interna (US$ 1.608 millones) con sostenidos crecimientos y sin alteraciones significativas en participación para los años consignados.
El escaso espacio fiscal, producto de un aumento salarial para el sector público en 2011 de, en promedio 38%, se tradujo en limitaciones para impulsar programas y proyectos de impacto social y económico con recursos genuinos (alrededor del 70% se destinan a remuneraciones), por lo que el endeudamiento pasó a convertirse en el principal modelo de financiamiento. Así, desde el año 2013, los bonos soberanos en el mercado internacional dotaron de recursos al Estado para impulsar las importantes obras de infraestructura. En esa misma línea, la administración a cargo de Horacio Cartes se caracterizó por el mencionado esquema de financiamiento sustentado en una de las aristas de su programa de Gobierno: inversión en proyectos viales y de viviendas.
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Deuda pública experimentó un crecimiento acelerado
Al observar el comportamiento durante los años más recientes, la deuda pública experimentó un crecimiento acelerado que estuvo explicado por las agresivas políticas fiscales dados escenarios adversos como la caída económica en 2019 y la pandemia en 2020 con sus consecuentes efectos en los años siguientes. Desde el 2018, cuando los compromisos totales ascendían a US$ 8.040,9 millones (19,8% del PIB) a los últimos datos, la deuda pública del país se ha más que duplicado, principalmente en el componente de deuda externa, tal como se puede observar en detalle en el gráfico.
Finalmente, y a modo de recapitular, al considerar solo la deuda pública de la Administración Central, a junio de 2024 representa 35,3% del Producto Interno Bruto ya cercano al 40% de carga de la deuda como porcentaje del PIB y que la calificadora de riesgo Moody´s Investors Service contempla como umbral esperado en su informe del pasado julio donde había anunciado que Paraguay obtuvo el Grado de Inversión.
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Un análisis de sostenibilidad fiscal elaborado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) arrojó resultados que sugieren umbrales de la deuda para las economías emergentes entre 25% y 50% del PIB. Esto, dependiendo de la solidez de los fundamentos económicos, de las fortalezas y capacidades institucionales de los países. Al considerar las características de la economía paraguaya, el umbral para la deuda pública del país podría ubicarse actualmente entre 50% y 60%, refiere un informe del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
En la misma línea, desde la dependencia económica-fiscal refirieron que existe un compromiso de volver al anterior ritmo de crecimiento de la deuda, por lo que los esfuerzos apuntan a que sea difícil llegar al límite inferior del 50% en el corto plazo, en cumplimiento y avance del Plan de retorno a la Ley de Responsabilidad Fiscal. En efecto, consideran que la deuda pública es sostenible para las finanzas públicas del país, siendo uno de los niveles de deuda más bajos en comparación a las economías de la región y al promedio de deuda pública de los países latinoamericanos tales como Brasil, Bolivia, Uruguay, Colombia, y otros.
En la edición de mañana se analizará la composición de la deuda por moneda y la evolución del servicio de la deuda, sobre todo, el pago de intereses.